Capítulo 24 - El Misterio de las Píldoras Malditas.

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Prisión de Los Lamentos – Piso 3

—¡Por favor, ayúdennos! —exclamó un prisionero exasperado arrastrándose por el piso de su celda.

—No deben preocuparse, les aseguro que dejarán de sufrir en unos instantes —contestó Arath Beker pisándole el pecho con su zapato, para luego obligarlo a consumir unas gotas de color verde musgo.

—¡Por favor, deténgase! ¡Se lo suplico! —vociferó su compañero de celda, quien yacía temblando en un rincón del lugar.

—Ten paciencia, tú también podrás acompañarlo muy pronto. Les prometo que encontrarán un lugar mejor en la muerte —respondió acercándose a él para tomarlo por el cuello y obligarlo a beber parte de la extraña sustancia.

Beker soltó a los prisioneros e inmediatamente estos comenzaron a toser de manera incesable, retorciéndose con los ojos ensangrentados y el cuerpo espasmódico —Eso será más que suficiente, tendré que esperar a que comience a hacer efecto el pequeño experimento. Mientras tanto, tendré que encargarme de la seguridad restante antes de ir a divertirme con los niños —comentó saliendo de la celda.

Prisión de Los Lamentos – Piso 1

—Escuché unos gritos de auxilio, deberíamos informar a los guardias de seguridad —expresó Cloud inspeccionando la recepción.

—Los encargados están conscientes de lo que ocurre en estas instalaciones, por lo que es muy probable que sea algo complemente normal —contestó Zane con serenidad.

—¿Qué estará pasando aquí? —murmuró la recepcionista al chequear un equipo electrónico que se encontraba en su escritorio.

—¿Podemos ayudarla en algo? —inquirió Tezuka acercándose.

—No creo que puedan hacer algo con esto; parece que este aparato está presentando fallas extrañas, puesto que estoy perdiendo la comunicación con la seguridad de varios de los pisos superiores —explicó dándole golpecitos a ver si las luces se encendían.

—Permítamelo un momento —expresó Jaden sosteniéndolo entre sus manos. A simple vista parecía bastante estético, similar a los teléfonos de casa que se usaban en la antigüedad, por lo que el muchacho pudo identificarlo como una especie de intercomunicador. Sin embargo, por más que lo revisó, no pudo encontrar algún desperfecto en su funcionamiento, por lo que era más que evidente que algo malo estaba ocurriendo en ese lugar.

—Tengo un mal presentimiento de todo esto —comentó la recepcionista tomando un vaso de agua para intentar calmar los nervios.

—Deberíamos comenzar a revisar los pisos inferiores, estoy seguro de que Issey podrá encargarse de los problemas que se presenten allá arriba —sugirió Tezuka analizando la situación.

—Supongo, de todas maneras no podemos quedarnos con los brazos cruzados —respondió Jaden contabilizando su armamento.

—Deberíamos empezar por la "Zona Oeste", allá están ubicadas las celdas. El comedor y los demás sectores del Este seguramente se encuentren vacíos a esta hora —manifestó Rin uniéndose a la conversación.

—La Princesa Rin tiene razón, no he visto a nadie pasar por allá —contestó la recepcionista.

—Entonces en marcha, vamos todos a investigar —indicó Tezuka.

—Espero que no te acostumbres a darme órdenes, porque no estaré con ustedes por mucho tiempo —musitó Zane siguiendo al equipo.

Al llegar al área de las celdas, se percataron de que los prisioneros vivían en condiciones completamente deplorables; denotándose que la mayoría sufría por las heridas infectadas que recubrían sus cuerpos, o por la desnutrición severa que trataban de afrontar día tras día. Sin embargo, muchos de ellos se quedaron observando a los muchachos con asombro en el momento en el que estos comenzaron a caminar por el largo pasillo para realizar la investigación.

Tierra de Héroes. El Camino del GuerreroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora