ㅤㅤㅤ── tres ──

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Aquella vez, cuando a Jimin le hicieron esperar fuera del ala médica, él no tuvo la valentía para marchar por ese oscuro pasillo, sino que se quedó caminando arriba y abajo frente a la puerta

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Aquella vez, cuando a Jimin le hicieron esperar fuera del ala médica, él no tuvo la valentía para marchar por ese oscuro pasillo, sino que se quedó caminando arriba y abajo frente a la puerta.

Finalmente aquella enfermera que le había extraído sangre, Byeol, apareció con una sonrisa.

──Está despierto ──anunció con su propio rostro iluminado de felicidad.

Jimin dejó ir un largo suspiro de alivio, su lobo se había mantenido casi tan tenso como él y esa noticia había aliviado a ambos. Porque si estaba consciente era una buena señal, ¿verdad?

De pronto el pánico atacó al omega, dejándolo paralizado bajo la mirada extrañada de la beta. Por su cabeza pasaron millones de preguntas y suposiciones, pero la que más temió era si aquella podría ser la última vez que hablase con él, como una despedida.

──Majestad ──murmuró la mujer, caminando en su dirección con una calma contrastada con sus nervios horas atrás──, él está bien.

Jimin intentó confiar en ella, era una enfermera, pero su lobo no la conocía y por lo tanto era otra opinión ajena a la manada.

Suspiró y se quitó la gasa que cubría el pinchazo de la aguja para evitar que Yoongi supiese aquello, no quería preocuparlo y sabía que si se enteraba de la donación de sangre no le gustaría.

Entonces dio un paso al frente y no se detuvo. Miró a su alrededor mientras caminaba, a algunas camillas ocupadas por generales heridos y otras siendo limpiadas por las enfermeras tras haberse recuperado el paciente, cosa que no había notado antes por la adrenalina de la emergencia. Se sintió mal porque a cada paso que diese tuviesen que realizar una reverencia, pero no podía pedir menos siendo uno de los reyes.

Cuando encontró la última camilla, a la que habían trasladado a Yoongi, se acercó a la cortina semitransparente y permaneció unos segundos allí. En su interior se libró una lucha entre lo que debía hacer y lo que quería en realidad, pero sabía que no tenía que elegir nada; si estaba ahí era por su alfa y por el bebé, para confortar a ambos.

Cómo odiaba los hospitales y las despedidas... Deseó recibir buenas noticias, porque si por él fuese, habría salido corriendo en dirección contraria para no afrontar la realidad, una donde quizá el alfa no permaneciese junto a él.

Su temblorosa mano alcanzó la cortina azul y la deslizó con suavidad para poder verle. Allí estaba. El amor de su vida. Su marido. Su alfa. Su otra mitad.

──Yoongi... ──susurró.

Y se esforzó por mantener la compostura, de veras lo hizo, pero al cerrar tras de sí y caminar un poco más cerca de él logró fijarse en los tubos conectados a sus brazos y los vendajes de su desnudo torso. Eso logró encoger su corazón.

──Jimin, omega ──murmuró el monarca con una voz levemente más ronca de lo habitual.

Entonces él observó sus ojos cansados, el cabello suelto y alborotado, la piel pálida sin rastro de calidez y sus labios amoratados.

❝ Siempre te amaré 𝄄 𝒀𝑶𝑶𝑵𝑴𝑰𝑵 ❞ (#3) ~Serie amarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora