El novio

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Diego y yo ya eramos novios, por fin. 

No sé como describir los primeros meses de nuestro noviazgo, todos los días era algo diferente.  Aunque el sexo era diario.

Me gustaba lo que teníamos por que por fin tenía un novio con quién podía irme a emborrachar con mis amigos e irme de farra. Tenía alguien que me cogía todos los días cosa que tampoco había tenido. Alguien que me consentía, que me quería, que era lindo. 

Pero... generalmente cuando no estaba conmigo, él definitivamente no estaba conmigo. Diego y yo podíamos estar desde las 7 de la mañana las 9 de la noche juntos, sin aburrirnos, haciendo miles de cosas pero si un día no lo veía no sabía nada de él en lo absoluto, se lo tragaba la tierra. Ni un mensaje ni una llamada, si yo llegaba a llamar él era la persona más seca del mundo, y no es que hubiera querido que fuera más lindo; creo que no podemos obligar a las personas a ser como no son, pero nada, que no era nada lindo. Me hacía recordar mi primer amor de la preparatoria creo que ha sido él único chico al que le rogué y le lloré por meses. En fin decidí no llamarlo seguido porque la verdad  que feo llamarle a alguien que quieres y esa persona ni una pizca de cariño ¿cómo para qué le llamaba?. 

Yo sentía que había ganado el premio mayor, porque nos la pasábamos súper padre juntos, pero la farra no es algo primordial para compartir y por haber pasado tanto tiempo juntos antes yo pensé que ya lo conocía, pero estaba equivocada. 

Para describir a Diego en la farra, el puede parecer una persona muy tranquila, de bajo perfil, sí, es un mamón; si lo conoces bien te das cuenta de eso, pero le gusta que la gente piense lo mejor de él así que siempre traía un bajo perfil; era muy buena persona con los amigos pero en el fondo y mientras más tiempo pasábamos juntos y aunque fuera lindo le salía el patán que llevaba sólo que hasta ese momento no sabía a que grado. 

Llegó la fiesta de fin de semestre, todo mundo va a esa fiesta, todo mundo de todas las escuelas y carreras, van muchooooos. Me encontré a unos amigos de la prepa en la fiesta, que digo amigos, eran mis mejores amigos de la prepa Jack y Ángel. 

- Juliiiiii - Jack me abrazó 

- ¡Bebéeee! Ángel me cargo y me abrazó fuertemente 

- ¿Cómo están? hace mucho no los veía 

- ¿Súper bien y tú?  

Mientras platicábamos un chico chocó conmigo y volteó para disculparse. 

- Chaparrita eres tú, perdón. - Era Fabián, que casualidad. Siempre me dijo chaparrita de cariño Él era mucho más alto que yo; habían pasado meses desde que decidimos no volver a vernos. 

- Hola. - Le dijeron Ángel y Jack a Fabián al unisono, pero él los ingonoró, nunca se cayeron bien. 

- Chaparrita ¿que andas bebiendo? tú no puedes beber - Me quitó mi vaso con vodka de la mano. 

Jack y Ángel se enojaron y le quitaron mi vaso a Fabián de su mano. 

- Y tú no puedes quitarle su alcohol a nadie y menos a ella - Le dijo Jack a Fabián, y yo me quede estupefacta y sin nada que decir, Jack y Ángel nunca quisieron a Fabián  y eso que duramos 4 años, la verdad es que los hice a un lado por estar con él, bueno no a un lado como tal pero Jack y yo eramos uña y mugre haste que conocí a Fabián y no sólo comencé a dejar de pasar tiempo con Jack si no que deje de ir a las fiestas de la prepa, Fabián no era de fiestas, yo me alejé de la farra y pasaba más tiempo con mi novio, cosa de la cual no me arrepiento por eso Jack y Ángel (mi compañero de pedas interminables) no lo querían. 

Todos se miraron con odio y me hicieron a un lado, pensé que se iban a golpear; en eso se acercó Diego y yo interrumpí las miradas con un 

- Mira Ángel él es Diego mi novio, y él es Jack son mis mejores amigos de la prepa. 

Fabián dió media vuelta y se fue, y sólo pudé notar la cara enojada de Diego pero no sabía porque. 

La fiesta siguió, nos fuimos algo tarde pero al fin y al cabo temprano porque yo tenía que irme a mi casa y Diego insistió en llevarme. 

- ¿Qué tienes? ¿estás enojado? te ves raro desde hace un buen rato. 

- No, nada. 

- Okay. 

- ¿Es que no te importa? 

- ¿Qué? es que no entiendo que tienes. 

- Ay nada ya, bájate del carro. 

- ¿Pero que pasa? 

- Pues es que Julieta no mames. 

- ¿No mames queeee? 

- Te valgo verga, me presentaste a tus amigos, pero no pudiste presentarme a Fabián. 

- Pero ya lo conoces 

- ¿Pues si pero y qué?  Tenías que presentármelo. Te valgo madres, no pudiste decirme que ese es tu exnovio.Si te lo quieres volver a coger sólo dime o ¿porque tanto pinche misterio? - Estaba gritando. Se alteró mucho, estaba ebrio y comenzó a golpear el volante de su carro. Yo no supe ni que hacer. 

- Sabes que, mejor piensa las cosas y nos vemos mañana. A mí no me gusta que me griten. Y no entiendo porque te enojas, tu eras mi amigo cuando él era mi novio, de verdad que no tiene sentido- Me bajé del carro y entre a mi casa mi mamá estaba esperándome. 

- Hola hija ¿Quién te vino a dejar? 

- Diego 

- Te viniste con él borracho, y luego se pelearon, si no porque llegas enojada. ¿Cómo te pudiste venir con ese borracho y luego como porque se pelean borrachos? ¿ Que no piensas o que te he dicho tantas pinches veces? No te subas a un carro con un ebrio. 

- Ya mamá vale. No vuelve a pasar. Mañana lo voy a terminar, el pendejo se puso a gritarme en el carro. ¿Qué le pasa? - Me fui a mi cuarto, no sé si era el alcohol el que me había hecho enojar tanto, pero Diego me había gritado se había puesto bien violento en el carro y perdón pero eso yo no lo iba a permitir en algún momento tuve un novio en la secundaria que golpeaba y yo no sé como se lo permití, pero si aprendí algo de mi relación con Fabián es que siempre hay que respetarnos en una relación. 

Al siguiente día fuí a buscar a Diego muy temprano a su gimnasio, estaba muy enojada la verdad, por muy ebrio que estuviera no tenía porque gritarme ni faltarme al respeto El no sabía que iba a buscarlo fue un imprevisto, así que lo espere sentada afuera del gimnasio hasta que salió.

- Hola.
-  Hola Que haces aquí?
- Vine a hablar contigo de lo de ayer.
- Con respecto a eso antes de que digas algo, de verdad he estado pensando en cómo disculparme contigo. - Me tomo de los brazos mirándome a los ojos - Perdóname Julieta, te juro que no soy así. Ni si quiera soy celoso, de  verdad no volverá a pasar.

Le di la oportunidad, no tengo ni idea de cómo tal vez porque me gustaba mucho y ya.

Después de unos cuantos días. Después de varios besos llenos de pasión y caricias en su carro.
Terminamos en un hotel cerca de su casa.

Sinceramente fue una de las cogidas más ricas que había tenido hasta ese momento, incluso mejores que las del innombrable; tenía tiempo que no tenía un orgasmo... Bueno sinceramente hasta ese momento de mi vida sólo había tenido 3 orgasmos y llevaba una vida sexualmente activa desde hace 4 años, lo disfrute mucho el hecho de que ese chico en la primera vez hubiera sido capaz de provocarme tanto placer. 

Pero el sexo no lo debería de ser todo. No lo es, ni aunque  estuvieras en tus mejores años cogibles. El sexo no lo debería ser todo. 

En ese momento no lo pensé así. 

En manos equivocadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora