Gracias.

Capítulo 14: Happy Ending.

-9 años después-

-¡Makoto-sensei! ¡Makoto-sensei! -Me llamó Ryu.

-¿Qué ocurre, Ryu?

-¿Qué haremos hoy, Makoto-sensei? -Me pregunto Yamato jalando de mi mano.

-¿Vamos a aprender a nadar como las mariposas? -Preguntó Kim con emoción juntando sus manitos. No pude evitar recordar a Rei en los años de secundaria.

-Sí, hoy aprenderemos a nadar al estilo mariposa, ¡asi que vamos a meternos a la piscina! -Exclame, sonriendoles a mis pequeños alumnos.

-¡Sí! -Respondieron todos alegremente.

-Ahora, seguirme todos. -Yo y mi grupo caminamos hacia la piscina, me metí dentro de ella primero y fui ayudando a los niños y niñas a meterse en el agua. -Con cuidado...

Ya 9 años habían pasado desde que Sousuke y yo comenzamos una relación en pareja. Todo iba bien, y no solo con nosotros; Haru y Rin aún seguían siendo pareja y se encontraban en Australia, viviendo juntos y siguiendo su carrera como nadadores profesionales. Nagisa y Rei se volvieron novios hace apenas 2 años atrás, y ambos aún siguen cursando su último año de Universidad.

Sousuke se unió a la Policía Nacional el año pasado y hasta hoy nada malo le había sucedido. Además, en uniforme se ve muy sexy... Y por otra parte estaba yo. Me había vuelto profesor de natación infantil en una reconocida escuela de natación, me iba excelente, todos mis días podía enseñarles cosas nuevas a todos mis alumnos -que para ellos yo era su amigo- y me divertía muchísimo.

Nuestra relación en estos momentos estaba en uno de sus puntos más altos. Nuestros padres habían aceptado nuestra relación hace 5 años, "Son buenos chicos", fue lo que nos dijeron. En lo laborar no teníamos problemas, nuestra economía estaba bien, nos gustaba nuestros trabajos, sin embargo, lo único que me disgustaba era que el trabajo de Sousuke le pedía mucho tiempo y nunca sabía con exactitud cuando podía verlo. A veces trabajaba solo en la semana, a veces el sábado también, o incluso no lo veía por un mes entero. Pero no podía quejarme, a veces a mí me tocaba trabajar durante los días libres de Sousuke y la mayoría de las veces ni siquiera nos podiamos decir "¡Buena suerte en tu trabajo hoy!". Ah...

El en ámbito amoroso todo iba como siempre, y quizás mejor que los años anteriores. Cada vez que Sousuke podía, incluso cuando estaba cansado a punto de desmayarse o caer en coma me invitaba a salir, viajar a las aguas termales o a cenar. Sousuke siempre fue cursi, y al parecer cada año se volvía aún más. Varias veces este año -y el mes pasado- él llegaba a casa o a la escuela con un enorme, y cuando me refiero a enorme es porque eran ENORMES ramos de rosas. Nunca faltaban los besos, los abrazos, sus dulces palabras en mi oído en la cama antes de irnos a dormir. Nos habíamos vuelto inseparables.

Y bueno, en el ámbito sexual... sólo diré que cuando el llega de su trabajo yo al siguiente día no puedo ir al mío. Su apetito sexual y lo bestial que era en la cama ni en 20 años más se le quitaría, ni tampoco su manía de volver a hacerlo en la mañana. Pero eso ya no importaba, me había vuelto un masoquista.

-¡Makoto-sensei! ¿Puede llevarme en su espalda?

-Claro, Hikari. -Subí a Hikari, una pequeña niña de gorra rosa a mi espalda y todos los niños se me acercaron.

-¡Yo también quiero, Makoto-sensei! ¡Sí, yo igual! ¡Yo, yo! -Empezaban a gritar todos.

-S-Sí, los llevaré a todos en mi espalda... -Les dije tratando de calmar sus gritos. Definitivamente tendría que poner toda mi fuerza y espíritu en aquello, pues mi alumnado redondeaba los 15.

Alrededor de las 18; 45 pm, todos los alumnos abandonaban la escuela con su bolso de equipo en la mano o en el hombro.

-¡Hasta la próxima semana, Mako-chan..! -Se despidió Kairi, una de mis alumnos que siempre me hacía recordar a Nagisa por la forma en que se comportaba y por cómo me llamaba.