Prólogo

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Eran las cinco de la mañana mientras trataba de encontrar un lugar adecuado para Nat y para mí, unas horas atrás apenas y habíamos logrado convencer a nuestros padres de dejarnos hacer este viaje, un mes para nosotros solos lejos de todo y de todos, era un plan perfecto, de no ser porque al parecer ¡ninguna casa estaba disponible a las afueras de la ciudad!

—Deberías solo dejarlo, de todos modos es tarde, nadie va a contestar.

—Dejo de llamarme NuNew si no encuentro un lugar en la próxima hora.

—Bien— al parecer esas palabras le animaron, porque se sentó de nuevo a mi lado— ¿cómo vas a querer que te llame de ahora en adelante?

—Calla Nattasit, tengo hacer una llamada.

Marqué el número que venía en aquel anuncio, esperaba que alguien contestara, no podía ni imaginar el apodo que me daría mi primo si no lo lograba.

—¿Quién es y por qué llama a estas horas?

¡Bingo!

—¡Hola!—dije emocionado mirando a Nat— soy NuNew Chawarin, me interesa rentar su casa de campo por un mes a partir de mañana.

—¿Para eso me despiertó? Estos chicos de hoy en día no duermen ¿o qué?

—Lo lamento, pero es urgente, de vida o muerte.

Escuché a aquel hombre suspirar, posiblemente había sido grosero llamar a esta hora, pero necesitaba conseguir el lugar ahora.

—Escucha NuNew, la casa es tuya ¿está bien? Llama a las 11 de mañana de nuevo para acordar los detalles, ahora volveré a dormir, adiós.

—Que descan...— colgó. Bueno, al menos tenía la casa— Nat, ¡tenemos casa!

—Genial, ahora vamos a dormir— volvió a tirarse en la cama.

No volví a la cama, no podría dormir con la emoción que tenía por el viaje, nada ni nadie arruinaría mis felices vacaciones.

Tu casa ¡es mi casa!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora