capítulo - 5

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Oscureció, escuché de la parte de atrás de la cabaña entre los árboles un sonido extraño como si fuera un animal, pero un animal enorme, como un toro o algo así,  luego escuché y alcance a ver cómo se movieron las ramas, como si algo caminara entre ellas, no se cómo explicarlo, como si algo enorme, algo de metros de alto se moviera entre ellas, acerque la camioneta a la entrada, quise que en cualquier emergencia de cualquier tipo la camioneta estuviera cerca de la cabaña, cuando salí de ella había una figura entre los árboles, pero era diferente a la que había visto antes, fingi no verla, fingi que todo estaba bien, ya había dejado de llover, entre como si nada a la cabaña, fingiendo adentro me asome y puse mucha atención a lo que se veía allá afuera, estaba asomado por una rendija y mire apenas una, dos, tres, cuatro, cinco; cinco figuras entre los árboles caminando como si rodiaran la cabaña, no dejaban de moverse, no sé si estaban desnudas o parecían estarlo a esa distancia entre la oscuridad, no lograba reconocerlas bien eran unas pequeñas y otras más altas, como si fueran hombres y mujeres.

note entonces que una se desvío de ese círculo que parecían dibujar por su trayectoria; se acercó, se acercó casi hasta descubrirse, pero aún estaba detrás de unas ramas, de todas formas pude ver qué era un hombre de barba, en ese momento no se que paso, pero la lámpara de movimiento allá afuera se activo, pude verlo, pude verlo más claramente; tenía una corona de espinas, estaba sangrando de la frente, era obvio que ese tipo, ese hombre estaba vestido como Jesús; en cuanto la luz le dió en la cara dió dos pasos atrás, entonces escuché a lo lejos un coche acercarse y me preocupe, aquel hombre desapareció, pero en cuanto llego aquel carro destartalado reconocí a la figura que lo manejaba, también al copiloto, eran los dos trabajadores del pueblo, de la parte de atrás se bajo Andrés completamente pálido como si hubiera visto un fantasma, salí a recibirlos, pero Andrés paso corriendo junto a mi ignorandome, entro corriendo a la cabaña, acomodaron su carro a lado de donde dejé nuestra camioneta, casi junto a las escaleras, arriba de las plantas, ellos incluso lo pusieron de reversa, listo para salir manejando de ahí a toda velocidad; quise preguntarles qué pasaba pero me dijeron que habláramos adentro, que entramos rápido sin perder el tiempo, lo hicimos y ellos empezaron a revisar todas las ventanas.

¿Tiene suficiente gasolina el generador para aguantarnos toda la noche?  Me preguntó uno de ellos.

Si, ¿Por qué?, ¿Que pasa? Pregunté.

Me hicieron seña con el dedo para que guardara silencio, apagaron todas las luces de adentro, solo dejaron una, la de la entrada allá afuera encendida, la quedaba hacia el camino, esperaron a que Andrés saliera del baño y luego nos metimos todos al estudio, apagaron la lámpara en el escritorio, estábamos completamente a oscuras, teníamos la puerta del estudio abierta para poder escuchar hacia afuera.

Alguien, algo tocó allá afuera, Andrés se veía como ido, yo me salí del estudio a pesar de que los trabajadores me hacían señas de que no lo hiciera, me salí y cerré por dentro, sentí que los estaba ayudando, que los estaba protegiendo, de alguna forma sentí que los estaba poniendo a salvó, me arrastre por el piso de la cabaña hasta que logre ponerme en una posición en la que alcazaba a ver la  puerta, la luz de afuera parecía a verse apagado.

Tock, tock, tock... !! Volvieron a tocar.

Yo me moví por la cabaña intentando darme cuenta, cuántas personas habían allá afuera ¿Que? ¿Que había allá afuera?, No lograba escuchar nada, nadie intentaba abrir la puerta o algo parecido.
Fue como si algo hubiera tocado la puerta y hubiera desaparecido de ahí, decidí arrastrarme por toda  la sala de estar para llegar a la ventana de la que creía que podría ver hacia la entrada; sentía, sentía mucho miedo, me sentía como congelado, como entumecido, como si mi cuerpo estuviera dormido y me costará responder, cuando estaba a la mitad de la sala, cuando estaba más desprotegido, cuando me encontraba en medio de los sillones del lugar, levanté mi vista hacia la ventana...
Pude ver algo, lamentablemente pude ver algo con toda la claridad del mundo a pesar de la oscuridad, había una mujer en la ventana; una ventana que no cerraba por completo y en una pequeña rendija, por esa rendija que quedaba, algo estaba intentando meter su cabeza, mirándome a mi, sonriendo como una loca y con los ojos casi desorbitados, la única forma en la que podría describirlo es que se miraba como una bestia hambrienta frente a su presa.

Y grité, dicen que grité muy fuerte pero yo no me acuerdo, no recuerdo nada, solo que termine con las uñas rotas, con las manos astilladas y no sé cómo me arrastre de regreso al estudio; lo que recuerdo es a partir de una media hora después, no podía hablar, me dicen que no dejaba de gritar, Andrés también estaba en un estado terrible, note que uno de los trabajadores salió del estudio y regreso un momento después a decirnos que ya podíamos salir, yo salí todavía muy mal, aún temblando, buscando las llaves, diciéndoles que nos teníamos que ir, pero ellos hasta rieron.

¡Nombre!  No vamos a llegar muy lejos, los caminos desaparecen a estás horas, pero ya podemos estar aquí al menos, creo que ya se van... Dijo uno de ellos.

No sabía a que se refería, pero nos acercamos a la ventana y entre los árboles se alcanzaban a ver figuras, figuras que se alejaban muy, muy lentamente, dando un paso cada varios segundos, ahí entre ellas, creí a ver visto a la que ví en la ventana y es que esa mujer tenía puesto un manto, un manto como el de la virgen de Guadalupe, con negro y dorado, lo ví como lo tenía puesto y luego lo relacione con el otro tipo que estaba vestido como Jesús, no entendía que tipo de gente rara y loca  estaba ahí en ese lugar, ¿Que querían de nosotros?, Yo tenía una pregunta más, de lo que me di cuenta de pronto...

  ¿Por qué los trabajadores estaban ahí?
Si temían tanto de esos caminos, si temían tanto al caer la noche
¿Por qué habían ido por nosotros?

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