Dulce Hogar

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Ya se acercaban a aguas mas agitadas, su hogar ya estaba cerca, se podía observar una densa neblina y un cielo gris, pero ella habia aprendido a ser feliz, los ojos verdes de Candy vibraban de amor por las tierras que la recibirían a ella y a su familia, una sonrisa se dibujo en sus labios y sintió como los fuertes brazos de su esposa la envolvían con amor......

- Oh, amor me hubiese gustado que todo hubiera sido diferente con tu familia, pero no se dio y tampoco me arrepiento de lo que hice tiempo atrás.

- Y yo soy feliz que lo hayas echo, Te amo mi dulce guerrero, le dijo Candy besándolo de una manera apasionada, llena de amor, sus bocas se devoraban y degustaban a placer, recordaban en su cuarto su primer encuentro, solo que ahora era diferente, con hambre y frenesi se devoraban sus cuerpos haciendolos vibrar, como el llamado de Thor  con un trueno se escuchaba su agitar, sus manos se acariciaban sin reparo, sin sociego de una manera intensa, el va y ven de las olas al cursar el mar no eran mas agitadas que sus propios cuerpos, Albert degustaba a placer a su esposa, mientras ella vibraba emocionada al sentir el dulzor de su amor, sus cuerpos se amaban como ahora, como siempre.... asi envueltos en esa aura de amor y pasión transcurrio su viaje, hasta ......

- Ya estamos en casa amor, le dijo Candy, estoy con mi familia.

Bajaron todo lo que llevaban y fueron a su destino, el clima gélido les dio paz, y de inmediato todos le dieron la bienvenida a sus lideres, en medio de comidas, vítores y danzas, todo el pueblo estaba lleno de júbilo, las chicas coqueteaban con los apuestos guerreros hijos de Candy que llegaban con un tono de piel algo bronceada haciéndoles centellar como estrellas, las chicas se derretían por ellos, eran los chicos mas guapos de todo el pueblo y además todos unos guerreros, acaso podían pedir más y claro más de una se sentía atraída por Albert pero nunca salía de ellas, se hacían de la vista gloria, pues conocían lo que las bajas pasiones provocaban y mas de una habia perdido la Vida al intentar separarlos, además que ellos se encontraban absoluta e inevitablemente enamorados. Además, se decia que estaban bajo la protección de los dioses.

El agua miel pasaba y se acababa al igual que el tiempo trascurría, muchas lunas pasaron, muchas estaciones, que miraban como su familia se fortalecía cada vez más, pronto el tiempo paso como agua entre sus dedos, sus hijos se unieron a sus parejas y tuvieron sus hijos, a los que criaban con amor y devoción tal como sus padres lo habían hecho. El sufrimiento de Albert llego, cuando tuvo que entregar a su pequeña Candice Rouse al hijo de Archivald Cornwuel, uniendo asi dos clanes y fortaleciendo a un más a la región, pero a un que sabia eso y sabia que su pequeña se casaba por amor, también sabia que ya no seria lo mismo sin ella, recordaba el día que nació, como lo hizo sufrir, pues fue el parto mas difícil que habia tenido su mujer, se tardo mucho en darla a luz, decían que se habia tardado a un mas que cuando tuvo a los cuatrillizos, incluso habia tenido miedo de perder a su amada, sin embargo cuando vio a ese pequeño ser tan parecido a su mujer, no pudo mas que amarla y protegerla, asi la crio con mucho amor, recordó el día que fueron invitados a una fiesta con los Cornwuel, como el pequeño Archi se habia prendado a primera vista de su amada hija y ella parecía hechizada por el chico, ahora solo le quedaba rogar a los dioses para que le diera su protección y la rodeara de amor, cosa que pedía siempre por cada uno de sus hijos, quería que todos fueran felices, tal y como lo había sido el , al lado de su amada esposa.

El tiempo paso y pronto su hija estaba en cinta, sufrió lo indecible cuando ella dio a luz y le dio gracias a los dioses de solo haber tenido una hija mujer, pues con los hijos de sus hijos solo le quedaba celebrar, mientras que con su hija no lo podía hacer hasta que supiera que estaba bien.

El tiempo siguió su curso y sus hijos al igual que el se habian convertido en fieros gobernantes, pero también justos y buenos, manteniendo la paz en su pueblo las personas nacen y mueren, pronto les toco dirigir con mano férrea, pero también con mucho amor, vivían con absoluta abundancia y su pueblo fecundo lleno una región y luego otra, criando dos nuevas naciones Escocia e Irlanda, las que gobernaban fieros guerreros celtas, que son capaces de dar la vida por quienes aman y luchan con el corazón.

Atreves del tiempo ha llegado la leyenda que.........

Fin

La esclavaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora