NO SOY TAN ALTA ( fanfiction Jason Momoa)

Cap. 1- UNA TARDE MUY ABURRIDA

Daniela es mi "comadrita" bella  y yo la suya. Somos amigas y relativamente jóvenes y de otra cultura como para decirnos comadres como las doñas de los años 80. Ninguna de las dos tiene hijos así que nada de ser madrinas de nadie (jajaja) pero un día comenzamos a joder con eso de "¿Te imaginas que fuésemos doñas de las de antes, que éramos buhoneras de Sabanagrande y vendíamos pantaletas amarillas para el 31 de Diciembre- es una costumbre de doñas- Hablando así medio maloso, ordinarias?" Y así pasábamos los días. Ibamos a la clase de la universidad, nos comprábamos un café y bastaba que uno llegara a las 7 en punto a la clase de estadística y el viejo faltaba. Era ahí cuando mi amiga Dani y yo nos mandábamos nota de voz, ah porque ella cursaba en otro semestre y casi no tocábamos juntas.  

Una vez nos fuimos hasta una tasquita que vendìan cerveza y jugaban dominó, allí cerca de la Universidad y nos agarramos una pea maravillosa que terminamos en su casa, rematando con una botella de anís y jugo de limón. 

Allí empezó todo. Todo( me refiero a la joda) lo que me llevó a tener la más maravillosa relación de mi vida. Empezó con una botella de anís, si! con una de anís, pero eso de la relación sería 4 años después. 

- Comaita estoy más ladillada. Se acuerda en esos días de juventú' cuando ibamos a bailar en las plazas con ese grupito de salsa? Bromeábamos hablando como unas doñas.

-Comai como no recordar si ahí casi la dejan preñá... cómo era que se llamaba el catire ese feo que era su peor es nada?

-Comái no diga eso que usted se fue ese día y me dejó sola con un tipo, despues al  fulano ese no se le levantó aquello y la rayó en todo el barrio. 

-JAJAJAJAJA, pero bailaba sabrosoooooo.

-Cómo era que se llamaba el suyo? ( yo aún no le tenía nombre al mío, pero vio después una idea)

Así podíamos pasar horas, hablando como comadres y mujeres de barrio inventando cosas del pasado, populares, como las bailantas en las plazas, los mercados de buhoneros, las sopas de lata a la orilla del Río, como si en verdad nos hubiera pasado esas  cosas,  que a pesar de ser de clase media alta, nos venían a la mente y eso nos mataba de risa. Se que puede resultar burlona la situación, pero no dañábamos a nadie, era simple humor y de eso ya habían escrito en los famosos programas de humor de nuestro país. Uno muy famoso, era el personaje que interpretaba un comediante excelente para un programa de humor. Ese personaje se  llamaba Chepina que era una señora de clase media, una doña que era típica, escandalosa, ordinaria, llamativa, y llamaba a su marido por el apellido. Aquí hay una costumbre de ciertas mujeres, no sé por qué de  llamar a sus maridos por el apellido, cosa que me parece muy pintoresco y cómico a la vez. Y una vez se me ocurrió decirle a Dani dentro de la joda, que el "marido mío" me había hecho algo y ese marido mío lo llamaba Chacón. Esto causó una risa infinita y ella tambien le buscó su nombre a un presunto marido. Estuvimos buscando apellidos así bien feos jajaja y el de ella resultó ser Camacaro ( recordando a un vigilante del museo donde yo trabajé a los 19 años) Tambien éramos fans de pasarnos fotos de tipos hermosos de las redes sociales. Ella ama los tipos así vikingos: "Comai, a mi me encantan los tipos así grandotes, pelo largo, chivuos que tomen cerveza y se les chorre en la barba" esa frase se me quedó para toda la vida y a los días me presentó al vikingo: "Este es Camacaro" y su Chacón, dónde está? Wow, qué más quisera yo que tener uno así, pero imagínenme a mi, 1.62 de estatura, con cara criolla, latina y bueno me he conformado con lo queme venga, nunca me sentì merecedora de nadie así, aunque siempre empoderada, como dicen en las redes. 

Yo no sé si en el país que vives hacen esos tipos de juegos actuados, pero nosotras que estábamos tan aburridas siempre, inventábamos cada juego desde niñas que nos conocemos. Jugábamos a los acentos, veíamos el Chavo del 8 e imitábamos a las mexicanas, las colombianas como en las novelas y así. Siempre actuábamos, incluso delante de la gente, familia, amigos, nos nos daba pena.