Capítulo 5

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Estoy mirando la calle desde mi balcón, mis dedos juegan nerviosamente con una taza de té mientras mi mente está a  kilómetros, para ser exactos en Ventura, en la casa de dos pisos color blanco con detalles de madera oscura, una pequeña piscina enfrente de una terraza con piso de azulejos, un pequeño desayunador y camastros que daban a la alberca; la cocina de la casa tenía un estilo muy relajado con las paredes pintadas de beige con los muebles de madera de haya, granito blanco, electrodomésticos grises y una vista al patio donde se podía salir por una puerta de vidrio luego estaba la sala común que era enorme, iluminada por una gran araña de luz colgada justo en medio de la habitación además había un gran ventanal donde se podía ver la piscina y la playa, las paredes eran de color blanco a excepción una que estaba al fondo que era de piedra en donde estaba una pequeña chimenea, la sala había un bar de madera oscura y vidrio en una esquina y debajo de la araña de luz estaba un gran sillón modular redondo color azul claro con cojines de tonos pasteles en frente había una mesa de café  muy sencilla con un estilo muy elegante que acostumbraba a tener revistas de moda y decoración encima casi todo el tiempo al lado izquierdo de la sala, junto a la chimenea, estaba el comedor de madera oscura y un gran florero de cristal con flores distintas cada día a veces eran rosas blancas o orquídeas con rosa claro en la orilla de los pétalos; en medio de la sala y el comedor estaba un pasillo muy ancho que era donde estaba la entrada de la casa también, a pocos pasos de la puerta, estaban las escaleras donde se subía a los cuartos y enfrente estaba un puerta que iba a la cochera; arriba era un pasillo largo donde se podía  ver salón principal con puertas de color claro a los lados y una al fondo, que era el cuarto de mis papas, en las paredes de color blanco a largo del pasillo había fotos de mi familia, era una casa grande pero sencilla el patio de adelante había todo clase de árboles frutales y flores que llenaban la entrada de un olor dulce junto a ese pedazo de cielo estaba la entrada a la cochera que era subterránea; era un pequeño paraíso para cualquiera tenía sirvientas, un chófer que me llevaba a donde quería cuando quería, tenía una tarjeta de crédito que parecía inagotable y no me preocupaba por nada que no era divertirme, pero para mí era una jaula de oro donde me sentía un pequeña ave encarcelada, con lujos, pero sin libertad.  

Mi madre jamás acepto que me interesara por la administración de empresas, contaduría o mercadotecnia ella quería estudiara diseño de modas o algo parecido, siempre peleábamos por eso, ella quería que fuera la típica chica popular deseaba que saliera de fiesta todos los viernes, me fuera bien en la escuela, tuviera mil actividades extracurriculares y que saliera con el chico más popular y guapo de escuela, yo enserio lo intentaba el primer año pero fue demasiado pesado para mi así que di por vencida para volverme la chica sombra que se juntaba con los raros, raramente salía de fiesta, me salía de clases para ir a fumar con Ashley además de que salía con los ineptos de la escuela era todo lo contrario a lo que mi mama me decía que fuera tanto que cuando me iba a graduar ella insistía que fuera al baile , recuerdo que la última del tema conversación fue algo así: 

-Cariño, ¿Iras a la fiesta de graduación?-entro a mi cuarto con una revista de moda en las manos 

-Amm...la respuesta sigue siendo no-le dije cerrando el libro y poniéndolo en mi escritorio  

-¿¡Como?!-me dijo poniéndose toda blanca y aventando su revista en mi cama-¡No iras, imposible, tienes y vas a ir!-me dijo mientras se sentaba en mi cama. 

-No quiero ir-dije encogiéndome levemente de hombros  

-¿¡Porque!?-me pregunto levantando su brazos 

-1) no tengo con quien ir, 2) ese baile es estúpido, 3) no tengo nada que hacer ahí y 4) ¡No quiero ir!-le dije con toda la indiferencia posible 

Ella se quedó callada y se levantó, creo que se dio cuenta que su hija no es perfecta y que él bebe que crió para ser la que está arriba de la jerarquía social escolar es la pequeña rara con olor a cigarro en la esquina del salón, ella se paró en la puerta-Mira la revista y tal vez quieras ir, pagaremos tu padre y yo todo, lo que quieras-me dijo con una mirada de desilusión. Yo sonrió sarcásticamente cuando sale de la habitación, me acuesto en mi cama y saco mi celular para llamar a Ashley 

-¿Querida, iras al baile?-dije cuando contesto con tono chilló. 

-Oh nena, ¡Claro que sí!-dijo con una voz aguda y alta, nos quedamos en silencio un minuto hasta que no aguantamos la risa y explotamos 

-Ashley, mi madre quiere que vaya y use un horrendo vestido azul turquesa-dije mirando la revista en uno de los muchos apartados que había. 

-Patético querida, mis padres me dijeron que conviva que será divertido además que mi mama ofreció a pagar ¡TODO!-me dijo poniendo su música a todo volumen 

-A mi igual me ofreció eso mi mama, ¿Estarán planeando un complot?- le dije mientras cerraba mi puerta de un portazo. 

Despierto del estado en el que estaba sintiendo un pequeño vacío en mi estómago por hambre, así que decido prepararme algo mientras meto en el microondas un burrito espero mientras checo mis bolsillos de mis jeans donde encuentro la tarjeta de Alex algo que hace que en mi estómago haya algo más que hambre, algo que descarto al instante abriendo de golpe el microondas y tomando el burrito. 

Después de comer, le doy uno y mil rodeos a la tarjeta hasta que decido "¿Por qué no?", marco lentamente su número y espero que no conteste pero mi mala suerte me traiciona: 

-Alexandre Collins "Bank of New York" -me contesta con un tono frio  

-Soy...soy Audrey-digo un poco nerviosa, algo que me trago instantáneamente.  

-Audrey, ¿Cómo estás?-me dice con una voz más alegre 

-Bien, quería saber si...-le digo con la voz más neutral y tranquila que puedo 

-¿Quería salir?- me interrumpe-sería un placer, a las 9 te recojo-.  

"Blue Skies"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora