Se podía ver como la chica llamada Inoko abría lentamente los ojos hasta quedar totalmente despierta, la chica soltó un grito de rabia al recordar todo lo que había sucedido con anterioridad.
Inoko: (frenética) ¡Aaaaaaaaaaah!
Zenko: (asustada) ¡Se ha despertado!
Inoko: (persiguiendo a Zenko) ¡Peleemos! ¡Peleemos!
Zenko: (corriendo) ¡¿Por qué me persigues a mí?! ¡No he hecho nada!
La chica de cabello dorado se escondió detrás de la niña llamada Teruko, la cual se encontraba junto a sus hermanos y Tanko, quienes se quedaron mirando detenidamente a aquella alocada chica llamada Inoko.
Inoko: ¡¿Qué estáis haciendo?!
Tanko: Enterrando.
Inoko: ¡¿Eh?!
Tanko: Ayúdanos, Inoko. Aún hay más difuntos en la mansión.
Inoko: ¿De qué sirve enterrar los cadáveres? ¡No pienso ayudarte! Deja eso y pelea conmigo.
Zenko: (pensando) Tiene un problema grave. ¿No sabe por qué los enterramos?
Tanko: Cierto.
Tanko: (preocupada) Te duelen demasiado las heridas, ¿no?
Aquellas palabras bastaron para provocar a la salvaje Inoko, a la cual se le podía ver la vena que tenía en la sien debido a las palabras de Tanko.
Inoko: (ligeramente molesta) ¿Ah?
Zenko: (pensando) Esas dos están locas.
Tanko: No importa. Cada uno aguanta más o menos dolor. Traer a los difuntos fuera de la mansión y enterrarlos es duro, y viendo que T/N te golpeó con mucha fuerza estoy segura de que estás algo débil. Tranquila, lo haremos Zanko, los niños y yo.
La actitud amable y preocupada de Tanko era ciertamente conmovedora, pero también era un poco anormal, ya que no parecía percatarse de la situación en la que se encontraba.
Tanko: (sonriendo) Tu descansa, Inoko. Cuando termine con esto buscaré algunas hierbas medicinales para ayudarte a curarte. Pido disculpas por habertelo pedido y no haber tenido en cuenta tu estado.
Aquellas palabras tan amables y sinceras era algo que Inoko no podía soportar, pues pensaba que se estaba burlando de ella y que la estaba llamando débil de forma indirecta.
Inoko: (molesta) ¿Qué? ¡No me subestimes! ¡Enterraré a cien! ¡No! ¡Mil o a los que hagan falta! ¡Enterraré a más personas que nadie de aquí!
Varias horas después...
Tanto Tanko como el resto estaban rezando por las almas de aquellas personas a las que ha Ian enterrado, a excepción de Inoko, quien no paraba de golpear a los árboles con su cabeza, tal cual pájaro carpintero.
Teruko: ¿Qué está haciendo?
Kiyoshi: No la mires.
Shoichi: No.
De repente, unos graznidos provenientes del cuervo de Tanko resonaron por la zona. Tanko miró algo aliviada a su compañero animal, mientras que Zenko mostraba una cara de preocupación al ver que se podría tratar de un posible trabajo.
Matsuemon: (volando) ¡Descended la montaña! ¡Descended la montaña! ¡Descended la montaña!
Shoichi: ¡Un cuervo que habla!
Kiyoshi: Será mejor no pensar en ello.
Matsuemon: (volando) ¡Seguid a este gran cuervo!
Tanko: (preocupada) Pero no podemos irnos sin T/N.
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Herencia demoníaca. (Lector x Kimetsu No Yaiba)
FanfictionDesde su nacimiento, muchos lo tacharon como una abominación, pues era el resultado de la unión maldita entre un humano y una demonio. Abandonado por sus padres para mantenerlo a salvo de aquellos que deseaban su muerte, no tuvo más remedio que vale...