- Alejate, imbécil.
- ¿Por qué, Bakubro?
- Tu olor me esta volviendo loco.
¿Cómo se maneja el primer amor? Sin todo el calor, ni las hormonas interviniendo. ¿Cómo manejaría el echo de que su corazón latiera tan rápido al ver a Eijirou?
¿Cómo enfre...
Kirishima se acercó lentamente, acariciando su pierna, Bakugo resopló preparándose mentalmente para lo que fuera a pasar.
Pero el pelirrojo solo se alejo nuevamente tomando la ropa que fue regada por la cama y el piso, tomando sus boxers para colocarselos y salir rápido a su closet a buscar algo de ropa para el rubio, cuando le pasó algunas cosas, salió corriendo de la habitación y volvió en unos pocos minutos mientras se cambiaba el rubio.
Cuando entro lo vio sentado en su cama, tomando sus tobillos y moviéndose algo nervioso, aún sudando.
- Ten, hermano. - le dió supresores y un poco de agua, al igual que el, tomo el medicamento y se sentó en la cama después de cambiar su ropa, aunque los nervios de tener ahí a Bakugo y después de lo que hicieron lo estaban matando.
Varios minutos después de ese silencio incómodo, Kirishima resopló relajando un poco sus músculos, abriendo la boca para hablar.
- Ahmm, el celo...nunca se siente así. - explicó, para ayudarle a entender al rubio . - Claro que hay mucho calor y exitacion, y quieres ir a follarte a la primera persona que encuentres, pero...te puede hacer decir o hacer cosas que en realidad no quieres, ¿Sabes? - dudó en decirlo, con eso puede que sellara su tumba, y sembrará un rechazo inminente por parte del rubio a sus sentimientos reales que manifestó en esos minutos atrás.
- Siempre me siento así. - respondió el blondo. - Osea, no me siento caliente todo el tiempo y esas mierdas. Recuerdo bastante bien lo que dije, y aún lo mantengo.
El tiempo se detuvo por un momento, ambos se miraron al mismo tiempo, rojo y rojo, los ojos llorosos del pelirrojo y las lágrimas ya secas en las mejillas del rubio, el brillo a pesar de la oscuridad, los alientos apresurados, con las manos sudorosas y temblorosas tratando de acercarse.
- No sé si también lo sientes, pero me gustas, Shitty hair. - soltó solo tu aire en esa frase, con el pecho retumbando por su corazón y el sudor frío ante la idea de un rechazo.
Bajo la mirada y se maldijo por eso, seguramente se veía estúpidamente patético y ridículo avergonzando se ante su amigo, quiso incluso llorar e irse de ahí antes de que la vergüenza lo matará.
El roce en su cabello le hizo levantar los ojos, viendo la más dulce que Kirishima me había dado en todo su tiempo de conocerse, sus ojos enchinados y los dientes saliendo de sus labios.
- También me gustas, Bakubro. - y río suavemente acariciando su cabello.
Podía jurar por su vida, que era la escena más bonita que pudo haber presenciado jamás.
Eijiro se acercó un poco, y el; tímido, también arrimó su rostro, con un suave tacto entre sus labios.
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Se despertó lentamente, abriendo sus ojos y encontrando una tenue luz, pero se notaba que era de noche.
