{Abril 23, 2014} III parte
-¿No quieres que te lleve a casa? -preguntó Theo al verme caminando por la acera, él estaba dentro de su coche y estaba bajando la velocidad
-No gracias
-Te ves muy guapa hoy -sonrío mirándome de pies a cabeza
-Tienes un vocabulario bastante extendido ¿Por qué siempre dices los mismo? -no lo estaba mirando, solo me fijaba en mi casa que estaba a unas cuantas cuadras
-Por que es la verdad
-Ok, entonces debería llevar mas ropa empapada a clases -dije sarcásticamente
-Venga, no te enojes
-No estoy enojada, es solo que en lo que lleguemos a mi casa intentaré sacarte los ojos de tu cabeza y te vas a quedar sin gasolina si sigues en esa velocidad
-Ok -dicho esto, apagó el coche y caminó junto a mí
-¿Que haces?
-No me puedes negar caminar por la calle, no es tuya, y te quiero acompañar. Sé que no estas bien, y también se que no quieres que nadie se preocupe por ti, pero yo si me voy a preocupar. Ayer escuché gritos y algo roto, como estrellado en el piso ¿Qué pasó? -se paró frente mía y me miró intensamente a los ojos
-Nada, solo se me cayó, emmm... -se veía que estaba sospechando- mi perro entró a mi habitación y, pues... ¡tiró la lampara al piso!
-¿Y los gritos?
-Fueron por el susto
-No te creo
-¿Por qué?
-No te creo
-¡¿Por qué?! -dije más alto y claro
-Se que no tienes perro -dijo riendo, dejé de hacer excusas y caminé más rápido, prácticamente trotando, el siguió mi paso, pero para él era mucho más fácil, gracias a sus largas piernas
Llegamos a mi casa, donde agité mi mano en modo de despedida, él saludó igual hasta que recordó su coche y volvió corriendo por el.
Al entrar a mi casa vi a toda mi familia reunida en la sala, me senté con ellos y me asusté, pensé que iban a hablar sobre los sucedido en la madrugada. Pero luego recordé que Bella tenía noticias que dar.
-Hola Fiona, que bueno que llegaste -Bella tenía una sonrisa de oreja a oreja -Bueno, los he reunido a todos aquí por que tengo algo que decirles, ustedes saben que estado meses intentándolo con Mike, mi novio y lo hemos logrado -a mi madre se le había iluminado la cara - Estoy embarazada -dicho esto, todos se levantaron y la abrazaron, este era el único momento del día que me sentía feliz, pero feliz de verdad. Me levanté y la abracé, se sentía tan bien estar feliz de nuevo.
Tuvimos una pequeña reunión donde todos comimos, bebimos y miramos la película "300", estuvo muy buena.
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Al terminar la película, todos subieron a sus respectivas habitaciones, cuando entré a la mía lo primero que hice fue saltar a la cama boca abajo, estuve todo el día deseando por esto, me senté en mi escritorio y terminé mis "no muy difíciles tareas" e hice un par de garabatos en mi cuaderno, siempre que me aburría una tarea, dibujaba en ella, como para clasificar las aburridas de las divertidas, y las únicas entretenidas eran las matemáticas.
Estaba súper emocionada de que me iba convertir en tía.
Al terminar me fije en el balcón, donde estaba Theo sentado en una silla, y había otra en mi balcón. Aparte de eso, había una mesa entre los dos balcones, dos patas en uno y las otras dos en el mío, parecía que la mesa volaba
-¿Qué es esto? -dije riendo
-Es una forma de hacerte sentir mejor, y veo que ya estas mejorando, acabas de reír -sonrió
-Claro que no -reí de nuevo y me tape la boca
-Bueno, lo que tu digas, entonces, vamos a jugar a algo -sacó unas cartas y noté que era un juego conocido
-¿"Uno"? ¿Es enserio? -reí
-¿Sabes jugar? -rió conmigo
-Crees que vivo dentro de una burbuja, ¡claro que sí!, soy la mejor jugando al "Uno", nadie me puede ganar -presumí
-Ya veremos -barajó y repartió las cartas, no me ha tocado ninguna carta especial pero sabía que iba a ganar -Bueno, ¿entonces me cuentas que pasa?
-Es solo que, pues, recordé algo, no muy bueno, que me pasó hace un par de meses, sobre un chico que se llamaba John. Fue algo muy duro para mi y aún no estoy lista para contárselo al "mundo", tu turno.
-Entiendo, vas -sacó un cuatro rojo y saqué uno igual pero en azul
-¡Uno! -grité emocionada mientras que él sonreía por mi reacción
-Wow, si que eres buena -se sorprendió por las cartas -llevo tiempo que he querido contarte algo -dicho esto empezó a reírse pero de forma nerviosa
-¿Qué? ¿Es algo malo?
-No, para nada, bueno, para mi no lo es, es que debo confesarte algo, ¿recuerdas cuando te invité a comer con nosotros la semana pasada? -asentí, algo asustada -bueno, pues lo que pasa es que cuando me pasaste la ecuación, para demostrar mi "inteligencia", tuve muchas ganas de que te sentaras con nosotros, especialmente conmigo, así que, emmm.. -parecía mas asustado que yo -copié las respuestas de tu brazo, solo quería que pasaras un rato conmigo -abrí mis ojos como platos, por eso no veía la ecuación y se la pasaba mirándome
-Vaya, ¿por qué? -miré por todos lados, me daba demasiada vergüenza verlo los ojos, pero el me miraba solo a mi, sus ojos brillaban un montón, de una manera muy bonita, ya no eran los oscuros de antes
-Me gusta estar contigo -se rascó la nuca, ya no parecía el chico rudo y player de antes, ahora era como si fuera un niño de trece años hablando con una chica por primera vez
-¿Por qué yo?
-Tu turno -sacó una carta e ignoró completamente la conversación, volvió a la posición de antes y esperó a que sacara
-Vale... -dije con voz muy baja, estoy segura que sí me había escuchado -Gané -sonreí sacando la ultima carta y él sonrió conmigo
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Turning into pink.
Teen FictionPara tener diecisiete, Fiona Fox había pasado por bastante, pero no lo contaré todo ahora o arruinaré la historia. La vida de Fiona era en blanco y negro, hasta que conoció a Theo, que pintó su vida de color rosa.