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Ya había pasado una semana completa en New York con Miranda, sin hacer mucho a decir verdad, ella iba a entregar encargos a la tienda de ropa donde trabajaba y al volver comíamos, salíamos a pasear y la ayudaba a poner pedrería o descocer costuras, después de todo estaba dándome un descanso.

-como va el trabajo?- pregunte del otro lado de la linea sin quitar la mirada de la costura que me encontraba deshaciendo.

-no mucho, el clima ha mejorado- respondió Robert vagamente -tú y tu hermana están bien?- volvió a hablar al no escuchar una respuesta inmediata por mi parte pues seguía concentrado en la tarea que Miranda me había dado -oh si, estamos bien- estire mi cuello pues comenzaba a dolerme por mantener la cabeza hacia abajo.

Puse mi mirada sobre la pantalla del teléfono -enviale mis saludos- dijo asiendo que su voz se escucho en gran parte de la habitación ya que tenía la llamada en altavoz. Robert y yo hablamos seguido, después de todo éramos amigos y parecía extrañar nuestra actividad recurrente.

Luego de colgar continúe con el trabajo que me falta en la costura.

Escuche los pasos de mirada aproximarse detrás de mi para luego oír su voz -quién era?- preguntó ella poniendo sus lentes sobre su cabeza -Robert- le di la vuelta a la prenda para ver si todo estaba en orden
-te envía saludos- se recostó cuidadosamente en la cama junto a mi.

El colchón se hundió un poco del lado donde se había recostado -es el hombre pelirrojo?- levantó una de sus cejas mirándome -si- respondí sin esconder mi sonrisa -ya veo- dijo divertida, ya le había contado sobre mis relación con Robert

-qué te dijo?- preguntó con curiosidad

-nada importante, terminé con la costura- le entregue la prenda que ahora solo era una camiseta sin mangas y sin encajes

-oh Dios, gracias, de verdad no quería lidiar con ella, ya terminé con el pantalón así que podemos ir a dar un paseo- respondió tomando la prenda entre sus manos y revisando los lugares donde antes estaban los encajes.

Asentí y comencé a divagar en mis pensamientos, había estado pensando en lo que Miranda dijo y en ese pequeño clic en mi cabeza, me negaba a aún tener sentimientos por remington pero era obvio que algo no estaba bien dentro de mí y ahora pasado un tiempo comenzaba a darme cuenta pero ese sería un asunto para mi psicóloga y para mi.

Narrador Remington

La grabación del video de puching bag me tenía a mi y a mis hermanos exaustos, gracias a todo el trabajo Mattwen no había pasado por mi mente en mis últimos días hasta que a lo lejos desde mi camerino vi a dos chicos que eran del staff tomados de la mano y sonriendose el uno al otro.

Una sonrisa se dibujo en mi rostro al ver las miradas que se dedicaban y sus gestos, un suspiro escapó de mis labios inevitablemente, realmente quería que Mattwen regresará.

Todos nuestros momentos juntos habían sido... Bellos incluyendo los peores y sombríos, cuando me detenía a revisar el pasado mi corazón se emocionaba al recordarlo dar pasos tan importante como ir a terapia y aceptar su medicación, me sentía afortunado de haber sido parte de ello, aveces quería dejar anclada mi mente a esos preciados recuerdos pero mis errores no me lo permitían.

El amor duele y parecía que él lo sabía, aún así me entrego su corazón y lo destrose sin piedad, pero me preguntó ¿si nada de esto hubiese sucedido, lo valoraría igual que ahora o seguiría escondiendome? De cualquier forma como Mattwen me había dicho "el daño ya está hecho"

Salí de mis pensamientos al escuchar a Sebastián llamarme, terminé de delinear mis ojos, revise que mi cabello estuviese en orden y salí a seguir con la grabación.

***

Me cruce de brazos apoyándo mis codos en la mesa -qué opinas?- pregunté luego de que Dom empezará a quitarse los audífonos -es muy bonita, la compusiste tu sólo?- mantuvo la mirada baja y pensativa, como si estuviera recordando la melodia.

-si, la melodia ya tenía algunos meses- respondí -son las mejores disculpas que puedes ofrecer- soltó él antes de echarse hacía atrás en su asiento.

Levante mis cejas y apreté mis labios -espero que pueda perdonarme- recargue mi mandíbula en mi mano viendo a la nada.

Luego de unos segundos de silencio habló -te veo mejor- dijo dejando los audífonos sobre la mesa y cambiando el tema de la conversación a lo que respondí sin verlo -si, el trabajo me a ayudado a despejar la mente- respondí pensativo

-es bueno escucharlo, comenzaba a preocuparme que vivieras para siempre dejándote comer por la culpa- negué con la cabeza

-si, lo extraño pero todo el trabajo mantiene mi mente ocupada-

muchas veces pensaba en cómo se sentía él, si su ansiedad estaba bajo control, si estaba tomado sus pastillas, si había tenido alguna recaída...

Hablamos por un rato más y regrese a casa, que estaba totalmente sola como antes pues los chicos habían salido con sus novias y después de los agitados días de grabación se darían unos días para estar con ellas, tiré mi chaqueta al Sofá y me deje caer en él también suspirando con los ojos cerrados, tenía bastante sueño y cansancio acumulado, cuando trabajaba y estaba con mis amigos me sentía mejor pero luego cuando llegaba a casa decaia en tristeza.

No quería volver a estar solo, ahora sentía como si Mattwen fuera una parte importante de mi vida, algo que me daba felicidad y me hacia sentir bien, estaba muy enamorado de él.

Me levante y encendí mi computadora, volví a escuchar la canción prestando atención a cada detalle -Dios...- solté mirando a la nada tratando de pensar en un nombre para ella mientras que la melodia del piano inundaba mis oídos, pensaba en todos mis sentimientos y en él para conseguir un nombre apropiado pero nada surgía de mí cabeza o al menos no nada muy interesante.

Compañeros  T2 {Remington leith} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora