El día más esperado de mi vida.

Hoy salgo de este lugar que me trae tan malos recuerdos, el maldito horfanato. Nunca me gustó, ni el lugar, ni la ubicación, ni el personal que cuida de los niños. En fin, nada. No voy a extrañar ni el más mínimo detalle. Quizás la vida ahí fuera no me depare grandes cosas, pero prefiero cualquier infierno a estar eternamente aquí.

Por ser una de las chicas más ejemplares, - porque sí, soy de las mejores en conducta a pesar de no soportar esta mierda - me ofrecieron quedarme y dedicarme a cuidar huérfanos el resto de mi vida. La verdad, no me reí en la cara de la señora porque no quería que cambiaran la imagen que tienen de mi. Solo me limité a decirle que quería explorar todas mis posibilidades y ser más independiente.

Salí por la gran puerta de la entrada principal y ni siquiera me volteé a despedirme. Me voy para no volver, este lugar solo es dolor para mi. Ahora solo quedaba buscar donde dormir esta noche. Ese era un pequeño detalle que había olvidado por completo.

Caminé sin rumbo durante un buen rato, buscado posada en algún lugar. Mis ojos se iluminaron al ver un posible lugar para dormir y quizás podría hasta pasar la semana aquí.

Entré en el pequeño recibidor, a ambos lados habían pequeños muebles donde algunas personas conversaban despreocupadas. De frente a la entrada estaba la recepción. Me acerqué hasta allí y la chica detrás del mostrador me sonrió amablemente.

- Hola. ¿Puedo ayudarte en algo? - dijo manteniendo la sonrisa.

- Claro. Me preguntaba si tendrán habitaciones disponibles - ella revisó en los papeles del registro y me sonrió otra vez.

- Sí, estás de suerte porque es la última. Si la vas a tomar este es el precio - me acercó un papel con una cifra algo baja para una persona con dinero, pero un poco alta para mi situación económica actual - Puedes pagar cuando te vayas y así cancelas la cuenta completa. No ofrecemos comida ni lavandería. Los baños son por pisos y están la final de los pasillos.

¿Los baños son por pisos?¿Tengo que compartir el baño? Bueno, supongo que tampoco cuento con suficiente dinero como para un hotel cinco estrellas, así que tocó conformarme. Además, no tengo otro lugar, no tengo más opciones.

- Bien, me quedo la habitación. Que sea una semana. Pagaré al final de mi estancia. Gracias. - ella me dio la llave de la habitación y me indicó cómo llegar. Me alegré de que estuviera a solo tres puertas de la recepción, así no tendría que subir y bajar escaleras, porque no las soporto.

Entré en el lugar y lo que vieron mis ojos no me gustó para nada. Una cama para dos, pegada a la pared, a su lado una ventana y en la esquina opuesta a la cama una pequeña mesa con dos sillas y un armario, igualmente pequeño, al lado de la mesa. Lo que no me gustó fue que estaba todo sucio, no había señas de que alguien hubiese vivido aquí por mucho tiempo.¿Cómo van a rentar una habitación tan mal cuidada?

No estaba aquí para elegir ni exigir nada, así que me contuve las ganas de salir corriendo y entré por completo cerrando la puerta detrás de mi. Coloqué la maleta en la cama y salí otra vez a la recepción. La chica aún estaba ahí con cara de aburrida. Me acerqué con una sonrisa forzada y ella me la devolvió.

- ¿Podrías prestarme algunas cosas para limpiar un poco el lugar? - su sonrisa ya se veía más forzada de lo normal.

- Claro, aquí al lado están los útiles de limpieza - caminé hasta donde me dijo y agarré lo que necesitaba.

Volví a mi habitación y empecé a limpiarlo todo detalladamente. Después de unas dos horas ya estaba limpio y reluciente. Busqué en mi maleta y conté otra vez el dinero con el que contaba, era suficiente para acabar de decorar este lugar. Salí del pequeño edificio y me dirigí al supermercado para compar algunas cosas.

Cuando cayó la noche ya estaba todo como yo quería. Sabanas de flores cubrían el colchón de la cama. En la mesa un mantel a juego con las sabanas y un florero justo en el centro. Una cortina blanca y algo transparente en la ventana y toda mi ropa bien ordenada en el armario. Ahora si estaba todo perfecto.

Volví a salir del edificio para ver que comía porque mi estómago estaba reclamándome el gasto de energía que había tenido durante el día. Me acerqué al bar más cercano y entré, dejando atrás a una pareja que se besaba sin control en la entrada.

Me senté en la barra y pedí una bebida energética para volver a levantar mis ánimos. Me giré para observar el movimiento del sitio y me sorprendió ver a tres chicas bajar las escaleras arreglándose el cabello y la ropa. Detrás de ella venía un chico, muy atractivo, con la camisa semi-abirta, su cabello negro desordenado, una sonrisa de satisfacción en su rostro y un brillo indescriptible en su mirada.

Me quedé mirando al chico, quien se acercó a la barra y se detuvo justo a mi lado. Lo pude observar con más detalle, sus labios eran carnosos y estaban un poco enrojecidos, quién sabe lo que estaba haciendo con esas chicas. Sus ojos, que en la distancia parecían negros, tenían un sutil tono miel. Tenía un tatuaje en su cuello que llegaba hasta su brazo, era la cara de la muerte mexicana, que lucía realmente hermosa en su piel. El chico se dio cuenta de mi mirada y volteó a verme. No me puse nerviosa en lo absoluto, no soy ese tipo de chicas. Solo le sonreí con sinceridad.

- ¿Tres en una sola noche? - dije sin más, a veces podía ser tan directa que me tenía miedo. Él no pareció incomodado ni nada por el estilo. Su sonrisa se agrandó más y se giró totalmente hacia mi.

- Ya ves, la vida es una, quizás me muera mañana, así que prefiero morir feliz. ¿Y tú? ¿Bebida energética a las nueve y media de la noche? No imagino lo que te espera en casa hoy - nos echamos a reír como solo lo hacen los amigos de años. Luego de nuestras risas bebió de su vodka y me sonrió extendiéndome la mano - Me llamo Logan. - tomé su mano y le sonreí de vuelta.

- Mucho gusto Logan. Yo soy Lluvia.

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Hola, aquí les dejo el primero. Espero que les guste tanto como a mi. Besos para todxs y nos leemos en el próximo. Ayudenme a que esta historia crezca porque creo que se lo merece.

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Vivir sin miedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora