Los días pasaron volando. Entre trabajos grupales, deberes y exámenes, ya era viernes. No me podía quejar. Me despierto un lunes por la mañana, cierro los ojos dos segundos y la semana ya casi ha acabado. Así da gusto ir al instituto, pero... el paso del tiempo a veces me daba un poco de miedo.
Nada más llegar a casa, mi padre me llamó. También quería hablar con mi madre, pero ella todavía no había llegado del trabajo. Me preguntó como iba mi adaptación en la nueva ciudad e instituto y la verdad que cada vez me sentía más integrada. Por fin tenía amigas de confianza a las que podía contarles mis tonterías y reírnos todas juntas. De hecho, a las cinco y media había quedado con ellas justo al lado de mi casa. <<Te esperamos en tu plaza, para que no te pierdas>> - me dijeron. Es verdad que todavía no conocía todo San Sebastián, pero cada vez me movía mejor por las calles. El paseo marítimo, el puerto, Antiguo, y algunas calles más, ya las sabía de buena tinta. Yo creo que a veces no se acuerdan que vengo de la ciudad más grande de España y que esta no es nada comparado con Madrid. Sin embargo, tengo que admitir que me siento más cómoda viviendo en una ciudad más pequeña. Aunque esto tenga sus desventajas, prefiero vivir en un lugar más tranquilo en el que casi puedo ir a cualquier parte andando.
Mi padre estaba muy contento. Ese mismo día había visto una nueva película de Marvel en el cine junto a dos amigos, y parece ser que le había gustado mucho. <<¡Es una pasada! ¡Dura casi tres horas, pero merece la pena! ¡Tienes que verlo Lucía!>> - decía continuamente. Le dije que lo vería, pero hasta él sabía que era mentira. No es que no me gusten las películas de superhéroes, pero tampoco son mis favoritas. Prefiero ver películas de adolescentes o románticas. Eso sí, ¡me encanta Spider-Man! Bueno, en realidad, me encanta Tom Holland.
Después de hablar casi media hora con mi padre, llamé a Nora para saber si ya había cogido el autobús hacia Antiguo. Respondió que sí. Me quité el uniforme escolar y comencé a vestirme. El cielo estaba despejado, pero hacía un poco de frío por lo que escogí unos pantalones vaqueros largos, una camiseta larga junto a un jersey, y una cazadora por si tenía frío a lo largo del día. A la noche, la temperatura solía bajar bastante, aún más al lado del mar, donde seguramente estaríamos.
Uxue envió un mensaje por el grupo de WhatsApp que teníamos diciendo que ya estaba en el punto de encuentro. Respondí que en un minuto llegaría yo. El nombre del grupo era "La sociedad marginada". Se le ocurrió a Nora y todas estuvimos de acuerdo con ello. No es que estuviésemos marginadas, pero... bueno, en realidad, no nos socializamos con más chicas de nuestra clase, pero porque somos muy diferentes a ellas. Mientras que nosotras salíamos para dar una vuelta y a veces tomar algo, ellas se bañaban en piscinas interiores, veían películas en casas gigantes, jugaban a los bolos, etc. O por lo menos, eso mostraban en Instagram. Aunque, lo cierto es que nuestro rechazo hacia ellas era más por su personalidad que por otra cosa. Arrogantes, chulas... Ni ellas querían estar con unas pringadas como nosotras, ni nosotras con unas creídas como ellas.
Cuando bajé a la plaza, todas estaban esperándome. <<La que más cerca vive y la última>> - dijo Uxue riéndose.
Como un viernes cualquiera, dimos una vuelta por la ciudad mientras poco a poco nos acercábamos a la zona de las playas, y cuando el sol parecía empezar a esconderse, subíamos al Monte Urgull para ver la puesta de sol. Eran increíbles las vistas que se veían desde el banco en el que siempre nos sentábamos, incluso cuando el cielo estaba nublado. Aquella vez, por suerte, el cielo se coloreó durante unos largos minutos de naranja. Nos quedamos embobadas y distraídas mirando al horizonte.
Aproveché para comentarles el plan que Dani me había propuesto por WhatsApp aquella vez que hablamos. Uxue y Maialen dijeron que no podrían venir. Mientras una de ellas tenía cena familiar, la otra tendría que madrugar al día siguiente. Nora, en cambio, no respondió a mi pregunta, sino que fue ella la que comenzó a hacerme un interrogatorio. <<Espera, ¡¿qué?! ¿Dani te ha dicho para salir este sábado? Pero, ¿tienes su número? ¿Qué le dijiste? ¿Os gustáis?>> Antes de que me diera tiempo a abrir la boca, continuó hablando. <<Tienes que ir Lucía. Es majísimo y muy mono. ¡Qué ilusión!>> Yo no había dicho nada de que me gustara. Tan solo dije que me escribió y me animó a ir el sábado al Kursaal. Nora comenzó a hacerse sus propias películas en su cabeza.

ESTÁS LEYENDO
Supongo Que Estoy Enamorada
Romance"Imaginaros que tenéis que dejar el lugar en el que lleváis viviendo desde pequeños y abandonar a todos vuestros amigos. ¿No suena tan divertido verdad? Pues eso mismo, es lo que estoy haciendo en este instante: dejar atrás mi vida". Lucía abandona...