¿Como una mujer tan hermosa está dispuesta venderse?-se preguntó el mafioso mentalmente mientras la observaba, sin poder concebir la idea-, ¿como si fuera un ganado, solo por un hombre?- continuo sus pensamientos. Devorando a la chica con la mirada.
Por otro lado, Tatiana estaba sumamente nerviosa por las miradas intensas que le dedicaba Alexey, a lo lejos.
La castaña no reconoció al mafioso.
-Anthony, me siento muy incómoda, nos podemos ir a nuestra habitación o a cualquier otra parte -solicito, la recién esposa, deseando escapar del pelirrojo, que la desnudo con la mirada.
Anthony era un jugador compulsivo. Su pasatiempo favorito, aparte de las drogas, era jugar, tal y como lo estaba haciendo en ese momento; estando muy enfocado en la ruleta. Había jugado casi todo lo que tenía. Aun así no se rendía. El rubio deseaba con todas sus fuerzas ganar aquella apuesta.
-Mi vida, pero si la noche acaba de empezar -cuestionó este, sin dejar de mirar la ruleta, dándole tiempo a Rómulo de que preparará todo para la noche. Ya que ambos tenían la intención de divertirse antes de entregarla.
-Está bien-dijo sumisa. Debiendo la mirada.
-Señor-dijo un camarero de repente.
-Dígame-contesto Anthony.
-El gerente del hotel, desea hablar con usted, ¡sígame por favor! -manifestó.
Anthony alzo la ceja izquierda confundido. Pero no dijo nada y siguió al sujeto.
Dentro de la oficina, los recién casados esperaron expectantes lo que el gerente tenía que decirle.
-Y bien, ¿para que nos mandó a llamar?-cuestiono el rubio, con una valentía que ni él se la creía.
-No sé preocupé, no es nada malo, es con motivo de su boda. Usted y su esposa han sido seleccionados para un viaje de recién casados por toda América-comunico, tan como le hubieron comunicado.
-¿Enserió? -Preguntó sorprendida la castaña.
-Si señora-confirmó.
-No me interesa -dijo Anthony, ya que al día siguiente se iba a deshacer de ella.
-Es una pena. Si fuera yo lo pensaría. Hay un premio de hasta un millón de dólares, para la mejor pareja en el crucero -comunicó-. Y como están recién casados, esa sería una buena oportunidad-sonrió el gerente.
Tatiana sintió aquel gesto del gerente falso.
Anthony abrió los ojos de par en par.
-Un millón? -Preguntó.
-Si, en el crucero, abra un sorteo adicional para la mejor pareja, de un millón de dólares... -manifestó.
-Mi esposo ya le dijo que no-dijo, Tatiana. Pareciéndole raro, todo aquello.
-Cambie de idea-cayó en la trampa.
-¡Pero Anthony!
-No te preocupes amor. Con ese millón mi vida cambiará -dijo egoísta.
-Será nuestra-reclamo la castaña.
-Perdón querida. Es la costumbre. Nuestras vidas cambiarán. De eso puedes estar segura -sonrió falsamente.
-Usted ha tomado la mejor decisión -manifestó el gerente, satisfecho de haber cumplido con su trabajo.
-Vamos -dijo Anthony.
Tatiana comenzó a andar para ir con ellos, pero Anthony la detuvo.
-Mi amor, espérame aquí -dijo su esposo. A él no le convenía que ella estuviera presente, ya que buscaría la forma de como, desvincular a su querida esposa e irse con otra mujer, a la cual si se lo merecía.
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La elegida de un mafioso
De Todolibro 1 Un trato es un trato, repitió aquel hombre de ojos verdes. Que me devoraba con la mirada, como un leon debora a su presa, con un apetito insaciable. O mejor dicho, ancioso por reclamar su Premio. Yo. Así que no tenía opción, debía cumplir e...