- Alejate, imbécil.
- ¿Por qué, Bakubro?
- Tu olor me esta volviendo loco.
¿Cómo se maneja el primer amor? Sin todo el calor, ni las hormonas interviniendo. ¿Cómo manejaría el echo de que su corazón latiera tan rápido al ver a Eijirou?
¿Cómo enfre...
La oscuridad reinaba, miro a su alrededor, al parecer estaba en su habitación, apenas se iba a levantar cuando vio su puerta abrirse.
- Hola Blasty. - saludo el alfa pelirrojo con una sonrisita.
No le contestó y solo se volteó envolviendose en la sabana a pesar de estar muriendo de calor.
El chico teñido solo se sento a un lado de el. - Hey, hey... - lo sacudió un poco, le miro de mala gana. - ¿Por qué no me dijiste que no habias tenido tu primer celo?
- ¿Que te importaba eso, pendejo? - soltó.
- Ay.
Eijiro lo destapó, liberandolo un poco del calor, toco su frente.
- Mhm, sigues caliente, pero ya menos que hace 4 horas.
- ¿Cuanto tiempo llevo dormido, cabello de mierda? - preguntó levantandose, al doblar sus piernas se percató de que tenia un short negro. ¿Kirishima lo cambio? Que perra vergüenza.
- Aaah, como 6 horas, pero te despertabas de vez en cuando. - se volteó bajo la atenta mirada de Bakugo, preparaba algo.
Se revolvió, el dolor seguía ahi pero era soportable, lo que en seguida notó era que el olor a vino tinto y chocolate no estaba por ningun lado, no lo detectaba, tampoco detectaba el propio, no olia nada de feromonas.
Olfateo un poco alrededor. Nada.
Kirishima le miró, y al darse cuenta rio un poco. - Te pusimos un supresor, este en especial hace que no reacciones o no puedas percibir las feromonas, por eso estas tranquilo conmigo aqui.
Bakugo le miro inquisitivo. Pero el otro no dijo nada.
Eijiro seguia preparando algo sin que el pudiera ver, movía lentamente sus manos, y Katsuki en su estado de calor y sueño no alancanzaba a asimilar todo.
Empezó a dormitar, cerrando un poco sus ojos. Su cuerpo de quedó inmóvil cuando un roce en su muslo derecho se hacia presente, la morena mano del alfa subia lentamente subiendo aun mas su pantalonsillo, acariciando lentamente. Sus orbes rojizos abrieron, fijados en el masculino rostro que tenia enfrente, el cual solo miraba su pierna. Tal vez era por el calor, y su celo combinados, pero las ansias se hicieron presentes, su cuerpo tembló ante un suspiro saliendo del pelirrojo.
De pronto, un dolor agudo sacudió todo su cuerpo, proveniente de su muslo . ¡¿Que mierda?!
Se dobló al sentirlo tan de repente, soltando un alarido de dolor y presinando la parte dolida.
Los fuertes brazos morenos lo tomaron, recostandolo en su cama, cobijandolo a una velocidad casi inhumana y poniendole un pañito humedo en la frente, palpo su hombro tres veces y corriendo a la puerta, salió.
Asomó su cabecita por un hueco.
- Perdón Blasty, pero es un supresor cada 2 horas y no encontré los de pastilla. ¡Nos vemos mañana! - cerró la puerta para a pasos apresurados irse a su habitación, con el Jesús en la boca, rogando por que Bakugo no se levantara a perseguirlo.
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