Sultan Mehmed "El Cruel"

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La crueldad del nuevo sultán estaba haciendo que todos le temieran, pues apenas llevaba algunos meses en el trono y ya habia asesinado mas de 10 miembros de su dinastía.

Las historias sobre el comenzaban a expandirse por todo el mundo, algunos incluso se atrevían a asegura que el habia asesinado al anterior sultán.

Su orden seguía cumpliéndose, pues las sultanas seguian encerradas en los calabozos y seguian siendo torturadas, Mehmed incluso habia ordenado que las doctoras las curaran para que no muriesen.

También había embargado todas sus riquezas y propiedades, pasando a ser nuevamente del imperio, pero claro, no todo era crueldad, a pesar de todo, el dirigente del imperio era alguien bondadoso con su pueblo, pues habia creado una fundación para ayudar a los mas necesitados en honor a su esposa Hasret.

Aunque claro, los rumores no se hacían esperar sobre ella, algunos apostaban que era una bruja, que había lanzado un encantamiento sobre el sultán, que le impedía olvidarla aunque estuviese muerta, Selim habia escuchado a algunos hombres mencionar esa ridicula historia y todos ellos habían sido decapitados, advirtiendo asi que nadie podria hablar de la tan adorada sultana fallecida.

— Su majestad, está todo listo para ir a la campaña. — Selim informó a Mehmed, quien asintió invitándolo a sentarse junto a el.

— Melek ha estado enferma. — susurró el cansado, mientras Selim lo miraba con preocupación, para nadie era un secreto que la sultana mas pequeña era su favorita. — Me lo ha dicho mi madre esta mañana, dijo que no es nada grave, pero no puedo evitar preocuparme.

El pelirrojo asintió comprendiendo lo que el trataba de decir.

— Se que extrañan a su madre, yo la extraño mas que nadie. — el semblante frío que Mehmed siempre tenia, fue desapareciendo poco a poco. — Todo seria mas sencillo si ella estuviese aquí, ellos la necesitan, yo la necesito.

— Hermano, ellos no lo entienden ahora porque son muy pequeños, pero con el tiempo comprenderán que su madre los amaba y que no los abandonó. — Selim palmeó su brazo.

— Tengo tanta ira hermano, quiero arrancarles la piel, destrozarlas como ellas lo hicieron conmigo al matar a Hasret. — Mehmed susurró entre rabia y dolor.

Selim podía comprender perfectamente lo que el decía, Hasret habia sido mas que un angel en sus vidas, se había conformado com amarla de lejos, amarla viéndola feliz con alguien mas, pero ahora ni siquiera podría verla.

Unos toques en la puerta interrumpieron su conversación, era la sultana Hürrem junto a los hijos de Mehmed.

— Hijo, los traje aquí por que te extrañan. — sonrió ella, observando como todos corrian a abrazarlos.

— Yo también los extraño. — sonrió Mehmed, besando a cada uno, deteniéndose en Melek. — ¿Como te sientes mi angel?

— Estoy mejor padre. — sonrió ella con dulzura, con apenas dos años hablaba perfectamente y derretía el corazón de cualquiera. — Tio Selim.

— Sultana. — reverenció Selim sonriente.

— Soy una princesa tio Selim, mi abuelo me lo dijo. — el rey de Francia había llegado unos días antes al palacio y desde entonces habia pasado sus días juntos a sus nietos.

— Es cierto, eres una preciosa princesa. — el la cargó en sus brazos, haciéndola reír, mientras la pequeña besaba su mejilla.

— Padre, ¿donde está mi mamá? ¿Porque no ha venido? — Hümaşah lo miró con sus grandes ojos cafés, queriendo una explicación, con 3 años, ella era la mas suspicaz de todos sus hermanos.

Esa pregunta, por supuesto derrumbó por completo las defensas del sultán, causándole un semblante entristecido y lleno de sufrimiento.

— Mamá volverá pronto cariño. — Mehmed tragó grueso, disimulando una sonrisa, mientras sentía las lagrimas picar en sus ojos.

— Si pero ¿cuando? — ella lo miró.

— Si, está sola padre, a ella no le gusta estar sola. — Aysun la apoyó, aumentando el dolor en Mehmed.

— Debe estar aburrida, no tiene a nadie con quien jugar. — Ahmed se unió.

— Si, ¿donde está? — Osman preguntó con inocencia.

Selim y Hürrem miraron con pena a Mehmed, pues el habia retrasado esa conversación por mucho tiempo ya y ahora parecía haber llegado el momento oportuno para tenerla.

— Ella está muy lejos de aquí. — comenzó el. — Está en el paraíso y no puede volver.

— ¿Porque no puede? — Ayşe se interesó.

— Porque ella ya cumplió su mision en la tierra cariño, ahora debe estar allá y va a cuidarnos desde donde esté. — el sonrió con melancolía.

— Pero está sola padre. — Melek se entristeció. — Debe estar asustada y triste, a ella no le gusta estar sola.

— No está sola mi angel. — la miró. — Hay muchas personas con ella, está con su madre ahora.

— Con la abuela Catalina, ¿ella también fue para allá? — Aysun lo miró asombrada.

— Si mi rayo de luna, también está alla. — el sonrió ante la inocencia de sus pequeños.

— ¿Y no la vamos a volver a ver? — Osman preguntó queriendo llorar.

— Por ahora no mi león. — ese fue el detonante para que las lágrimas del pequeño salieran. — Pero algun dia iremos junto a ella.

— ¿Lo prometes? — preguntó Hümaşah.

— Lo prometo mi sol. — el sonrió, mientras los pequeños asentían, conformes con la explicación.

Pasaron un rato mas juntos, incluso cenaron todos juntos, hasta que horas después los pequeños fueron a sus aposentos, dejando solo a Selim y Mehmed.

— ¿Estas bien hermano? — Selim lo miró preocupado.

— Lo estoy. — asintió mirándolo a los ojos. — Gracias por todo Selim, estaría perdido sin ti.

— Eres mi hermano Mehmed. — ambos juntaron sus frentes. — Eres mi sangre y voy a protegerte y cuidar de mis sobrinos siempre.

Ambos se abrazaron después de esas palabras, entendiendo el lazo que los unía, prometiendo protegerse siempre, sin importar el costo.

— Mañana vamos a ejecutar a las sultanas y después partiremos rumbo a Buda. — determinó Mehmed con entereza, debía terminar con ese asunto, tenia que darle fin a todo para poder avanzar, tenia que hacerlo por sus hijos.

~~"En las penumbras de la oscuridad un rayo de luz nació, aclarando el espacio, trayendo paz"~~

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