Vueltas en la vida

15 0 1
                                    

Había hecho las pruebas de embarazo hace unas semanas pero seguía sin tener el periodo, un día de la nada tuve un dolor tan fuerte en el vientre que me imposibilitó moverme estaba en la cafetería antes de que se abriera, tuve que llamar a Alain para que fuera por mí, llegó y yo me encontraba tumbada en el piso de dolor, no podía moverme en lo absoluto. Alain me cogió en sus brazos hacia el carro y llegamos a emergencias. 

Después de varios exámenes y medicamentos para el dolor, encontraron que tenía una enfermedad hormonal que al mismo tiempo me había provocado varios quistes en la matriz, recuerdo las palabras de la doctora "No podrás tener hijos muy fácilmente" fue algo que me descolocó siempre había querido tener hijos, no en ese momento claro pero no crees que vas a llegar al hospital y te van a decir que los planes que tenías para tu vida no van a ser posibles cómo tú quieres. En ese momento, al escuchar la noticia Alain me tomó de la mano, sentí su apoyo, su cariño, salimos del hospital y en el carro me dijo "lo intentaremos, estaremos bien". 

Trataba de no darle vueltas al asunto y seguir bien, todo podría pasar y mejorar; continuar con la vida cómo mejor podíamos era lo más apropiado. 

-. -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Habían pasado 8 meses desde el diagnostico, Alain y yo nos encontrábamos muy bien, atendiendo nuestros negocios, la cafetería iba de maravilla y él tenía varios negocios de artículos deportivos. íbamos juntos al gimnasio, los dos enfocados en sus cosas. 

Un día, habían ido unos amigos de la universidad a la cafetería, algunos de ellos me contaban lo bien que la pasaban en la maestría de finanzas y lo interesante que era, me quedé pensando que yo también quisiera hacer una maestría así que estuve investigando al respecto para tomar una decisión y comunicárselo a Alain. 

- Me gustaría hacer una maestría. - Le dije a Alain mientras cenábamos unas semanas después de la reunión con mis amigos. 

-Haa ¿tú?¿Para qué quieres una maestría? 

-Para especializarme en algo, quiero hacerla en finanzas 

-Pero ni si quiera ejerces la carrera 

-Puedo ejercerla con más preparación 

- Pues será tu decisión, sólo te advierto que no vas a descuidar el negocio, ni la casa, tenemos gastos y yo también tengo otros asuntos que no me permiten dedicarme a la casa. 

No hable más del tema, no dije ninguna otra cosa, me empecé a preparar para hacer el examen a la maestría, pasaron algunos meses y no habíamos hablado del tema de tener hijos, no teníamos que hablarnos, él tenía sus planes, yo los míos así que todo iba muy tranquilo.

Un día llegó un cliente muy guapo, alto, moreno de ojos apiñonados y sonrisa de comercial, nuevamente una de esas sonrisas de comercial, me encontraba sola en la cafetería así que yo le tomé su pedido 

- Hola ¿qué vas a llevar? 

-Hola, me puedes dar un late con canela por favor 

-Claro que sí, ¿deseas algo más? 

- Lo que quiero, no creo que pueda obtenerlo - Su respuesta fue tan extraña, pero por mi simple cortesía le seguí la conversación. 

- ¿Por qué no? - le pregunté mientras le preparaba el café 

- Porque es la chica más linda que haya visto, no creo que no tenga novio - Estaba tan entretenida en la preparación de su café que no entendí que se refería a mí, lo terminé y se lo entregué diciéndole - Bueno, y ... ¿por qué no le preguntas?, es la única solución. 

En manos equivocadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora