Capítulo 7

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¿Como una mujer tan hermosa está dispuesta venderse?-se preguntó el mafioso mentalmente mientras la observaba, sin poder concebir la idea-, ¿como si fuera un ganado, solo por un hombre?- continuo sus pensamientos. Devorando a la chica con la mirada.

Por otro lado, Tatiana estaba sumamente nerviosa por las miradas intensas que le dedicaba Alexey, a lo lejos.

La castaña no reconoció al mafioso.

-Anthony, me siento muy incómoda, nos podemos ir a nuestra habitación o a cualquier otra parte -solicito, la recién esposa, deseando escapar del pelirrojo, que la desnudo con la mirada.

Anthony era un jugador compulsivo. Su pasatiempo favorito, aparte de las drogas, era jugar, tal y como lo estaba haciendo en ese momento; estando muy enfocado en la ruleta. Había jugado casi todo lo que tenía. Aun así no se rendía. El rubio deseaba con todas sus fuerzas ganar aquella apuesta.

-Mi vida, pero si la noche acaba de empezar -cuestionó este, sin dejar de mirar la ruleta, dándole tiempo a Rómulo de que preparará todo para la noche. Ya que ambos tenían la intención de divertirse antes de entregarla.

-Está bien-dijo sumisa. Debiendo la mirada.

-Señor-dijo un camarero de repente.

-Dígame-contesto Anthony.

-El gerente del hotel, desea hablar con usted, ¡sígame por favor! -manifestó.

Anthony alzo la ceja izquierda confundido. Pero no dijo nada y siguió al sujeto.

Dentro de la oficina, los recién casados esperaron expectantes lo que el gerente tenía que decirle.

-Y bien, ¿para que nos mandó a llamar?-cuestiono el rubio, con una valentía que ni él se la creía.

-No sé preocupé, no es nada malo, es con motivo de su boda. Usted y su esposa han sido seleccionados para un viaje de recién casados por toda América-comunico, tan como le hubieron comunicado.

-¿Enserió? -Preguntó sorprendida la castaña.

-Si señora-confirmó.

-No me interesa -dijo Anthony, ya que al día siguiente se iba a deshacer de ella.

-Es una pena. Si fuera yo lo pensaría. Hay un premio de hasta un millón de dólares, para la mejor pareja en el crucero -comunicó-. Y como están recién casados, esa sería una buena oportunidad-sonrió el gerente.

Tatiana sintió aquel gesto del gerente falso.

Anthony abrió los ojos de par en par.

-Un millón? -Preguntó.

-Si, en el crucero, abra un sorteo adicional para la mejor pareja, de un millón de dólares... -manifestó.

-Mi esposo ya le dijo que no-dijo, Tatiana. Pareciéndole raro, todo aquello.

-Cambie de idea-cayó en la trampa.

-¡Pero Anthony!

-No te preocupes amor. Con ese millón mi vida cambiará -dijo egoísta.

-Será nuestra-reclamo la castaña.

-Perdón querida. Es la costumbre. Nuestras vidas cambiarán. De eso puedes estar segura -sonrió falsamente.

-Usted ha tomado la mejor decisión -manifestó el gerente, satisfecho de haber cumplido con su trabajo.

-Vamos -dijo Anthony.

Tatiana comenzó a andar para ir con ellos, pero Anthony la detuvo.

-Mi amor, espérame aquí -dijo su esposo. A él no le convenía que ella estuviera presente, ya que buscaría la forma de como, desvincular a su querida esposa e irse con otra mujer, a la cual si se lo merecía.

La elegida de un mafioso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora