Para Jungkook, su mayor anhelo es hacer feliz a su pequeño omega. Para Jimin, cualquier gesto de su Alfa hacia él es importante.
Jungkook decide llevar de vacaciones a su omega a uno de los más grandes huertos de fresas de todo el país. Para Jimin...
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El omega veía el atardecer en la pequeña colina en la cual había tenido un lindo picnic con su alfa.
Jungkook.
No paraba de pensar en cómo fue capaz de gastarse su dinero, el que tanto ahorro con mucho esfuerzo y dedicación, por un viaje.
Para él.
Porque Jungkook no era el tipo de chico al cual le gustase el campo, el no era ese tipo de alfa, el era amante de la ciudad y de las motocicletas, el campo sin duda no era un lugar en el que quisiese gastar su dinero.
Jimin lo conocía perfectamente, o al menos en esos aspectos, si no fuera por el, no hubiera venido aquí.
¡Cómo no lo pensó!
Ya era raro que estuviéran en la granja, pero al omega nunca se le cruzó por la mente el cómo llegaron ahí.
—¿Se encuentra bien?
La voz de alguien lo sacó de sus pensamientos, y es que su cara no era de las más felices en ese momento.
—Ah, si.
Sacudió levemente su cabeza antes de ver con detenimiento a la persona que le había preguntado, era el chico de los postres.
—Oh, tu eres...
—Si, nos vimos en el granero...
Respondió el peli castaño, realmente estaba haciendo revisión, la cual hacía todas las semanas, para verificar que no haya ramas de árboles caídos o cosas por el estilo.
—¿Y tu acompañante?
Un suspiro salió del omega, y el alfa ladeó la cabeza con algo de curiosidad, no acostumbraba a hablar con huéspedes, pero haría la excepción con el lindo pelirosa.
—No lo se.
Se limitó a responder y el castaño pensó una respuesta.
No le gustaba ver a los huéspedes poco cómodos y desanimados, aunque el no era el más sociable, intentaría ayudar al omega con su ánimo.
—Si tienes tiempo, ya sabes, quería recoger unas fresas para hacer más muffins, ¿deseas ayudarme? Te veo aburrido.
El castaño hizo una leve mueca después de hablar, claramente rechazaría, y pensó que sus palabras sonaron algo estúpidas.
—¿De verdad?
Un brillo en los ojos del omega apareció al escuchar las palabras de aquel chico y no dudó en aceptar.
—Por supuesto.
Respondió el castaño.
—Oh, y por cierto, soy Jimin.
—Yoongi, mucho gusto.
...
—Se ven deliciosas.
—¿Verdad?
Tomaron asiento en unas bancas y dejaron las canastas de fresas en una mesa de madera, el pelirosa desde hace ya muchos minutos le quería preguntar una opinión sobre lo que estaba pasando, pero no se atrevía.
—Emm, ¿puedo hacerte una pregunta?
Pensó unos segundos antes de asentír, no le veía lo extraño.
—Si supieras que tu pareja gastó sus ahorros para regalarte algo, pero sabes que esos ahorros eran algo importante para el, ¿qué harías?
El castaño suspiro y sonrió, eso era lo que le pasaba al lindo pelirosa, por eso tan decaído.
—No sabría que hacer para agradecerle, pues quiere decir que tu eres más importante que lo que tu pensabas que era importante para el.
Jimin ladeó la cabeza sin comprender completamente.
—Entre tu y la otra cosa importante, el te prefirió a ti, tu eres lo importante.
Jimin lo veía pensativo, ordenando las ideas en su cabeza.
—Tu le importas más que cualquier otra cosa, y se que no nos conocemos lo suficiente, pero una pareja así no se debe dejar ir.
Le dirigió una sonrisa y Jimin hizo lo mismo, había caído en cuenta.
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Yoongi te amo, cásate conmigo por favor 😭💜
Dato del día 🍓🍓
La amplia distribución de fresas silvestres se debe en gran parte a las semillas sembradas por pájaros. Ya que cuando los pájaros comen fresas silvestres, no digieren las semillas y pasan intactas y en buenas condiciones.
