La cafetería fue un éxito, se lo atribuyo al estilo vintage que decidí poner en la decoración; paredes blancas con detalles azul turquesa y utilería en dorado, además de los deliciosos postres, mi madrina era una persona que cocinaba delicioso ella tenía un banquete para fiestas y fue ella quién me dio las recetas para la cafetería; al cabo de dos meses tuvimos que contratar personal pues no nos dábamos abasto, y Alain y yo volvimos a nuestros respectivos trabajo; era la mejor manera de seguir ahorrando dinero para el futuro que yo creía íbamos a tener juntos.
Aunque de momento me sentía realizada, sabía que tenía en mis pendientes terminar mi tesis de la universidad para conseguir mi título pero por el momento las preocupaciones eran otras; a corto plazo era poner en regla legalmente las ganancias del negocio, establecer contratos firmados con los proveedores y todos esos trámites burocráticos que uno debe realizar cuando tiene un emprendimiento establecido.
A veces pareciera que la vida te da malas jugadas, o incluso pasa que a veces cuando sientes que lo tienes todo; algún imprevisto o las turbulentas vueltas de la vida hacen que ese sentimiento de "realización personal" se hace pequeñito, o lo que sentías seguro y aquí cómo consejo les digo (nunca den nada por seguro) se disuelva.
Después de medio año con la cafetería yendo de maravilla y Alain y yo tan bien en nuestros respectivos trabajos; de repente de la nada conocí un Alain que había olvidado que estaba ahí, un día me encontraba cómo cada sábado revisando las cuentas en el café, era de mañana lo recuerdo bien, Alain venía llegando del gimnasio para desayunar y no sé cómo percibió la escena que vió al entrar; uno de los empleados me dejaba el café que le había pedido en la mesa. Alain se acercó y se sentó en mi mesa y dijo
- ¿Y ese que?
- ¿Quién?¿Qué?¿Cómo que qué?. Lo dije sin demasiado interés, estaba absorta en las cuentas
- Ese tipo ¿qué?... ¿por qué te viene a dejar un café ?
- Ah ya, pues porqué se lo pedí, es nuestro empleado.
- Pues mucha sonrisita ¿no crees?
- Ahahaha sólo fue amable, amabilidad que se necesita para atender a los clientes de un café.
- Mmmm... pues sí tu dices.
Terminé las cuentas y Alain y yo regresamos a casa a descansar, pero seguía molesto, pensando en el empleado que me había sonreído. Para mala suerte, porque él parecía no entender nada; mientras estábamos viendo Netflix, y con mi celular conectado a la pantalla, aquel empleado me escribió para pedirme el día siguiente libre. Alain y yo leímos el mensaje en la tv, yo no iba a contestar en ese momento, así que Alain reacciono de otra manera imprevista.
-¿Por qué te pide el día a ti? ¿qué no sabe que yo también le pago?
- Sí pero supongo que yo le agrado más - guiñé con un ojo- no le gustó nada la broma, yo era demasiado bromista, le había bajado a mis bromas desde que estaba con Alain ya que se las tomaba demasiado personal y siempre teníamos problemas por mis bromas, él pensando que siempre eran en serio. Se paró y salió, no supe más de él en todo el día, no le gustaba hablar de los problemas, sólo se enojaba y se iba en cualquier problema sí es que no explotaba de rabia.
Me quedé dormida, desperté y me iba a preparar algo de comer, pero comencé a tener unos fuertes mareos, me quedé sentada en un banco en la cocina, esperando que la sensación pasará, mientras me encontraba ahí sentada sin hacer nada estuve pensando algunas cosas, y de la nada vino a mi mente que no me había llegado el periodo; fui corriendo a la recámara a buscar mi teléfono llevaba un registro de mi periodo en una de esas app que encuentras para ello.
"Días de retraso 12" leí en el teléfono; me sobresalte, no supe si de alegría o de temor, realmente no sabía sí era algo que quería ni que Alain quisiera, hasta el momento no habíamos platicado al respecto, claro que no nos estábamos cuidando pero tampoco era algo que hubiéramos planeado, lo cual es algo estúpido, sí realmente no lo queríamos teníamos que habernos estado cuidando pero no lo hacíamos desde casi nunca. Le marqué al teléfono para saber sí ya venía de regreso pero no respondía, estuve esperando por horas pero decidí que era mejor antes de hablar con él asegurarme de lo que estaba por decirle... salí a la farmacia a comprar una prueba casera, compré 5, estaba tan nerviosa que tenía miedo de que alguna fuera a no funcionar cómo sí de verdad más 2 pruebas no fueran suficientes; llamé de nuevo a Alain y nada, seguía sin contestar.
Llegué a casa, tomé las muestras caseras y fui al baño, mientras esperaba los minutos para ver el resultado miles de cosas pasaban por mi cabeza, ¿y sí él no lo quería?, ¿y sí yo no lo quería?, sí lo queríamos ¿qué pasaría con todo?, ¿qué tanto cambiaría de nuestras vidas?, ¿estábamos listos para eso? los nervios me tenían inmóvil, un mensaje de Alain llegó - "pasaré por la cena" - al menos ya no estaba enojado, al menos podríamos hablar de esto y la decisión que tomáramos no podría ser tan mala. Negativo.
La vida continuaría el paz.
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En manos equivocadas
RomantikSi todos fuéramos capaces de saber si las personas nos harán daño jamás habríamos vivido esas inmemorables aventuras; así que el dolor al final, puede ser el precio a pagar por nuestras dichas, el saber en que momento ponerle fin o que hacer despué...