Conociéndonos mejor

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—No esperaba verte hoy —digo, sonriente, a Henry, luego de abrirle la puerta. Lleva puesta una sudadera gris, y pantalón azul.

—Hubo una fuga de gas —sonríe y agita las manos.

—No creo que deberías sonar tan contento al decir algo como eso —elevo una ceja—. ¿Todos están bien?

—Sí, sólo una estufa de los laboratorios se rompió o algo así. Pero ya está arreglado el asunto. Por lo pronto, los alumnos salieron temprano, y, para que los padres estén tranquilos, las clases se suspenden hasta el lunes. ¡Se adelantó el fin de semana! Lamento haber venido sin avisar. Lo llamé, pero supongo que no estaba cerca del teléfono.

—Oh, lo siento. Revisaba la batería de mi auto.

—Ahora que lo pienso... rara vez lo veo en camiseta —me escudriña de pies a cabeza. Sostengo una llave, y estoy algo sucio—. Se ve muy sexi. No tenía idea de que sabía de mecánica. Es un estuche de monerías.

—Bueno —digo, algo abochornado—... mi tío era mecánico. Mi primo y yo trabajábamos para él en las vacaciones, cuando éramos adolescentes. Y me agradué de mecánica en el Ejército.

—Wow. Debería contarme más historias sobre usted y su juventud. Parece que no sé nada.

—Podría decir lo mismo que tú. Me enteré hace dos días que eres alérgico al pescado.

Lo invito a pasar, y voy a asearme, para pasar el rato con él. Finalmente, nos sentamos juntos en el sofá, a ver una película.

—Hábleme más sobre su juventud —palmea mi pierna.

—No se me ocurre qué podría contarte.

—¿Puedo preguntar cómo conoció a su exesposa?

—Preparatoria. Yo era un muchacho rebelde, pero aplicado en mis estudios. Incluso era popular, por así decirlo. Cindy era callada, reservada, y muy lista. Yo tenía ese tipo de fijaciones. Al principio, me repudiaba. Tenía una idea muy clara sobre mí. Creía que era un bruto provocador. Después de darle mi reseña sobre un libro que ella estaba leyendo, finalmente se fijó en mí.

—Aw, eso es muy lindo.

—Muy cursi, me han dicho. ¿Puedo preguntar cómo conociste a tu esposa?

—Universidad. Ella pertenecía a la facultad de Arquitectura. Era brillante. La conocí gracias a que un amigo nos presentó. Lo que me atrajo de ella fue su carisma. Era muy muy divertida. Y responsable. Era como la mamá de su grupo de amigos. Y nos gustaba las mismas cosas. Íbamos al cine muy seguido. Su pasatiempo favorito era ver películas. Sabía mucho sobre cine.

—Suena a que eran el uno para el otro.

—Así es —sonríe—. ¿Qué hay de su familia? Cuénteme de sus padres.

—Eran muy estrictos —me enderezo—. Papá me obligó a trabajar desde niño. Era un hombre grande y bastante severo. Estoy seguro de que más intimidante que mi yo actual. Mamá era una mujer amorosa, pero estricta. Quería que fuésemos gente de bien. Intachables. En casa el ambiente era pesado... —sonrío con nostalgia.

—Vaya... Eso explica muchas cosas. Quiero creer que fue algo bueno porque se convirtió en el gran hombre que es ahora —sonríe, y hago lo mismo. Después le doy un beso.

—¿Tus padres? ¿Ellos siguen vivos?

—Sí. Los dos, gracias a Dios. Pues papá es cool. Bastante infantil. Nos llevamos bastante bien. Mamá es un poco enojona, pero linda, a final de cuentas. Supongo que yo tuve más suerte al crecer en un ambiente tan liberal. Incluso con todos mis hermanos me llevo bien.

—Cosas de canadienses —bromeo.

—Creo que ya soy más de acá que de allá —ríe—. Aunque prefiero el clima frío. Me vestía todo el tiempo como personaje de South Park.

—¿Qué es eso?

—Una caricatura. Diablos, nunca entiende lo que digo.

—Cariño, yo vi cuando se estrenó Scooby Doo.

—Oiga —Henry se endereza, y me ve fijamente—, es la primera vez que me llama así. Nunca me pone apodos lindos.

—¿En serio? Oh... No sé por qué. Me salió tan natural... —siento cómo mis mejillas se ruborizan.

—Dígalo más veces. Se sintió bien.

—Ahora me da vergüenza.

—¿Por quééééé?

—¿Por qué tenías que remarcarlo?

—No sea ridículo —ríe.

—Tú podrías ponerme apodos lindos. Un «Harry», de vez en cuando, alegraría mi día.

—De acuerdo, Harry.

—Eso no se oyó natural.

—Nada le parece. Mejor me voy —se dispone a levantarse, pero lo atraigo al rodearlo con mis brazos, y ambos nos echamos a reír—. ¿Sabe? En casa, mi familia me llama Hank. O Hanky. Mamá suele decirme Oli a veces.

—Hank suena lindo. A mí me decían Rick. O Ricky. Sobretodo mis tíos y primos. Papá me llamaban rotundamente Harold. Mamá Harry. La mayoría de mis parejas me llamaban así.

—¿Trata de ponerme celoso?

Río, y beso su rostro y cuello repetidas veces.

—¿Por qué no mejor vamos a la alcoba y nos ponemos más cómodos?

—¿Vamos a acostarnos solamente o tener sexo? Personalmente tengo ganas de sexo.

—Entonces sexo.

Harold!!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora