Capítulo 10. Fiesta

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2007, Pasado.

Clara

En la fiesta estaba casi todo el colegio, algunos estaban en la sala, otros en la parte de atrás de la casa, otros en la piscina, estaban esparcidos por todas partes, demasiadas personas para mí gusto.

Mi mirada viajó por toda la casa es busca de, Thomas hasta que lo ví, bajando por las gradas, se veía tan oscuro, oscuramente perfecto, esos ojos que me hipnotizaban, llevaba puesto un short negro, una camiseta gris que se ceñía a su torso dejando ver lo bien trabajado que tenía su abdomen, unos tenis blancos acompañaban su vestimenta, nuestras miradas directas, nos miramos el uno al otro, él me veía de pies a cabeza sin descaro alguno, hasta que una chica alta, con cabello negro, se acercó a él, coqueteándole.

Em, Leo y yo, empezamos a caminar, entonces mientras caminábamos por la casa, me dí cuenta que debía dejar a solas a, Em y a Leo, ellos debían querer estar solos y yo estoy sobrando.

- Chicos iré dónde están mis compañeros. - pronuncié.

- ¿Estás seguras?


- Sí, Em.

- De acuerdo, luego nos juntamos.


No iré donde mis compañeros, algunos no me agradaban, tenían personalidades inmaduras y sobra decir que tolerarlos en clases era estresante, eran hirientes con los chicos del grupo de mate atletas, y con muchas personas que para ellos estaban por debajo, yo no lo veía así, para mi todos esos chicos y chicas que recibían ese trato por parte de mis compañeros eran superiores, muchas veces he visto su valentía y su seguridad en ignorar a cualquier persona al querer sobrepasar el límite de su tolerancia, los admiraba.

Me dirigí hacía la cocina, me llevé una decepción, no había comida solo bebidas y snacks, como podían tener una fiesta sin COMIDA.

Subí las gradas, había un pasillo con habitaciones a los lados, me paré frente a una habitación, cuando un chico se acercó a mí, me tomó del brazo tan fuerte que de pronto tuve un acelerón de adrenalina, las ganas de golpearlo recorrieron todo mi cuerpo.

- Ven, entremos

- No

- Vamos, dije. - pronunció como si fuese una amenaza.

- No iré a ninguna parte contigo. - sin más me acerque a él y le golpee la entrepierna con mi rodilla, el tipo cayó frente a mi y mi satisfacción fue grande.


Thomas, se acercó a nosotros y sin pronunciar palabra alguna solo con una sonrisa torcida en su rostro que reflejaba ¿orgullo?, empezó a golpear al chico que estaba aún quejándose por el dolor de su entrepierna, Thomas seguía golpeándolo, en el suelo, el chico ya no se trataba de defender y solo le gritaba a, Thomas que parará.

Agarré el brazo de, Thomas hasta entrar a la habitación y cerrar la puerta.

Nota de la autora: Me encanta, simplemente me encanta.

Dejen comentarios, quiero saber que piensan.

Pao.

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