golpes

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              ¤¤¤¤¤¤ capitulo 3 ¤¤¤¤¤¤

Abrí los ojos lentamente y un dolor fuerte de cabeza me invadió, mientras conocía el nuevo lugar desconocía donde estaba, empece a mirar hacia todo los lados y me espante.

—¿Dónde estoy? —pregunté asustada.

—Al fin la bella durmiente despertó — una voz me hizo levantar de dónde estaba sentada. El lugar era una casa, pequeña y de madera, por lo que podía ver había una estufa, una mini cocina, una puerta de madera a un lado, un mini comedor que contaba con dos sillas y una puerta a lo que yo asumí que era la de salida — jefecito venga a ver a la doncella.

Un hombre de al menos un metro 80 se paro frente a mi y miraba burlón. Tenía un palillo en la boca y estaba parado como baquero, era blanco, ojos claros, flaco y llevaba un sombrero puesto.

—Valla, valla, —dijo mirándome de arriba hacía abajo mientras se sacaba el palillo de la boca —si es la mismísima Mónica palacios, who would say, quien lo diría mamasita —mientras me miraba se re lamía los labios y eso provoco un poco de asco en mí.

De pronto una persona masculina entro a la casa, este era mas o menos de un metro 68, era gordo, tenía unos 60 o 70 años de edad. Tenía el pelo blanco pero era bien parado, es decir no llevaba baston ni nada de eso.

—Reina —dijo sonriendo y abriendo los brazos como si fuera a recibir un abrazo —pensé que no ibas a despertar nunca.

—¿Quienes son ustedes? —dije bajo pero segura.

—Eso no importa, lo que importa es quien eres tú —sonrío aun más.

Fruncí el ceño ante su respuesta — quiero ir a casa.

—No iras a casa.

—Quien me lo va a impedir —con mis dedos baje mi vestido y camine hasta la salida, el flaco alto me tomo por el brazo haciéndome retroceder —no me toque —bramé.

—No sea terca señorita palacios.

Me devolví para tomar impulso y correr, unas manos me tomaron por la cintura y me lanzaron haciéndome contrallar con el frio piso.

—Ahhh —gemí de dolor.

El señor me levanto y me aventó una galleta que me hizo caer nuevamente al suelo, mi labio se quebró y empezó a soltar un poco de sangre, con rabia la quite de mi boca y me volví a levantar.

—Mira puta de mierda, entenderás que este es mi terreno y aquí mando yo — demando el señor mirándome fijamente a los ojos. En ningún momento quite la mirada, no le tenía miedo a ese viejo

—Si me va a matar máteme ¿que espera? —le solté sin mas.

El rio a carcajada y luego tosió, yo fruncí el ceño ¿que le parecía tan gracioso?.

—Niña tonta —el me miro de arriba hacia abajo y yo exprese molestia odiaba que me llamaran niña y tonta. Uno porque odiaba a los niños y dos porque el tonto aqui era él —no te queremos a ti.

—¿Entonces?.

—tu queridisimo novio tiene una deuda con nosotros y hasta que el no nos pague tu no sales de aquí.

Pase de estar enojada a confundida.

—¿Alonso?.

—Si, tu noviesito.

—Se están confundiendo de hombre.

—¿Por casualidad tu novio se llama alonso santana?.

No respondí.

—Sip, lo sabía yo no me equivocó.

—Déjeme ir a casa, Alonso no tiene nada que ver en sus mamadas. Él tiene plata, tiene una familia que lo apoya, tiene empresa y va a tener una esposa el no tiene la necesidad de ligarse con gente asquerosa como ustedes.

— Pero lo hizo —él le hizo una seña al muchacho y este se acerco a mi y me dio un puñetazo en el estómago que me saco el aire —eso es para que cuide tú lenguaje.

—Jódanse —dije como pude, tosí dos veces ante la presión que sentí en mi estómago.

—Terca como la mula.

—Si lo que quieren es una sumisa paguen a una prostituta para que se lo chupen maldita sea.

El muchacho me dio otro puñetazo y caí al piso retorcida del dolor, no podía respirar, el aire no entraba en mis pulmones.

—Te voy a enseñar a hablarle bien a tus superiores aún así te cueste la vida.

—Malditos hijo de perra —susurre porque no podía hablar mas fuerte.

El muchacho me dio dos bofetadas, una en cada mejilla, el dolor era  insoportable, no podía hablar gracias al mismo pero eso sí, ni una lágrima salia de mis ojos, no le iba a dar el lujo de regalarle mis lágrimas.

—Párate —me ordeno pero no podía
—que te pares joder —el muchacho me agarro por el cabello obligando me a parar. Me puse de pie con su ayuda y mire al señor fijamente a los ojos, el muchacho aún me agarraba por el cabello porque sabia que si me soltaba caería nuevamente al suelo.

—¿Que es lo que le debe mi novio? — pregunte como pude.

—Eso no es asunto tuyo reina —me respondió.

—Si no es asunto mío ¿porqué estoy aquí?.

—Porque si el siente un poquito de amor por ti vendrá a rescatarte y si no pues morirás sabiendo que nunca fuiste amada realmente.

—Ya les dije que tienen al alonso equivocado.

—Y yo te dije que teniamos al correcto, a ver si te explico, el alonso de casa no es el mismo que el alonso de calle. Es mas puedo decir que esos dos alonso que viven en un mismo cuerpo ni se conocen porque son totalmente diferente.

—Ustedes son los malos aquí, quieren hacernos daños pero le saldra el tiro por la culata. En estos momentos ya me estarían buscando, mi cara en todo los poster del país. En todos los noticieros, muchas personas con mi cara pegada en un palo y talvez una marcha feminista con el logo ni una menos.

—Tengo en cuenta que siempre te han gustado las camaras. Ser el centro de atención, de nada entonces, otra cosa — dijo acariciando se los labios —tienes un lindo culito —me extremecí de la vergüenza.

—Mierda —dije enojada, muy enojada.

—Para la próxima usa bragas.

—Uso cuando me de mi maldita ganas, cuando salga de aquí le pondré una demanda no solo por secuestro si no tambien por acoso —solte con furia — es un maldito hijo de puta, aborto fallido, infeliz de mierda.

El se acerco a mi a pasos lento y yo no retrocedí ni baje la mirada, el levanto su mano y me dio la última bofetada, digo la última porque de esta me  desmaye.


Mónica🍀 Frenada Necesito Arreglarla.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora