Choke

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La tarde me parecía demasiado fría para apenas estar comenzando el otoño.

Un silencio, que llevaba minutos en la mesa donde me encontraba sentada frente a mi amiga Najung, parecía no querer irse. Me había quedado mirando hacia el exterior, por el enorme ventanal, al gentío que avanzaba por la acera en aquella tarde de domingo. 

— ¿Estás cien por ciento segura? — Najung por fin soltó palabras. La miré un par de segundos, a su semblante preocupado, antes de bajar la vista a el vaso vacío frente a mi y asentir. — Pero... ¿No tomabas píldoras?

Me pasé una de las manos por el rostro, frustrada y con cierta molestia.

— Sabes que tuve que suspenderlas, Na. — suspiré — Debí ir nuevamente con mi ginecólogo para que me prescribiera unas nuevas, pero estuve tan ocupada que aplacé la visita. Así que cuando he estado con alguien, usa condón, pero... — Me detuve porque sabía que lo que estaba por decirle iba a desatar el bombardeo que no quería escuchar, pero Najung era la única a la que podía confiarle lo que me sucedía.

— ¿Pero? — mi amiga hizo un gesto con la mano, invitándome a seguir.

— Pero las ultimas veces, no.

— ¿¡Eres idiota, Kim Soobin!? — siseó entre dientes, acercándose a la mesa. — ¿Qué tal si hubieses pillado algo más? — dijo en voz baja, echando su castaño cabello hacia atrás, casi ahogando un grito. — Seokjin te va a matar. — me señaló con un dedo. — Tu hermano va a poner el grito en el cielo y tus padres...

Un mesero llegó hasta nuestra mesa, cortando de golpe la conversación. El chico que traía nuestro pedido se apresuró a dejar los platos sobre la mesa y se llevó mi vaso vacío para servirme más té. El aroma de la comida me dio de lleno y se me revolvieron las tripas. Genial, ahora me dan asco las hamburguesas.

— ¿Cuándo hablarás con tu familia? — La expresión de mi amiga de pronto cambió, me miró con los ojos muy abiertos, como si hubiera recordado algo. — Por favor, dime que el imbécil ese que trabaja contigo no es el papá.

— ¿De quién hablas?

— Minho. — negué una vez. — Menos mal.

— Najung...

— ¿Entonces quien es? — se metió un pedazo de comida a la boca. Tragué saliva, antes de hablar.

— No lo sé. — dije en voz baja y la castaña arrugó el ceño, no había entendido.

— ¿Quién? 

— Que no lo sé. — hablé elevando un poco el tono de voz. Por la expresión que apareció en su rostro, pensé que se atragantaría y moriría ahí mismo frente a mi, por lo que me apresuré a hablar. — No sé quien de ellos es el papá y tampoco quiero decirle a ninguno, porque esto es mi problema. — Mi amiga dejó caer el cubierto en su plato y se llevó los dedos a la sienes.

— Pero Soobin...

— Y no quiero tenerlo, Na. — Mi declaración fue como un disparo o algo así. La castaña dejo caer las manos sobre la mesa y me miró fijamente. Su ceño fruncido me indicaba que estaba en completo desacuerdo con mi decisión. El mesero pasó de prisa por nuestra mesa, dejando mi vaso, ahora lleno y se retiró.

— Eres una irresponsable. — dijo tras varios segundos en silencio.

— No, estoy siendo responsable. No quiero tener un hijo, no me veo como madre, ni siquiera siento que podría serlo.

— ¡Eso no lo sabes! — espetó.

— ¿Crees que al nacer me va a aflorar el lado maternal y listo?

Drop me a rap line [myg] [jhs] [knj]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora