Incubus €muke€

Four

L

Michael se había ido, dejándome solo con ganas de volver a sentir sus labios.

Salgo del cuarto de enfermería para dirigirme hacia la salida, claro que no estudio ahí, nadie me ve ahí, yo soy nada.

Pero el pelirrojo es el único que me puede ver.

Me dirijo a un bar adentrado a unos callejones solitarios y de mala muerte, donde me puedo encontrar a Calum, un demonio como yo.

Por suerte estaba ahí, viendo a las bailarinas haciendo su show, buscando a una víctima.

-¿Algo bueno?

Su ronca voz debido a innumerables cajetillas de cigarros debajo de su chaqueta hicieron sonar en mis oídos.

-Nada

-Mentira.

Olvidaba que aparte de ser un demonio, es un hijo de puta que puede detectar una mentira de cualquier humano, incluso a como nosotros.

-¿Quién es?

Para después terminar su botella de cerveza y sacar una tira enrollada de tabaco.

Voltea a mi dirección buscando una respuesta, bendito seas Calum.

-Su nombre es Michael

Puedo sentir el humo en dirección a mi mejilla seguido de un gruñido de parte de este.

-¿Enserio? ¿Un hombre? Sabes que no puedes tomar el lugar de un Suc...

-Lose perfectamente

Esto me estaba irritando

-¿Porqué un hombre?

Y entonces no dije nada, esa pregunta era la clave ¿porqué un hombre? Simplemente nosotros estamos criados y educados solo para estar con mujeres, cero hombres.

Sé que ya no podría regresar al infierno, he cometido el mayor de los pecados y no hay forma de arrepentirme para regresar.

Sin embargo, Calum era el demonio estrella, era el mayor ejemplo de todos, igual que yo, pero eso se acabo, solo era el y no yo.

-No lo sé

Después de unas caladas, asintió para así mismo logrando ver como si estuviera entendiendo las cosas.

-Estas enamorado.

¿Enamorado?

-¿Qué es eso?

En realidad no sabía que es eso, ¿Se come?.

Lo único que pudo sacar fue una sonora carcajada haciéndome quedar en ridículo frente a unas chicas a lado de nosotros que presenciaron aquel sonido.

Idiota.

-Averígualo tu mismo.

Voltee a mi derecha buscar su mirada pero no la pude encontrar, el ya se había ido.

hC.182