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Hienas, esos animales que no sabes si son gatos o perros, pero están en un intermedio entre ambos. Ni felino, ni canino ¿Que son en realidad?
Una especie tan única que tiene su propia familia, donde muy pocos son los que se encuentran dentro de ella, sin embargo, también un animal tan único tiene comportamientos únicos.
¿Sabían que su jerarquía es matriarcal?
¿Hembra o macho? ¡Quien sabe, tiene físicamente los mismos órganos sexuales!
Pero en Night Raven College solo existía una hiena en todas sus tierras y esa era Ruggie Bucchi, un solo macho en ese lugar sonaba muy bien. No peleas, discusiones, una vida pacífica para esa hiena... Bueno, eso era antes de la llegada de esa tímida hiena a sus terrenos.
—¿Una hiena? —preguntó iluso observando como el castaño se encogió de brazos mirando a otro lado.
—Te sacaron de tu dormitorio... ¿Por otra hiena? —pregunto burlón recibiendo un gruñido de respuesta—. Ok, ok. Pero no entiendo, Leona nunca te sacaria, no le conviene.
—Fue un trato, yo perdí, me largo —suspiro cansado recostandose en el sillón ante la mirada de ambos chicos—. ¿Podrían darme hospedaje?
—Claro que si Ruggie, pero necesitamos saber qué fue lo que pasó para que terminaras aquí.
—Puff —bufó molesto al recordar lo sucedido, pero que más le daba, humillado ya estaba—. Todo pasó hace un mes, cuando llegó esa hiena.
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