CAPÍTULO 4

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Zee lograba ponerme de los nervios cuando estaba cerca de mí y eso no me gustaba, no me gustaba para nada. No tenía ni 24 horas que conocía al tipo y ya se creía con el derecho de tomarme de la mano y llevarme a rastras con él.
Cuando cruzamos la puerta de entrada pensé que se detendría, pero no fue así. Él continuó el camino hacia las escaleras, por lo que tuvo que pasar primero por la sala, donde ahora mi primo y su hermano se encontraban cómodamente bebiendo una taza de café.

—¿Qué pasa? ¿Por qué traes así al niño?

—¡Nat ayúdame!— dije ignorando el apodo utilizado por Max.

—¡Oye!— reprendió poniéndose de pie— ¿qué le haces a NuNew?

—Solo estoy ayudando ¿ok?— respondió él dándole una corta mirada a su hermano.

No tengo idea de qué sea lo que intentó comunicarle, pero definitivamente él sí lo entendió, porque enseguida cambió su gesto y tomó a Nat por los hombros.

—Déjalos, no son niños, ellos puedes arreglar sus asuntos solos.

—Pero...

—¿Qué tal si preparamos galletas?— vi a Nat sonreír y supe que estaba perdido.

¡Maldito traidor! ¿Mi querido primo acaba de cambiarme por unas galletas? Oh, claro que sí.

Zee continuó el camino hacia las escaleras y me hizo subir con él hasta llegar a la puerta de mi habitación.

—¿Traes contigo algún botiquín?

—Eso creo ¿por qué?

—Eso crees... No me fio de eso, ven.

Oh no, no está haciendo esto. ¿Por qué tengo que ir a su habitación?

—Espera, ¿qué haces? Sí tengo un botiquín, suéltame.

Él claramente ignoró mis palabras y para cuando pude decir 'gelatina' ya estaba dentro y sentado en su cama.
Lo vi moverse por la habitación hasta llegar a una de las maletas que estaban sobre las sillas del escritorio, de ahí sacó una bolsa y de esta una caja blanca de tamaño considerable que tenía una ambulancia pegada en el costado que era visible para mí. Era un botiquín. Regresó hacia mí con el objeto en mano y lo depositó a mi lado.

—Recuéstate.

¿Eh?

—Recuéstate NuNew— repitió mientras sacaba del botiquín un paquete de toallitas desinfectantes y un tubo de ungüento para el dolor.

No quería, de verdad no quería, pero lo hice. Me recosté sobre la cama justo como lo había solicitado. Lo vi abrir el paquete y con su mano derecha sacar una toallita, después su mano libre se aproximó a la orilla de mi playera, tomó la tela y comenzó a subirla.

—¿Qué haces?— me las arreglé para decir.

—Voy a limpiar la zona para después aplicar el ungüento.

—¿Por qué?

—¿Para aliviar el dolor?— preguntó de vuelta— es mi culpa que tengas el golpe, solo quiero ayudar.

—Puedo hacerlo solo.

—Sé que puedes, pero quiero recompensarte ¿puedo?

No contesté, solo evadí su mirada y giré el rostro hacia otro lado. Afortunadamente entendió y tomó aquello como mi respuesta, así que pronto sentí lo frío de la toallita desinfectante sobre mi piel. Limpió la zona donde estaba el moretón y después tomó el tubo de ungüento para poner un poco de su contenido en sus dedos índice y medio. Mi vista estaba en su mano, que poco a poco se acercaba más hacia mi abdomen, no pude evitar tensarme al sentir el primer contacto, el ungüento estaba frío.

—Relájate, solo estará frío un momento— dijo, para después comenzar a esparcir el gel por mi piel.

Los movimientos de sus dedos eran lentos pero firmes, se movían de lado a lado y luego en círculos, pronto el gel dejó de sentirse frío para pasar a sentirse caliente, señal de que estaba haciendo efecto en la zona afectada.
Mi mirada subió de su mano hacia su rostro, tenía una expresión suave, pero seria y parecía estar concentrado en su trabajo. De nuevo mi mirada cayó en los movimientos de su mano, la presión de estos habían disminuido y ahora apenas podía sentirlos de lo suaves que eran... No pude evitar pensar en que era la primera vez que alguien estaba ayudándome a curar el dolor de una herida, ni siquiera... La piel se me erizó sacándome de mis pensamientos para mirar el rostro de Zee cerca de mi abdomen, él acababa de ¡¿el acababa de dejar un beso ahí?!

—¿Qué estás haciendo?— bajé mi playera para cubrirme y me alejé de él arrastrándome hacia arriba en el colchón.

—Lo siento, solo... ya sabes lo que dicen, un beso sana los dolores.

—Eso solo se les dice a los niños.

—Exacto— sonrió de lado.

Rodé los ojos haciendo un mohín. Justo cuando creí que comenzaba a caerme bien, ¿es que nunca va a dejar de molestarme?

—No te enojes, solo bromeo. Aunque debo confesar que verte enojado es lindo.

—Mejor me voy— dije poniéndome de pie.

—Oye NuNew— llamó cuando abrí la puerta.

—¿Qué?

—Eres de verdad adorable cuando te enojas.

Me giré y le di una mirada feroz con el ceño fruncido, pero él solo se rio un poco más. Así que bastante irritado salí dando un portazo.
Corrí la corta distancia hacia mi habitación y en cuanto entré me tiré sobre la cama boca abajo.

—Te odio Zee Panich— grité contra las almohadas que ahogaron mi lamento.

🦋🦋🦋🦋🦋

¡Hola!

¿Cómo están?
¿Cómo estuvo su primer sábado sin Cutie Pie? Porque yo me la pasé llorando y comencé a ver de nuevo la serie💞😂

Anyway, denle gracias a esta personita que me recordó en tiktok que no había actualizado🤗

Anyway, denle gracias a esta personita que me recordó en tiktok que no había actualizado🤗

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Espero que tengan linda semana, ¿cuándo será la siguiente actualización? 👀

¡Nos estamos leyendo!

Twitter: PastelitoZonZon
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