Capítulo 3

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El camino a casa no era tan largo pero mientras más caminaba los pensamientos seguían inundando su mente, « ¿de verdad quería basar su vida en Eren? » Habían pasado ya dos días desde su pequeña pelea y ningún mensaje estaba en su buzón, tampoco tenía alguna llamada de su parte como si Alya no le importara en lo absoluto. Después de meditarlo unos segundos más tomó su celular para desbloquearlo, en su mente seguían las palabras que Step le había mencionado esa mañana durante las clases.

— Solo le pediste formalizar una relación que se supone ya tienen, no le pediste una boda por lo que es absurdo que se hayan peleado de esa forma.

— Yo sé que sí pero igual estaba exagerando, ya nadie formaliza en estas épocas. Es un poco vintage supongo.

— ¿Vintage? No, amiga. Eren tiene que darte tu lugar como su novia, llevan saliendo ya casi diez meses.

— Probablemente aún estamos quedando y yo mal interpreté las cosas.

— ¿Quedando? Quedando como pendejos más bien. Recuerda la regla de tres. Tres citas ya sabes lo que quieres con esa persona, tres meses ya formalizas, tres años te casas, bueno, ignora lo último pero aun así se supone que ya son novios, no veo el problema a que vaya a tu casa.

— No sé Step, no quiero complicarme más la existencia.

— Alya solo piénsalo, medítalo, manifiéstale al universo lo que quieres y él te lo dará.

Las palabras de Step marcaron algo en ella porque la respuesta era tan obvia y no había considerado nada de ello ¡Manifestar! Claro, era lo que tenía que hacer. Manifestar que Eren quiera formalizar su relación.

Al llegar a su casa corrió rápido hacía las escaleras para encerrarse en su cuarto sin importarle si había alguien, tomó una veladora blanca para encenderla al mismo tiempo que quemaba un incienso y se dispuso a meditar cruzando las piernas cerran...

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Al llegar a su casa corrió rápido hacía las escaleras para encerrarse en su cuarto sin importarle si había alguien, tomó una veladora blanca para encenderla al mismo tiempo que quemaba un incienso y se dispuso a meditar cruzando las piernas cerrando los ojos.

— Paz interior, necesito paz interior — « Vamos Alya, no te distraigas », pensó mientras continuaba con el mantra que empezó a recitar—. ¡Oh, gran Universo! Sí voy por buen camino con Eren házmelo saber con mariposas blancas y en caso de que no sea lo correcto, envíame una señal, algo que me vuele la cabeza —exclamó en voz alta pero sin abrir los ojos aún—. Tal vez eso sea muy extremista pero no importa —susurró y a pesar de ello continúo con su ritual, inhalando y exhalando el rico olor a canela que llenaba su habitación.

— Oh Universo. Yo, Alya Caley; manifiesto que Eren Leiva formalice nuestra relación lo más pronto posible.

Siguió meditando durante unos minutos más, acostumbrada a ello su cuerpo se relajó hasta que el sonido de una notificación la sacó de sus más profundos pensamientos. Probablemente con eso sería suficiente para que el universo la escuchara, tenía la intención y la voluntad suficiente por lo que no le molestaría que ella revisara su teléfono. Se levantó del suelo apagando la vela blanca entre la yema de sus dedos para dirigirse hacia su escritorio donde yacía el celular.

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