Love Again - Byron X Edgar(omegaverse)

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Menta

Aquella resplandeciente mañana, donde el sol se dejaba ver en cada rincón de la gran casa, una joven albina se levantaba con toda la calma del mundo, ya había apagado como diez alarmas, su prioridad era dormir las nueve horas completas, como indicaban las revistas médicas que su padre le obligó a leer cuando era niña, pero algo que no tenía en cuenta es que ya no era una niña, tenía responsabilidades como toda persona adulta, prendió su celular antes de estirarse y logró ver la hora.

-¡¿Qué?!, ¡¿ Ya son las ocho?! - dijo sorprendía y algo asustada, no podía ser posible esto, se repetía en su mente, se alistó lo más rápido  que pudo para ir a trabajar, lo que no le favoreció a su look, las medias de distinto color, el pantalón que no hacia juego con la playera que llevaba puesta, era un desastre. Peinó su cabello superficialmente, se cepillo sus dientes y bajo apurada las escaleras de su gran casa, al estar en el primer piso se dirigió a la cocina, donde pudo ver a sus padres desayunando.
Su madre Bell, que era la hija de un importante bancario del país, pero no tan solo eso si no que era CEO de su propia financiera,  una imponente alfa veas por donde la veas. Por otro lado tenía a su padre Byron quien era médico en un hospital, los padres de este también pertenecen a este mundo financiero pero él decidió cambiar su destino familiar,  también era un alfa muy respetado por todos sus colegas y personas que lo conocían.
Pero había algo que Colette no deseaba esa mañana tardía. Un regaño.

- Incluso siendo un trabajucho, pareciera que no le tomaras la mínima seriedad - Decía su padre de manera despectiva mientras tomaba tranquilamente el tibio café de la más alta calidad y leía el periódico con las últimas noticias del día. Eran una familia importante , así que no estar enterado de lo último en la política, no era opción.
Colette rodó los ojos y comió de manera apresurada el desayuno que la empleada le había servido hace un momento.

- Oh cariño, no debes decirle esas cosas a la niña. Aún está aprendiendo del mundo adulto.- mencionó  su madre con mucha ternura, su padre sólo ignoró lo que dijo su esposa;en muchas ocasiones era su madre quien era la mediadora entre su padre y ella. - Sabes que siempre podremos conseguirte un mejor trabajo en caso te despidan mi niña. - dijo su madre sonriendo, ella era muy sobreprotectora con sus hijos, Colette juraba que era la alfa más tranquila que había visto en su vida, amaba tenerla como su madre. Pero aún así todo esa sobreprotección la agobiaba, quería ser independiente, quería valerse por si misma y sobre todo quería descubrir su propio yo.

- Me gustaría hacerlo yo misma madre- tomo el último sorbo de su bebida- y si me disculpas, tengo que correr - dijo algo apurada, se despidió de sus padres, se volvió a cepillar los dientes y salió corriendo de su casa hacia su trabajo. Aunque no era buena en los deportes era muy buena corriendo, en cada semáforo miraba su reloj de muñeca, solo podía imaginar una rostro furioso de alguien el cual quería mucho. Le faltaban pocas cuadras para llegar, por lo que no se detuvo hasta llegar aquella pequeña pero acogedora tienda que se encontraba al frente del parque de diversiones de la ciudad, cuando llegó a la tienda vio a su compañero acomodando algunos productos, la joven sonrió y entró entusiasmada al lugar.

-¡Edgar!- la albina grito muy alto, por lo que el mencionado la volteo a ver algo molesto por su llegada tarde, la chica corrió abrazarlo y este solo se apartó.

-Son más de veinte minutos tarde Colette- dijo serio el pelinegro,mientras cruzaba los brazos y miraba a la dirección opuesta de la mencionada. Este se paro en frente de este y le hizo ojitos de cachorro para que pudiera perdonarlo. - Sabes que eso no funciona conmigo - negó el pelinegro, él sabía que no era la primera vez que su amiga llegaba tarde al trabajo en el mes, esto le molestaba un poco, porque al ser omega no  tiene tanta fuerza para poder levantar la pesada puerta de metal que protegía el local.