Two

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L

Regla número 1.

"Aquel Incubus que se ayuntare con varón como con mujer, abominación hicieron; ambos han de ser condenados; sobre ellos será su sangre".

El sentir de aquel sudoroso cuerpo pálido de Michael mientras dormía me hacía cada vez más excitante aquel tacto con aquella piel tan suave pero a la vez tan rígida.

Pequeños gemidos salían de este inconscientemente,ahora sus sueños están ocupados en el roce de mi pecho,mientras yo masajeaba sus muslos,lo estaba disfrutando,y bastante.

Cada jadeo que provenía de su boca,era el deplorar de su energía recorriendo por todo mi cuerpo,haciendo cada vez más placentera la situación.

A pesar de que piense que soy un idiota,su mente y su cuerpo dicen lo contrario.

Yo,siendo un Incubus,no puedo tomar el lugar de un Sucubus a la ligera,era una repulsión,un pecado para nosotros.

Pero estos ojitos verdes,llamaban mi atención,tanto física como lo estable que se encontrara,Michael,llamaba todos mis sentidos de demonio para tenerlo en mí,complacer aquel indicio mío hacia el.

Juraría que ningún Sucubus lograría el mejor climax que su mente podría imaginar.

Su sueño plasma como estoy dentro de el cediéndole fuertes embestidas,más de lo que una persona estándar lo haría,tomando su cabello jalándolo fuertemente hacia mi logrando a que este soltara fuertes gritos,no de dolor,sino de placer.

Había consumido toda su energía,era hora de terminar.

Las últimas embestidas fueron las mejores llegando al glorioso orgasmo,su respiración era agitada,lo cual lo hacía ver más atrevido y más provocativo,con las ganas de sentirlo de nuevo.

Vuelve a su inhalación normal,volviéndose a quedar profundamente dormido,como un ángel recién violado por un demonio.

Regla número 1 rota.

Salgo de su recámara para buscar más información de el,quería saber más,conocerlo más.

Empiezo el recorrido por su sala principal,logrando ver marcos de fotos sobre una pequeña mesa que se encontraba en medio de los grandes sillones,puedo ver a Michael de pequeño con una mujer algo joven abrazándolo de una manera afectuosa.

La mujer se me hacía conocida,como si la hubiera visto en algún lado.

O como si la hubiera violado en algún lado.

Karen.

A paso firme pero sigiloso,me adentro a uno de los cuartos que estaban alado a la del chico,encontrándome con aquella sorpresa,que perfectamente recuerdo fue una de mis últimas víctimas.

Karen Clifford,48 años,madre soltera.

Fallecida por un infarto al corazón provocado por mi,después de abusar de ella.

Una presión en mi pecho se apodera de mi sistema.

He dejado aquel chico huérfano.


hC.182

Incubus €muke€Donde viven las historias. Descúbrelo ahora