𝑅𝑢𝑔𝑔𝑖𝑒 𝐵𝑢𝑐𝑐𝒉𝑖

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ᴇꜱ Éʟ ᴛɪᴘᴏ ᴅᴇ ᴇꜱᴛᴜᴅɪᴀɴᴛᴇ Qᴜᴇ

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ᴇꜱ Éʟ ᴛɪᴘᴏ ᴅᴇ ᴇꜱᴛᴜᴅɪᴀɴᴛᴇ Qᴜᴇ...

ᴘʀᴇꜰɪᴇʀᴏ ᴇꜱᴛᴀʀ ᴇɴ ᴍɪ ʜᴏɢᴀʀ

Vacaciones, la fechas mas esperadas para todos, sin excepciones

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Vacaciones, la fechas mas esperadas para todos, sin excepciones. Estudiantes, profesores, obreros, godinez; un merecido descanso para todo el estrés que le hicieron pasar en sus horas de oficio de uno.

Los estudiantes del Raven Night College tenían la opción de regresar a sus lugares de origen o quedarse en la escuela a pasar de sus merecidos descansos, una revoltosa hiena ya se encontraba ansiosa de irse a su hogar a tener que seguirle haciendo compañía al desesperante león que se quedaría en la escuela.

Solo tenía que repasar su lista de cosas que llevaría a su hogar para compartir con su barrio y unas otras para pasar más cómodo sus vacaciones.

¿Será demasiado llevarme cuatro cajas de donas? —se preguntó a sí mismo observando las cajas de rosquillas que guardaba en su refrigerados privado. Un lindo regalo de cumpleaños de leona en regalarle un refrigerado, para ahí pudiera guardar las rosquillas que le regalara—. Supongo que no, si las dejo aquí tanto tiempo ya no servirán después. Los cachorros se alegraran de desayunar donas diario shshsh.

Guardo las cajas en una bolsa, ya listo para irse a su hogar y ver de nuevo a su abuela. Todo estaba preparado para unas placenteras vacaciones en Afterglow Savannah.

[ᴀꜰᴛᴇʀɢʟᴏᴡ ꜱᴀᴠᴀɴɴᴀʜ]

Rayos del sol tan fuertes que sientes como el agua de tu cuerpo se evapora, una cálida sensación sofocante y pocos lugares en donde refugiarte bajo las sombra. Claxons sonando por  todo el lugar y los habitantes caminando con prendas delgadas pero protectoras.

Si, Ruggie ya se sentía en su hogar.

Necesito llegar rápido o estas donas no durarán el camino —sonrió empezando su andar, saludando a la personas que reconocía desde su infancia en ese lugar.

Desde señoras licaones que lo rodeaban de miles de preguntas y afectuosos saludos, a esos leones peleoneros que su bienvenida fue una correteada de una cuadra al rubio. 

Definitivamente cada vez era más su hogar.

¿Ruggie? —una voz conocida le llamó por la espalda. La hiena se volteó bruscamente para encontrarse con esa envejecida hiena que lo había criado—. Sabía que eras tu, eres la única hiena de aquí que camina tan despreocupado después de ser perseguido por leones.

Abuela —corrió a abrazar a la anciana, cuidando de no lastimarla con todas las cosas que tenía en las manos. Un linda escena, donde dos hienas movían sus colas como canes, alegres de volverse a encontrar después de mucho tiempo fuera—. Te extrañe mucho, estaba esperando las vacaciones para pasarla contigo. Traje algunos regalos y mira —se separó del abrazo para mostrarle la bolsa donde se encontraban las cajas llenas de rosquillas— ¡Donas! Los cachorro se van a alegrar por probar algunas.

Ay hijo, siempre tan atento a todos —sonrió, pellizcándolo una mejilla del contrario—. Vayamos rápido a casa o tus donas se van a derretir con este calor —abrazo un brazo de Ruggie, comenzando a caminar rumbo al hogar de ambos—. Mientras cuentame ¿Que hiciste este año?, ¿Algo interesante que contarle a la abuela?

Ruggie rio nervioso, pensando en cómo explicarle todo lo que sucedió en el año. Entre la llegada de un "extraterrestre" a la escuela convirtiéndose en delegado hasta como su líder de dormitorio tuvo un overblot donde casi pudo haber muerto al por entrometerse. 

Tal vez, el omitir ciertos acontecimientos no afectaría a una tarde de chisme con la abuela hiena. 

[ᴀꜰᴛᴇʀɢʟᴏᴡ ꜱᴀᴠᴀɴɴᴀʜ-ʀᴜɢɢɪᴇ ʜᴏᴜꜱᴇ]

La tarde junto a la abuela fue de lo más acogedor, desde una larga charla acompañada con bocadillos salados que habían hecho juntos a una tranquila noche mirando desde el balcón como el sol se ocultaba. Ruggie había extrañado tanto a la abuela que ese primer día fue lo único que necesitaba.

Unas buenas y largas vacaciones junto a la abuela, siempre pasaba algo interesante cuando se encontraba con ella. Sin meterse en problemas y simplemente observando como era amada por todos los del barrio.

Los cachorros estaran muy felices cenando las donas que trajiste para ellos —comentó mirando al rubio quien disfrutaba de una de las donas—. Me alegra saber que hice las cosas bien contigo, mi querido Ruggie.

Oh vamos abuela, tu me criaste ¿Que podría haber salido mal en mi?

Tus ronquidos en las noches —dijo, recibiendo una rápida queja del contrario, logrando que las risas de ambas hienas sonarán en ese cálido hogar—. Pero aunque ronques como un hipopótamo, extrañaba escuchar algo en esta casa.

Vamos abuela, no tendrías que estar sola en mi ausencia. Puedes invitar a las señoras licaones, vayan que te aprecian mucho.

Me gusta no tener encima todo el día a esos caninos, pero no es una queja de que me sienta sola. Solamente quería escuchar la voz de mi Ruggie por aquí —sonrió levantándose del suelo para dirigirse a la cocina—. Esto sonó muy deprimente, mejor acompáñame a la cocina e intentemos cocinar algo con esas especias que trajiste del  País de las Arenas Ardientes. Olían tan picante algunos que me dolió hasta la garganta.

Tal vez deberíamos evitar esa especia, abuela.

Nuestra querida hiena se la pasaba tan bien de nuevo en su hogar junto a su abuela, que había olvidado que a su regreso el león lo atormentará por haberlo abandonado. Sin embargo, pasar tiempo con esa mujer iba a merecer cualquier castigo que le dieran.

Ruggie amaba a su abuela y eso se notaba en todo el barrio. 

𝐼𝑠 𝑡𝒉𝑒 𝑡𝑦𝑝𝑒 𝑜𝑓 II | 𝚃𝚠𝚒𝚜𝚝𝚎𝚍 𝚆𝚘𝚗𝚍𝚎𝚛𝚕𝚊𝚗𝚍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora