Nuestro beso se vio interrumpido por la falta de oxígeno. Busqué su mirada y al encontrarla sonreí. Era la primera vez que me besaban así, con dulzura, con suavidad. Durante este momento olvidé todo, mis miedos, mis inseguridades, mis traumas. Todo se borró con tan solo mirarlo a los ojos y ver su sonrisa cálida y perfecta.
Nos sentamos otra vez y antes de que pudiéramos decir una palabra, sonó el timbre. Me levanté para ver quien era. No esperábamos a nadie y a estas horas no se hacen visitas. O eso pensé yo, porque al abrir la puerta me encontré con una señora de unos cuarenta años. Su cabello era castaño y sus ojos color miel intenso. Llevaba ropa muy elegante y una pequeña maleta. Me sonrió y luego miró detrás de mi como si buscara algo, o mejor dicho a alguien.
Logan se puso de pie detrás de mi y le sonrió a la señora. Si mi intuición no falla, ella es la madre de Logan. Me hago a un lado para que ella pueda entrar y así lo hace. Se abrazan con fuerza y ella le da besos a Logan por toda la cara. Me río un poco porque esta escena es muy tierna. Cuando se separan se giran hacia mi.
— Lluvia, ella es Andrea, mi madre. — le sonrió y ella hace lo mismo.
— Mucho gusto — digo — Yo soy Lluvia—
— Oh, mi niña, sé quien eres, — se acercó y acunó mi rostro en sus manos — eres la futura esposa de mi hijo.
— No, Sra. Andrea, yo—
— Mamá, vamos a la habitación para que te instales y me digas a qué debo esta visita — Logan la lleva hasta la habitación que está a la derecha del pasillo.
Pasan unos minutos y regresa rascándose la cabeza como si pensara en algo muy difícil. Se detuvo frente a mi y me dio una media sonrisa. Yo lo observé seria y con las manos en la cintura.
— No entendí,— comencé — ¿cómo que tu futura esposa? ¿Qué fue lo que le dijiste a tu madre?
— Yo no le dije nada, fue Luanna. Ella le dijo a mi madre que por fin había sentado cabeza y que estaba viviendo con mi prometida. Entonces mi madre vino a "conocerte" y a pasar tiempo con nosotros.— suspiró — Lluvia, mi hermana solo hizo esto para que mi madre viera, de alguna manera, que no sé cómo llevar mi vida de la forma que debería. No quiero que te sientas obligada a mentir, puedes ir ahora mismo y decirle la verdad. — se acercó a mi y rodeó mi cintura con sus brazos — Sea cual sea tu decisión quiero que sepas que no te voy a dejar sola, y eso también incluye que no te irás de aquí.— sentenció.
— Logan, — puse mis manos alrededor de su cuello y él cerró más su agarre en mi cintura hasta quedar pegados — tú me haz ayudado mucho todo este tiempo. Sin conocerme me ofreciste empleo, me compraste miles de cosas, me dejaste entrar, no solo en tu casa, sino también en tu vida. — sonreí, borrando todo rastro de molestia de mi rostro — Si mentirle a tu madre te ayudará a terminar tu problema con Luanna, no tienes que pedirmelo, yo haré lo que tengo que hacer. Aunque eso signifique mentir, yo tampoco te dejaré solo.
— Perdóname, yo no quería —
— Shhh— puse mi dedo índice sobre sus labios — no tengo nada que perdonarte. Perdóname tú a mi por juzgarte sin saber que no habías sido tú.
Él besó mi frente y me abrazó con fuerza haciéndome sentir tan a gusto como siempre. Nunca me cansaré de esto. Además, no creo que sea tan malo decir que estamos comprometidos. A fin de cuentas vivimos juntos y a estas alturas, todos los que viven en este edificio deben estar pensado que somos pareja. Así que, ¿qué más da?
Esa noche Andrea se fue a dormir temprano porque estaba muy cansada por el viaje. La verdad podíamos decir lo que fuera, pero nadie creería lo que en realidad pasa sabiendo que dormimos en la misma cama. Si me hubieran dicho que al salir del horfanato iba a pasar todo esto, hubiera contestado que estaban locos. Pero después de haberlo vivido, me doy cuenta de que, si fuese de otra forma, mi vida seguiría siendo la misma porquería de hace años.
×
A la mañana siguiente desperté temprano para ir a la oficina. Logan tenía una venta muy importante que hacer, que le daría más ganancia de la que había planeado. Andrea nos hizo el desayuno y nos sentamos los tres en la mesa. Íbamos a juego; él llevaba un traje negro con corbata gris, y yo un vestido gris, hasta la rodilla, el cabello suelto y unos tacones no muy altos, blancos.
— Van a juego. Eso les queda muy bien. Me alegra que hasta para vestir se pongan de acuerdo — comentó Andrea mirándonos.
— Gracias, mamá. Ahora nos vamos, en unas seis horas estaremos aquí. Mientras tanto puedes pasar tiempo con tu hija o salir de compras, como desees. — Logan se puso de pie y le dio un beso en la frente — Hasta luego.
— Hasta luego mi niño. — él rodeó los ojos y la abrazó. Andrea se giró hacia mi sonriente y tomó mis manos entre las suyas — Lluvia, cuida mucho de mi bebé, él es mi primogénito, y sabes que eso significa mucho para una madre — sonreí porque tiene razón, el primer hijo siempre suele ser el favorito. Se acercó a mi oído para susurrar — Estoy muy feliz de que te haya escogido a ti.
Me abrazó y al separarnos Logan entrelazó su mano con la mía y salimos del apartamento. La sensación de nuestras manos unidas alteró mis nervios. Una corriente eléctrica se deslizó desde mi mano hasta mi corazón y éste comenzó a latir con más rapidez. Se sentía muy bien.
Pero al recordar que todo era parte de una farsa para quedar bien con su madre, separé nuestras manos y maté las mariposas. No quiero ilusionarme con algo que no va a pasar. Entre nosotros no hay nada, él lo dejó muy claro hace un tiempo; solo somos amigos. Y el beso de ayer fue solo un pequeño desliz, nada más. Eso tengo que tenerlo bien claro en mi mente.
— Lluvia, no quería que te sintieras incómoda. Si no quieres que te toque lo entenderé — al parecer malinterpretó lo que hice.
— No, Logan. No me molesta que me tomes la mano. — suspiré — El problema soy yo. No quiero hacerme ilusiones para luego recibir un golpe de realidad. Creo que ya no deberías cuidarme tanto, ya han pasado dos meses y tú tienes que recuperar tu vida. Volver a visitar el bar, salir con chicas. Yo solo soy tu amiga, tu asistente, nada más.
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Hola, por favor den apoyo si les gusta. Nos leemos en el próximo.
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Vivir sin miedo
Teen FictionCuando cae la lluvia algunas personas disfrutan dormir, otras se ponen nostálgicos o melancólicos, otros sienten felicidad, y otros tristeza. La verdad es que la lluvia trasmite muchas emociones y algunas ni siquiera imaginamos que podemos sentir. I...