{Mayo 1, 2014}
•Fiona
Tres días llevaba sin ver a Theo. El día anterior -lunes- había faltado a clases, me sentía muy mal. Mi madre sabía que aún tenía resaca, aunque a mi padre tuve que mentirle diciéndole: "Me siento pésima" —con la voz muy fingida.
Desperté en mi cama y estiré mi cuerpo que terminó crujiendo. Mi vista fue borrosa y no podía observar mi reloj de manera adecuada pero terminé sabiendo la hora —<<Dios, ya es tarde>> —grazné. Eran las 7:40 a.m. Salté de la cama rápidamente, me vestí con una camisa de color azul marino con cuello en "v" y con unos shorts de color negro -el verano se estaba acercando- y decidí combinarlo con unos gastados y viejos converse del mismo color que los shorts.
Subí al coche rápidamente junto con David y metí la llave al contacto. Pisé el acelerador con fuerza, a penas había tráfico pero tenía que llegar temprano al bachillerato. Parecía que era lunes, todos los días de la semana comenzaban igual de amargados y repugnantes.
Me miré en el retrovisor—<<Perfecto, me veo de la mierda>> —tenía el pelo completamente despeinado, con piel pálida y unas ojeras gigantescas. No me sentía tan mal como el último fin de semana pero me veía de lo peor.
— Te ves horrible —dijo David mirándome con sus ojos de color oliva. Se me había olvidado su presencia.
— Cállate
En cuanto llegué al estacionamiento de la escuela ya eran 8:10, iba tarde, así que por ende tuve que esperar en la cafetería.
Después de 45 minutos el timbre finalmente sonó y me dirigí a mi locker, tenía un espejo ahí igual, por suerte me había puesto unos Ray-Ban que se encontraban en el fondo de mi taquilla.
— Hola —dijo Evan animadamente
— Hola —respondí de mala gana
— ¿Que te pasa?
— "Hungover" —hice un gesto de comillas
— Te entiendo, bueno Srta. Ray-Ban —dijo observado mis gafas de sol—, vamos a Francés
— ¿Tenemos francés los lunes?
— Es martes amiga mía —rió
Llegamos al salón de clases, no tenía ni idea de donde estaba. Como si hubiera perdido la memoria por una milésima de segundo.
— Parece que ya no falta nadie —mencionó Miss Woolf y cerró la puerta del aula
De camino a mi asiento observé que Avery se sentó junto al hijo de puta que me hace suspirar todas las noches, a Theo. —<<Flashback>> —pensé, al llegar Rainchester High me imaginaba a Theo y Ave juntos, parecían como uña y carne y se notaba que se querían, se me hacían una muy bonita pareja. Pero al conocerlos me di cuenta que no pegaban ni con cola.
Contacto visual con Theo, recordé todo lo sucedido y una parte de mi pensó que debería haber pasado algo más que lo de la noche anterior, pero también me siento agradecida de que nada serio hubiera pasado, ya que de por sí no me acordaría a la mañana siguiente. Aunque Theo me hizo recordar.
Antes de volver a la realidad y de darme cuenta del paso del tiempo, por culpa de mis pensamientos, la profesora estaba parada frente mía y me preguntó con tono burlón pero serio:
— ¿Le parezco aburrida? ¿Tiene algo más interesante que hacer en vez de centrarse en la clase? —dijo. —<<Sí>>—.
— ¿Qu-qué? —la observé, estaba frunciendo el ceño, que hacía que sus arrugas resaltaran su aceitunada y antigua cara, desde mi posición se podía ver como sus fosas nasales se expandían —<<Desagradable>>—. —Lo siento, perdón, yo...
— Entrégueme la tarea
— ...no volverá a suceder, solo estaba pensan- -—ella extendió la mano —<<MIERDA, LA TAREA>>—. mi garganta crujió y se estaba secando, todo el alumnado puso su atención sobre mi, como si fuera un delito—. No la hice.
Me miró decepcionada pero a la vez con lástima -creo que era raro que no trajera lo pedido, era la más atenta y se retiró.
— Vaya, se nota que hago magia, no creí que mis dulces besos te afectaran tan — dijo Theo con voz pícara
— Calla y estudia —sonreí
— Mira quien habla. Que bien te queda esa camiseta te ves... —miró mis pechos
— ¿Lo dices porque...?
— ...buenísima. ¿Que? El color
— Theodore, eres un sucio —reí—, voy a empezar a comprar en la sección de pijamas
— Bueno, tienes suerte de no recordar nada de, mmm... ese día
— Capullo —mascullé. Él tenía razón, me molestaba -y un montón- que las personas supieran más de mi que yo misma, tanto por un secreto o por una noche "divertida"—. Tengo una pregunta
— Pregúntame lo que quieras nena
— Idiota. ¿Cual es tu nombre completo?
— Gracias, por cierto —carcajeó—. ¿Por qué esa pregunta?
— Por que sabes casi todo sobre mi y yo no se nada sobre ti, solo se que te llamas Theo Alexander o Mitman y tienes 18 años
— Algún día sabré todo sobre ti, y eso va a ser pronto
— Deja esas palabras de sabio y contéstame
— Theodore Vincent Alexander Zachary Mitman —contestó rápidamente
— ¿QUÉ?
— Theo para las admiradoras.
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Turning into pink.
Teen FictionPara tener diecisiete, Fiona Fox había pasado por bastante, pero no lo contaré todo ahora o arruinaré la historia. La vida de Fiona era en blanco y negro, hasta que conoció a Theo, que pintó su vida de color rosa.