Mainstream

87 25 7
                                    

La noche con Yoongi.

Me costó un poco despertar, tenía ya una buen rato dormida. Alguien llamaba de manera insistente a mi puerta y en la pantalla de mi móvil leí la hora

— Las putas dos de la mañana.  — farfulle.

Cuando Najung solía beber con sus compañeros del trabajo, siempre terminaba en mi departamento porque le gustaba que cuidara de ella mientras estaba borracha y sobretodo que le atendiera la resaca en la mañana. Incluso había algo de ropa suya entre mis cosas, por si debía ir a laborar al día siguiente.

Salí de mi cama, arrastrando los pies y dando pasos torpes hasta la puerta principal. El timbre no dejaba de sonar.

— ¡YAH! ¡El alcohol te vuelve... ! — me callé de inmediato cuando vi que no se trataba de mi amiga. Parpadeé confundida. — Yoongi. 

Iba vestido con un conjunto deportivo en colores oscuro y su cabello lucía húmedo, parecía haberse duchado.

— ¿Quién te pensabas que era? — su ceño estaba fruncido.

— Najung... cuando está ebria... — apreté los ojos, aún veía algo borroso. — ¿Qué haces aquí? Debías llegar de Tokio, hasta mañana por la tarde.

— ¿Me dejas pasar?

Abrí más la puerta y entró, lo seguí con la mirada mientras se quitaba los zapatos en mi pequeño recibidor para después caminar hacia el interior de mi departamento. Cuando llegué a la sala, el pálido estaba de pie casi en el centro del lugar, observando con curiosidad todo lo que ahí se encontraba. Jamás me había visitado.

— Adelanté mi vuelo. — me estaba dando la espalda y miraba muy atento las fotografías que tenía sobre el estante lleno de libros. — Llegué hace unas horas... no podía dormir.

— Eso no responde a mi pregunta.

— Hace días que no hablamos, ignoras todos mis mensajes.

— No es verdad, si te he respondido.

— No hablo de trabajo. — Yoongi se giró en su lugar para mirarme directo a los ojos. — Te he extrañado, Binie.

No me quedaba hacerme la tonta, no después de tantas veces en que todo comenzaba de la misma forma: con Yoongi buscándome para reclamar mi tiempo y mi atención. Sabía de sobra porqué lo hacía y me convertía en una idiota cuando me latía el corazón de prisa al creer que el pensaba en mi como algo más. También sucedía cuando me llamaba Binie o cuando me miraba como lo estaba haciendo en ese momento.

— Ha sido una semana ocupada. — le recordé y crucé mis brazos, tratando de lucir despreocupada, fingiendo que su presencia no me provocaba nada, aunque era todo lo contrario.

— No mientas, sé tu itinerario diario, es la semana más tranquila que hemos tenido en meses ¿Por qué has estado ignorándome? — comenzó a dar pasos hacia mi.

— No puedo estar respondiendo tus mensajes obscenos en dónde sea. — lo vi morderse el labio, se quedó de pie tan cerca de mi, bajando su rostro para poder mirarme a lo ojos.

— ¿Obscenos? — dijo con voz grave y una sonrisa ladina. Acunó mi rostro con una de sus manos, acariciando mi mejilla con el pulgar. — ¿Mis deseos son obscenos?

— Bastante.

Sin aviso, Yoongi pegó su boca a la mía, moviéndola de una forma lenta, atrapando mi labio inferior, muy apenas. Sus manos tomaron con fuerza mi cintura, presionándola y acercándome a su cuerpo.

— No sabes cuánto deseaba verte. — habló contra mis labios. — No podía esperar todo el fin de semana y verte hasta el lunes.

— ¿Y crees que íbamos a tener sexo en la agencia o algo así?

Drop me a rap line [myg] [jhs] [knj]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora