Seven

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L

En el corto tiempo que estuve con Michael fueron los más largos y más incomodos de mi inexistente vida.

Después de aquella confesión, nos atacó un silencio no muy agradable y lo único que tenía en mente era besarlo, como la última vez.

Deseaba volver a de tenerlo dentro de mi otra vez.

Su piel, su cabello sudado, su voz ronca, sus muslos, todo.

Pero me esperaría hasta que oculte el sol.

-Bueno, yo...¿paso por ti mañana?

-¿Qué?

-Digo, si quieres.

Michael suelta una risita contagiosa.

-Perdona pero ya no me subiré a esa cosa.

Entonces me acerco provocativamente en con el fin de que se ponga indefenso, lo cual lo logré.

Nuestras caras estaban a centímetros.

-¿Ah si?

Se me forma una sonrisa en mis labios y puedo notar que los ojos de Michael no apartan la vista en ellos

Bingo.

Me separo bruscamente y me dirijo a la puerta.

-No te demores mañana Kitten, llegaré temprano.

No deje que dijera palabra alguna en defensa porque yo ya me encontraba en dirección hacía un lugar que quería llegar desde el principio.

La casa del hijo de puta del maestro de música.

Memorizaba la dirección ya que no estaba muy cerca, en realidad estaba a las afueras de la ciudad.

Su casa era pequeña, pero muy acogedora.

No se encontraba en el primer piso, por lo que supuse que estaba arriba.

Se encontraba en el baño, semidesnudo mirándose frente al espejo, y entonces aparezco atrás de el.

Se asusta y voltea, le doy una sonrisa como el gato de Alicia en el país de las maravillas. Grande y fugaz.

Tomo su cuello y sin soltarlo lo azoto contra la pared

El solo gime del dolor al mismo tiempo que pide ayuda y logro hacer que sus ojos se hacen más grandes debido a la presión de mi mano hacia su cuello.

-Entonces te pudrirás, los arcángeles se elevaran al cielo y tu alma será consumida por las llamas acidas pérdidas en el infierno.

Y sus ojos explotan.

Su sangre salpica en mi cara justo en la comisura de mis labios.

Saco mi lengua para saborear aquel líquido.

Delicioso.

-El es mío, solo mío.

Suelto el agarre y el cuerpo son vida cae al suelo, me lavo la cara y salgo como si no hubiera pasado nada.

Me dirigí al bar donde siempre con la seguridad de encontrarme con Calum pero no había rastros de el.

Bendito seas.

Pero aun así me quede, quería relajarme.

Se aproximó la noche por lo que supuse que Michael ya estuviera dormido.

Me dirijo a su casa con demasiado silencio.

Subo a su cuatro y para mi sorpresa no estaba en su cama, como lo esperaba.

-¿Luke qué haces aquí?

Mierda.

•••••••
wazzzupp' que miedo.
Okay estoy desde una estética escribiendo esto, sinceramente este lugar me aterra. Huele a spray guardado.

Saludos y besos😘❤️

hC.182

Incubus €muke€Donde viven las historias. Descúbrelo ahora