CAPÍTULO 3

1.5K 77 28
                                    

Después del momento tan incómodo y altamente vergonzoso que pasé por culpa de Zee y su gran sentido del humor, al fin mi estómago estaba agradecido por recibir alimento y más por lo delicioso que era. Aunque el abdomen aún me dolía un poco.

Momentos antes...

Zee me sostenía con sus brazos mientras mis ojos mostraban la total sorpresa que sentía por el casi impacto y por estar en esta posición con él. Pero mi mente traicionera me jugó mal y trajo el recuerdo de él en toalla... No podía mentir, tenía el cuerpo de un Dios y gritaba peligro por todas partes; sentí como mi rostro comenzaba a calentarse y mis mejillas seguramente estaban tornándose rojas.

—¿Van a ligar o bajamos a comer?

La voz de Max me hizo entrar de vuelta a la realidad, no podía tener este tipo de pensamientos ni reacciones por él, por nadie y mucho menos si era un extraño para mí.

—Nadie está ligando aquí, casi caigo de la cama, es todo— le respondí— y tú ya suéltame— exigí a Zee. Y bueno, él fue muy obediente, así que simplemente me soltó y terminé en el piso.

Max al igual que Zee, se burlaron un poco y Nat se levantó de la cama para ayudarme, obviamente no quería hacer de todo un show, así que no me quejé de dolor, simplemente le di mi peor cara a esos dos y en compañía de Nat me adelanté al comedor. Después me colocaría algún gel para dolor.

La comida fue realmente deliciosa. Había degustado antes deliciosas pastas de todo tipo hechas por los mejores chefs, pero nada como esta. No podía creer que Max fuera quien cocinara esto y menos que lo hiciera tan bien, es decir, no lo conocía pero no tenía cara de ser fan de las labores domésticas.

—¿Cuál es el secreto? Tienes que decirme por favor.

Al parecer Nat estaba igual de maravillado que yo y pedía conocer la receta, reí un poco por la situación, mi primo casi rogándole a un desconocido. Pero no podía esperar menos de él, de nosotros dos era él quien tenía buenos dotes para la cocina, su madre se había encargado de enseñarle muy bien. La mía también lo intentó, pero al ver que no daba una y quemaba hasta el agua, optó por enseñarme algo más...

Para cuando terminé de comer, Max y Nat se habían enfrascado en una emocionante charla acerca de alimentos y recetas. Tan emocionante que deseaba salir de ahí.

—Creo que no tenemos lugar aquí.

Genial, ahora el tipo a mi lado cree que es buena idea hablarme.

—Mmm— respondí.

—¿Deberíamos huir?

—Definitivamente.

—Salgamos a dar un paseo entonces.

—Pff ¿yo contigo? No gracias, iré solo.

Dicho esto agradecí a Max por la comida y luego caminé hacia la puerta trasera, quería caminar un poco por los alrededores y quizá antes de que la noche y su oscuridad reinaran podría nadar un poco.

El lugar era lindo enserio, valía cada centavo de lo que cobraban por la renta. Lo que me recordaba que aún no pedía el número de cuenta de los Panich para hacer la transferencia, hice una nota mental para pedirla más tarde.
Seguí con mi paseo, el sonido de los árboles al ser mecidos por el aire era reconfortante para mí. Vi algunos pájaros volar de un lado a otro, no pude evitar sonreír ante la imagen, sus lindas alas siendo su motor de libertad.

—¿Te gusta el paisaje?— me sobresalté ante su voz a mis espaldas, así que me giré para encarar a Zee, que estaba a unos pasos de mí.

—Me gustaba hasta antes de contar con tu presencia.

—¿Por qué tengo la sospecha de que te caigo mal?

—¿Sospecha? Creí que era bastante claro.

—Auch— dijo con la mano en el pecho fingiendo dolor— bueno, tú no me caes mal a mí.

—¿Y eso me interesa por...?

—Eres muy cruel.

—No soy cruel, solo no me interesa tener ningún trato contigo.

—¿Por qué? Soy bastante agradable.

—Tanto que primero me sacudiste la cama y luego me dejaste caer al piso. Muy agradable— hice énfasis en la última frase.

—En mi defensa diré que estaba bromeando con ustedes y luego solo hice lo que me pediste.

—Tonto— hice una mueca— es obvio que me refería a que quitaras tus manos de mí, no a que me dejaras caer contra el piso.

—Ay ya, no es como que te hubieses hecho daño ¿no?

Sí.

—No importa. Ahora iré a donde no estés tú.

Crucé a su lado para dirigirme de vuelta a la casa, no tenía tiempo para perder discutiendo con alguien como él. Aunque al parecer el pensaba que sí, porque no di ni cuatro pasos cuando ya me había tomado de la muñeca para detenerme.

—Espera, ¿te lastimaste cuando caíste al piso?

—Ya te dije que no importa, solo suéltame— traté de zafar mi mano de su agarre pero no pude.

—Entonces sí te lastimaste, déjame revisarte.

Jaló de mi mano hacia él para comenzar a observar mis brazos, al no encontrar nada en ellos, una de sus manos se dirigió a mi abdomen mientras la otra aún sujetaba una de mis manos.

—¿Qué haces? ¡Déjame!

—Solo trato de ayudarte— cuando su mano me tocó, fue justo en la parte donde me dolía, así que no pude evitar soltar un leve quejido— ¿es aquí?

Tomó la orilla de mi playera para subirla, pero logré reaccionar a tiempo dándole un pequeño empujón lejos de mí, aunque no lo suficiente, porque a los segundos lo tenía de nuevo frente a mí y con una mano debajo de mi playera.
Sus ojos observaban el pequeño moretón que se había formado y saber que estaba así de cerca, tocándome, no hizo más que ponerme nervioso.

—¿Ya puedes dejarme en paz? No es como que mirándolo se va a quitar o dejará de doler.

Zee bajó de nuevo mi playera, lo cual agradecí. Pero luego me miró a los ojos y afianzó su agarre en mi muñeca, lo cual no era buena señal.

—Te ayudaré a curarlo.

Dicho esto comenzó a caminar de vuelta a la casa, llevándome con él detrás.



🦋🦋🦋🦋🦋

¡Hola!

Dije que actualizaría la semana pasada, pero no tuve tiempo, una disculpa.

¿Les gustó el capítulo?

¿Qué creen que pasará en el siguiente? 👀

Espero que estén bien.

Ya este sábado se termina Cutie Pie ¿están listos? Porque yo no😭

En fin ¡nos leemos pronto!

Twitter: PastelitoZonZon
Tiktok: p.de.pastelito

Tu casa ¡es mi casa!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora