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Una semana después...



-¡¡¡salud!!! – brindaban los seis hombres, luego que la pareja de casados regresara de las oficinas del abogado Yoon, una vez terminados de firmar todos los documentos que indicaban que las empresas Systematic y Automatic Company, pasarían a manos de Jungkook y Yoongi respectivamente.

Finalmente todo había acabado

-¡Y feliz aniversario! – agregó Jimin un brindis más de felicitaciones por el segundo año de casados de la pareja.

Jungkook y Yoongi sonrieron ampliamente, disfrutando la compañía de sus amigos.

-Yoonie, ven un momento – tomó Jungkook a su esposo del brazo, alejándolo de los demás hasta llevarlo a los jardines.

El rostro de Yoongi evidenciaba muchas preguntas a la vez, interrogándose el por qué Jungkook lo había llevado hasta ese sitio.

-Yoonie, ahora que todo acabó y ya no estamos atados por ese testamento... quiero hacer las cosas correctamente... - pronunció Jungkook sus palabras con lentitud

-¿a que te refieres? – interrogó Yoongi más confundido por las palabras de su esposo

Jungkook tomó aire pesadamente, insertando una mano al bolsillo interno de su abrigo.

-Que quiero darte lo que te mereces – pronunció Jungkook, hincándose de rodillas frente al menor, sosteniendo una pequeña cajita carmesí.

-Min Yoongi... ¿quieres volver a casarte conmigo? – las palabras de Jungkook salieron sinceras y dulcemente de sus labios.

Yoongi dio una sonrisa angelical, para luego asentir con la cabeza una y otra vez, mientras su esposo le colocaba el inmaculado anillo de oro.








Cuatro meses después...



La alfombra banca que se tendía delante de él, armonizaba perfectamente con su blanco traje, que lo retrataba perfectamente como la viva imagen de un ángel celestial. Sus pasos eran lentos y armoniosos, acompasados correctamente con la música que acompañaba su marcha. Los rostros familiares y anhelados le daban la bienvenida con alegres sonrisas, conforme su paso se acortaba para llegar al lado del hombre que lo había estado esperando por toda su vida.

Su corazón latía descontroladamente, sus ojos permanecían abiertos de par en par, incapaz de dar un solo pestañeo frente a la celestial imagen que se aproximaba poco a poco hacia él. Los días oscuros dejados atrás, las lágrimas y arrepentimientos enterrados en el olvido. Un nuevo día, un nuevo futuro, nuevas aventuras y nuevos retos por afrontar. Una nueva vida en una ciudad que hundiría en lo más profundo los recuerdos de su primer encuentro para re-escribir sus nuevas memorias llenas de sonrisas, dichas y amor.

El amor que dos personas estaban a punto de prometerse eternamente frente a ese bello altar decorado con flores blancas en todo el arco, que combinaba perfectamente con las blancas sillas, las blancas mesas, la blanca vajilla y los blancos trajes de los invitados.

El Bello y la Bestia - KOOKGI (ADAPTACIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora