{Abril 17, 2014}
Primer día de clases y ya iba llegando tarde a mi tercera clase, debate, con el profesor Finecky, según la chica de la oficina de horarios, está en el aula 106.
Entre al salón de clases y no había bastante gente así que no llegaba muy tarde todos estaban cerca de la puerta o sentados encima de las mesas hablando de porquerías. Los chicos eran unos completos cretinos, cuando llegué esta mañana un chico me miro las tetas y me dijo <<Justo en su lugar, son preciosas>> e hizo gestos de tetas con sus manos y después comenzó a reírse junto a su grupo de amigos vírgenes, hasta yo tenía mas experiencias sexuales que ellos - <<Ja!>> -reí en mi mente
-¿Usted es Sr. Finecky?
-Si, eres la nueva, ¿Fox? -dijo revisando la lista de alumnos
-Exacto, aha. ¿Donde me siento, ahí? - señale un lugar vacío en la penúltima fila y el asintió - Vale
Me senté en el espacio vacío, cerca mía había unos chicos hablando de cuantas chicas se habían follado en las vacaciones, sonó el timbre y se sentaron todos, el profesor empezó a leer los nombres de los alumnos para marcar las faltas.
-Jennifer Baldwin
-¡Presente! - dijo la chica, se veía bastante animada, seguramente era la listilla de la clase
-Harry Crow
-Aquí... - el chico estaba boca abajo contra la mesa y una mano levantada para que lo reconozcan
-Fiona Fox
-Aquí - dije con voz baja para que nadie más me escuche, por suerte el profesor vio cuando levanté levemente la mano. De repente sentí un tirón en la cabeza, pero no hice caso, me estaban estirando el cabello, seguramente era uno de esos cretinos que querían ver mis tetas "bien" colocadas
-Theo Mitman
-Aquí - sonó como el vecino, pero era imposible ya que el se llamaba Alexander, pero igual me volteé y me fijé en mi compañero de atrás. Era el vecino.
-¿Mitman?- pregunté riendo
-Exacto - dijo - prefiero que me llames Alexander, es mi segundo nombre
-Vale - dicho esto, me volteé y me fije en la clase
El profesor dejó de pasar la lista y nos mandó a buscar en los libros definiciones y ejercicios que se me hacían muy fáciles. Finecky salió de la habitación y se quedó en la sala de maestros.
Una vez que el salió todos los chicos volvieron a la posición que estuvieron en el principio de la clase, nadie estaba haciendo nada, como no tenía nadie con quién hablar, -solo Theo pero el era el chico que hablaba de manera estúpida de las chicas, -"fuckboy" alert- empecé a hacer las definiciones rápidamente y dejé los ejercicios para hacerlos en la cafetería.
Finecky nunca volvió así que encendí mi teléfono y comencé a chatear con David
-Esto es mierda Fiona
+Créeme, ya lo se :|
-Te veo luego te quiero <3
+Te quiero ;P
•••
El timbre sonó y ya habían pasado tres clases así que significaba que ya era hora del receso, salí de la habitación y me situé en mi casillero. Empecé a meter los libros de las clases que ya tuve y metí los libros de las siguientes.
-Señorita -dijo David
-Señor - le respondí riendo
-Vamos a buscar una mesa en la cafetería
Nos dirigimos a la cafetería y nos sentamos en la única mesa vacía, cerca de nosotros estaba un grupo de tres chicos y dos chicas, Theo estaba entre ellos, estaba mirándome pero no le hacía caso, sus ojos seguían muy oscuros, demasiado.
David se fue ya que los niños de primero lo invitaron a sentarse con ellos, el fue, estoy orgullosa de él, nunca tuvo amigos y ahora está intentando socializar más. Empecé a hacer los ejercicios de debate y una vez terminados comencé los ejercicios que nos mandaron a primera hora, matemáticas, nada me podía distraer en ese momento, me encanta la matemática, siento que es magia mientras hago bello lo imposible.
Aún sentía la mirada cínica e intensa, hasta que dejé mi lápiz, junté mis manos debajo de mi barbilla y me le quedé mirando hasta que se creó una batalla de miradas, se acercó un poco a la mesa, pero no se sentó.
-Siéntate con nosotros -preguntó con una sonrisa, pero no era cínica, si no que hermosa.
ESTÁS LEYENDO
Turning into pink.
Teen FictionPara tener diecisiete, Fiona Fox había pasado por bastante, pero no lo contaré todo ahora o arruinaré la historia. La vida de Fiona era en blanco y negro, hasta que conoció a Theo, que pintó su vida de color rosa.