Desperté y ya la noche había caído. No supe ni siquiera en que momento me quedé dormida, pero ahora tenía mucha energía y ganas de gastarla. Me levanté de la cama y fui al armario. Agarré unos shorts y una camiseta, los dos de color azul claro. La camiseta me quedaba algo holgada, pero me gustaba así. Peiné mi cabello hasta quedar sin un solo nudo y lo dejé suelto. A Logan le encantaba que estuviera así.
Busqué mi teléfono y abrí una de mis redes sociales. Tenía un extraño mensaje que me causó demasiada curiosidad. Era de una persona desconocida y eso fue más raro aún. Iba a revisarlo en el momento que Logan entró en la habitación alterado y dando un portazo. Nunca lo había visto tan enojado, de hecho no recuerdo haberlo visto en este estado antes.
Él se dio cuenta de mi mirada expectante y curiosa, y se acercó. Su expresión cambió a una de alivio y me abrazó pegándome a su pecho desnudo. Solo vestía unos shorts que llegaban hasta su rodilla y los pies descalzos.
Su inesperado acto no me dio tiempo de preguntar que había pasado. Quizás se había peleado con Luanna otra vez, pero no me pareció que ella estuviera aquí. Cuando nos separamos lo miré a los ojos, aún esperando que me contara porque no tenía pensado preguntar si él no me quería decir. Después de unos segundos en los que surpiró resignado, decidió hablar.
— Creo que mi madre está saliendo con alguien — no contuve mi sorpresa, me llevé una mano a la boca y abrí mucho los ojos— Sí, sé que es sorprendente, pero no me agrada esa idea.
— ¿Tan pronto consiguió pareja? — pregunté, recordando su divorcio hace poco.
— No entiendo cómo pudo. Dice que solo se conocen y nada más, pero a su edad cuando conoces a alguien te casas y ya. No quiero que se case con nadie.
En ese momento me pareció divertido. Hablaba de ese tema como un niño pequeño. Aunque también entiendo que nunca antes había pasado por esto. Y la verdad yo no podía darle muchos consejos al respecto.
— ¿Qué piensas hacer? ¿Se lo dirás a Luanna? — mis preguntas lo dejaron pensativo por unos segundos.
— No, no haré nada. Solo esperaré unos días. Si ella sigue saliendo con ese tipo se lo contaré a mi hermana.
— ¿Ya conoces al hombre? — volví a preguntar.
— No, únicamente sé lo que ella me dijo, que están conociéndose y que no llevan más de unos días. Quizás lo conoció cuando vino. O quizás solo vino por él. Mi cabeza es un lío.
— Tranquilo, verás que todo se va a solucionar. — lo alenté.
— ¿Sabes? Necesito relajarme. ¿Vamos al bar un rato? — me invitó en un intento de olvidar lo sucedido.
— Claro, vamos. Sabes que no te dejaré solo nunca.
Él me besó la frente y se fue al baño, seguramente a darse otra ducha. Yo no me duché porque acababa de despertar y antes de dormir fue eso lo que hice. Así que me dispuse a escoger mi ropa.
Rebusqué en todo el armario, había demasiada ropa ahí y no sabía que elegir. Al final me decidí por un vestido de picos amarillos y blancos, muy hermoso y perfecto para el momento. También escogí unos tacones blancos y dejé mi cabello suelto, como siempre.
Después de un rato Logan salió del baño y yo entré a maquillarme frente al espejo. Unas sombras sueves y sencillas, nada exagerado. Todo muy natural para no resaltar mucho y listo.
Salí del baño y me encontré a un chico que vestía unos jeans y una camisa de mangas cortas ajustados perfectamente a su escultórica figura. Su cabello desordenado le daba ese toque de chico malo que tanto le gusta a las mujeres. Su perfume inundaba la habitación y sus ojos color miel me miraban adornados por una encantadora sonrisa.
Nunca me canso de mirarlo. No me lo niego, pero sí lo reafirmo: estoy locamente enamorada de Logan.
— Estás presiosa, mi Llu — me dijo acercándose a mi.
— Tú estás guapísimo — asintió en agradecimiento y se detuvo justo frente a mi, sonrió y recordé el detalle que me faltaba — Me pongo perfume y nos vamos.
Presioné la pequeña tapa hacia mi. El líquido quedó impregnado en mi piel. Ahora si estaba lista. Salimos y en el pasillo, justo frente a la puerta de Luanna, estaba Andrea. Logan la observó unos segundos, luego miró a su hermana casi sin darle importancia. Se acercó a su madre y le besó la frente.
— Vamos al bar, no nos esperes despierta — le dijo, ella le sonrió y Luanna se interpuso, como siempre.
— Mi madre estará conmigo un rato, así que si no regresas temprano, — se giró hacia Andrea — puedes quedarte a dormir. No tengo ningún problema con eso.
Luanna trataba de robar la atención de quien le dio la vida, pero en su propuesta hubieron dobles intenciones, y me lo demostró cuando me miró disimuladamente y me giñó el ojo. Lo estaba haciendo para que Logan y yo estuviéramos solos. Muy astuta cuñadita.
— Bien, me quedaré aquí. Quiero pasar tiempo con ambos, así que estaré con Luanna. Diviertanse. — se refirió a nosotros — y, Lluvia, tenemos que ponernos de acuerdo con lo de...
— Sí, mamá, después hablan de eso. Adiós.
Logan no me dejó escuchar a Andrea. La interrumpió dándole poca importancia a lo que me iba a decir. Pero presiento que se trata de la supuesta boda. Ella debe estar planeando todo mientras yo trabajo. Aunque no se lo haya pedido, sé que lo hace. Además, cuando salimos de la habitación, sobre la mesa habían varias revistas de vestidos y lugares elegantes. Sin dudas se trata de eso.
Después de unos diez minutos llegamos al bar y todo estaba exactamente como lo recordaba. Logan se acercó a la barra y pidió vodka para los dos. El barman lo observó por unos segundos y sonrió de lado. Logan hizo lo mismo y el chico asintió.
No entendí sus señas raras, pero espero que nos sea lo que me estoy imaginado.
El chico sirvió tres tragos de la bebida: uno para mi, uno para Logan y uno para... ¿para quién? Luego de servirlos dejó la botella en la barra y agarró el tercer trago. Entonces entendí que era uno para cada uno.
— Un brindis porque al fin encontraste a quien tenías que encontrar. — dijo el chico mirando a Logan, luego me miraron a mi y yo también alcé mi copa.
— Salud — dijimos al mismo tiempo.
Después de eso el chico me explicó que hace unos meses le había dicho a Logan que cuando apareciera aquí con una chica que nunca hubiera subido con él a las habitaciones, sabría que esa era la chica con la que aprendería a amar a un solo corazón. Y pues, obviamente, en estos momentos esa chica soy yo.
Comenzó a sonar una canción de mi banda favorita y le invité a bailar. En aquella noche, ese chico de cabello castaño, ojos color miel y sonrisa encantadora, bailó, cantó a todo pulmón, bebió y se emborrachó conmigo. Nunca antes me había divertido tanto en mi vida.
Se nos habían pasado las copas hacía ya un buen rato y aún así seguíamos haciendo competencia de quién bebía todo de un solo trago. Obviamente ganó él, yo nunca antes había bebido tanto y ya el sabor del alcohol me repugnaba.
Empecé a sentir que mi mareo empeoraba y que todo me daba vueltas. Como una loca solté una carcajada al ver la gente bailar. Estaba tan mal que ni siquiera me enteré cuando Logan tomó mi mano y me llevó afuera del bar. Me miró con detenimiento y algo en mí se negó al contacto visual porque tuve que girarme para no vomitarle encima.
Estaba haciendo el oso frente a Logan, pero estaba extremadamente ebria y no me importó. Él intentó ayudarme a levantar y como estaba igual o peor que yo, casi nos caemos. Parecíamos fugitivos de una clínica de rehabilitación de alcohólicos anónimos.
En vistas de nuestro estado decidimos volver a casa. Subimos las escaleras dando tumbos y riéndonos estrepitosamente. Llegamos al apartamento y él abrió la puerta. Entramos directo a la habitación. Yo fui al baño a lavarme la cara y quitarme el maquillaje. Cuando salí Logan se había quitado toda la ropa y se había acostado en ropa interior. Yo no le di importancia a eso e hice lo mismo.
Me acosté a su lado en ropa interior y con el cabello recogido como una cebolla. Me quedé dormida en poco tiempo y no volví a despertar hasta el otro día.
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Vivir sin miedo
Novela JuvenilCuando cae la lluvia algunas personas disfrutan dormir, otras se ponen nostálgicos o melancólicos, otros sienten felicidad, y otros tristeza. La verdad es que la lluvia trasmite muchas emociones y algunas ni siquiera imaginamos que podemos sentir. I...