Capítulo 6: Un solo latido.

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28/02/22

Me sentía mal.
Eran muy fuertes los dolores que tenía.
Estos cólicos menstruales me estaban matando literalmente.

Me envía Aillard, fue algo que no imaginé que sucedería ya que el siempre estaba ocupado en casa, jajajaja si, el era como el ama de hogar.

Oigan, yo quedé perpleja, me sentía más consentida y caprichosa de lo que era

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Oigan, yo quedé perpleja, me sentía más consentida y caprichosa de lo que era.

Obviamente mi respuesta fue algo erróneo.
Fue un "Como va ser, que pena, no te he pedido nada, pero ven, si quieres traer algo que sea lo que tú quieras".

No pasaron ni 20 minutos cuando me escribe "Estoy afuera".
Salgo yo, en pijama, vuelta nada, no quería que me viera así, pero ya que hptas ¿no? Jajajaja.
Pasa a mi habitación, y nos acostamos, hablamos de lo que hicimos hoy, y no se, pero de un momento a otro el estaba encima de mi mientras me besaba.

Una de sus manos estaba en la parte baja de mi cuello (Detrás), mientras que las mías recorrían por su espalda tonificada en el punto perfecto.
Nuestras miradas se encontraban en tanta temperatura y pasión, encontrarnos en nuestro lago de sentimientos.

Mi corazón salía para encontrarse con en de el, y unirnos en un solo latido.

En medio de todo esto Aillard me susurra al oído — No aguanto más, vamos hacerlo.
Yo con voz gimiente y sonrojada le respondí — Pero aún tengo la menstruación ¿Importa?, A lo cual el me mira y niega con la cabeza.

Sobre la cama buscamos una cobija negra, para no manchar, el me acuesta delicadamente, en eso me besa apasionadamente, mientras teníamos ganas acumuladas, sus manos recorrían por cada rincón de mi cuerpo, me hacía erizar y estremecerme.

Joder, que delicado era.
En eso se levanta y busca el preservativo, lo abre y observo cómo se lo pone, lo miro de pies a cabeza, y pensaba en que como un ser podía hacerme sentir como nadie lo había echo, como alguien de carne y hueso, siendo un simple mortal entrara en la palabra ✨Perfección✨.

Se acerca, y se postra encima de mi, incluso teniendo en cuenta que cuando me tocó por primera vez hubo dolor.

Poco a poco siento que entra dentro de mi.
Yo suspiraba, mientras nos mirábamos, jamás duramos tantos minutos mirándonos a los ojos fijamente sin quitar la mirada.

Hasta que entra, empezó hacer sus movimientos, joder, ¡JODER! que rico y lo bien que se sentía, era algo incómodo pero no nos importó absolutamente nada más que ese momento, el dentro de mi, sentirlo, su cuerpo rozar con el mío, calor estando en un país de clima frío, solo estábamos el y yo.

Mientras el me hacía suya yo no podía evitar hablarle suave al oído diciendo cosas sucias, sabiendo que de por sí soy extremadamente sádica.
El comenzó acelerar, le pedía más y más, y que no se detuviera, empezaron a surgir gemidos, cada vez que salían el era más brusco, y se agitaba más, me dijo en una ocasión — Que rico es escucharte gemir, son música para mis oídos, pero cállate.

Una trilogía de amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora