Capítulo 35

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Estaba en un lugar desconocido, un pasillo oscuro y cerrado, no veía que hubiera salida, las paredes y el techo eran de un cemento viejo y húmedo. Un sótano o un pasillo bajo tierra, jamás le temió a los lugares reducidos y esta vez se sentía asfixiado, su respiración empezó a ser pesada y estaba inhalando aire caliente. Tocó las paredes rocosas buscando un escape antes de quedarse sin oxígeno, hasta que oyó una melodía y el ruido de unos utensilios de cocina siendo golpeados. Giró su cabeza a la izquierda, al final del pasillo había una puerta de madera con una alfombra de bienvenida en el suelo

La melodía... una que no podía recordar pero que sin duda conocía y tenía un efecto especial, su cuerpo empezó a percibir la emoción que le causaba.

Sus pies se apresuraron y al estar cerca de la puerta sintió olor a madera y un aroma parecido a un aromatizante de jazmín. No, no era jazmín, eran flores, era un olor combinado de diferentes flores.

Dejó de sentirse asfixiado al tocar el picaporte redondo y girarlo, no sintió peligro cerca, ningún miedo que lo pusiera en alerta. Al abrir la puerta el olor a flores se avivó y la melodía se hizo mas fuerte, se ubicó en una sala carente de luz. Apoyó su pie adentro, era su antiguo hogar, su casa de la infancia, la sala que compartió tantos momentos con su familia, cuando todo estaba bien y era sano. Las paredes estaban con cuadros de madera que su madre misma decoraba en un taller de pintura, todo estaba igual a aquella época, la chimenea en una esquina y el sofá Chesterfield marrón en el que sus padres se sentaban a mirar películas por las noches.

Volvió a escuchar el ruido de los utensilios, volteó al otro espacio, contra la pared cerca de la ventana estaba la mesa redonda del te y una mujer sentada dándole la espalda, Hoseok no pudo verle el rostro pero no fue necesario que lo hiciera porque podía reconocer a esa mujer delgada a millones de kilómetros, y lo que sintió fue suficiente para saberlo

Era ella, su cabello castaño largo cayendo en ondas hasta su cintura y su vestido favorito casual de verano, celeste.

Se apresuró a ella y la tomó del hombro, creyendo que no iba a poder hacerlo, que desaparecería cuando la tocara, pero no sucedió, la tocó y sintió en las manos una imperceptible brisa helada

Su hermana giró su rostro, sonriéndole cuando sus miradas se encontraron

Si bien sintió sus ojos picar no lloró, contrario a lo que deseaba hacer se sentó en la única silla libre frente a Jiwoo y memorizó cada detalle. En la mesa había una caja con collares y pulseras, la misma que ella coleccionaba y en sus manos una taza de te que llevó a los labios mientras lo observaba

Se veía tan hermosa, pacífica, luciendo tranquila y plena, radiante, su rostro estaba limpio y sin rastro de maquillaje y su piel blanca con extrema pulcritud. Parecía una broma ver que todo se había iluminado, el lugar seguía siendo el mismo con la diferencia de que ahora brillaba de colores, la chimenea estaba encendida encerrándolos en un aspecto hogareño. Ella resplandecía, como si su aura fuera lo que emanaba la luz de su cuerpo.

Lugar Seguro ~ Kookv/TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora