Una trilogía de amor.

Capítulo 20: Todo.

Siempre serás el punto y final que nunca quise escribir.
Si te preguntan ¿Que fuimos?, Diles que fuimos las ganas de serlo todo.

Fuiste la forma más bonita que la vida me dio a entender que no todo podemos tener.
Y pensar que nuestro primer acto de amor fué elegirnos, y el segundo fué dejarnos ir.

Y aquí me encuentro yo.
De nuevo sola pero con la diferencia de que en esa soledad hablan recuerdos, de esos que desgarran el alma.

Siempre quise escribir tres puntos suspensivos en nuestra historia, en este libro donde está todo lo nuestro, pero de encargaste de borrar dos.

Éramos dos piezas que encajaban a la perfección, pero para mí mayor sorpresa no éramos del mismo rompecabezas.

Quizás para el fui un capítulo en su vida, mientras que en mi libro llevaba su nombre.

Éramos como diciembre y enero. ¿Saben?
Estábamos tan cerca pero a la vez tan lejos para ser felices juntos.

Ese "Nada que ver" que le decíamos a nuestra familia, o amistades..
Nos acercó.
Mientras que el amor nos alejó.
Éramos tú y yo, las personas imperfectamente correctas en la vida incorrecta.

Nosotros éramos los protagonistas, pero eso no significaba que el final fuera nuestro.

Y así termina todo.
Exactamente como comenzó, como desconocidos que se sonríen bajo las sombras de un recuerdo que ahora es mutuo.

Y a ti querido lector, agradecele por mí en cada página que me hizo feliz, regresa e intenta cambiar el final, porque no sabes cuántas veces lo intente.

Te envidio lector.
Tú puedes regresar la página una y otra vez.

A la final mi refrán del título se equivocó, Difícil y resultó imposible.

Dile adiós por mi.