CAPITULO DOS

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CAPITULO 2

La mafia en Corea era algo que pocos realmente conocían bien si vivías fuera de esta. Tras la liberación de Japón y la escases y crisis que vinieron como consecuencia, muchas familias comenzaron a buscar la forma de seguir adelante y naturalmente, llegaron a lo ilegal.

Primero iniciando únicamente con el contrabando y venta de alcohol, siguiendo por otros delitos que hasta entonces se podían considerar menores; extorción, prostitución y más adelante, distribución y venta de drogas.

Ciertamente la península de Corea podría lucir pequeña, pintoresca e inofensiva. Pero eso estaba muy alejado de la realidad. Por debajo de la magnitud de la tecnología, la cultura y los colores, existía un mundo de crueldad y todo lo ilegal que pueda imaginar la mente humana.

Lo sabía muy bien, había nacido y crecido en ese entorno. Sabía que detrás de una exitosa cadena de comida, restaurantes u hoteles podía haber una red de prostitución. Que detrás de una gran inversión en coches o aerolíneas, podía existir dinero sucio, o que detrás de un hombre reservado de negocios que es alabado y admirado por muchos, existía un asesinó a sangre fría.

Nada es lo que parece.

Y Kim Namjoon era el ejemplo perfecto de toda la oscuridad en este mundo. Con solo 35 años era reconocido por sus exitosas cadenas hoteleras que habían llegado a todos los rincones del mundo. Siendo tan joven, su nombre solía con frecuencia en la prensa -así no lo deseara- aunque en su mayoría era para alabarlo por su aportación al país o sus romances con modelos.

Pero detrás de esa minuciosa y pulcra fachada, vivía el jefe de la mafia. Un hombre callado, pero cruel. Los rumores decían que había matado a su primer victima apenas cumplir los 14 años, nunca me atreví a confirmar aquellos rumores.

Por lo que a mi concierne, nunca lo había realmente "visto en acción" desde que soy una niña, mi padre había intentado mantenerme fuera de la sangre y pólvora, al menos todo lo que le era posible siendo uno de los segundos al mando.

Y eso no cambio mucho cuando me case, Namjoon nunca había hecho nada que podría perturbar mi sueño ante mi presencia, e incluso era cuidadoso a la hora de llegar a casa. Aun cuando los rumores decían que había sido un día rojo, él nunca mostraba signos de este, ya fuera sangre o heridas. Siempre estaba pulcro, así no vistiera lo mismo que la mañana al dejar la casa.

Quizás había salido del cuento de hadas que mis padres habían hecho para mi, pero había entrado nuevamente en una burbuja, lejos de mi realidad; creada por mi esposo. Y no sabía si debía o no agradecerle. Porque cuando el reventaba mi brubuja; me sentía incapaz de responder, incapaz de sobrevivir.

Era un pájaro doblegado a su dueño. Siempre lo fui.

—¿Perdón? —susurre con un tremendo nudo en la garganta.

Sus ojos fueron a los papeles que sostenía en sus manos. El aire era tenso en el estudio. —Viajaste con la nieta menor de Bjung Lee a Singapure la semana pasada, gastaste casi un millón de dólares en compras en el último mes y golpeaste la camioneta mientras conducías ebria. Ni siquiera sabía que podías conducir, aunque viendo lo dañada que quedo el vehículo, parece que realmente no lo sabes hacer.

—Aun estoy aprendiendo...

—¿Con el premiso de quién? —La pregunta sonó tan golpeada que me atragante. —Tienes un guardaespaldas y un chofer para ti ¿Exactamente porque deseas conducir? ¿Planeas ir a algún lado?

El corto silencio me torturo.

—No. —me apresure a decir. —Solo...tenía...tenía tiempo libre.

MAFIA; esposa de papel, carne y hueso {KNJ}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora