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¿Qué tal?

Edgar sabía que volvería a ir al hospital, las recaídas de su abuela eran frecuentes, no quería dejarla sola; así que en sus horas de almuerzo se escapaba al hospital, era un hábito ya formado ir con una pequeña bolsa donde tenía su almuerzo resguardado, aunque desde que empezó a ir al hospital se encontraba muy seguido con el padre de su amiga, le incomodaba un poco, hasta que una tarde este se le acercó solo para preguntar como estaba.

-Hola joven Edgar - dijo el mayor , sentándose a su lado- ¿ Cómo va las cosas con tu abuela?

Edgar se sonrojo un poco y claro que no lo iba hacer evidente, la cercanía del mayor y la calidez de sus feromonas hacían que el ambiente sea más agradable para él.

- Aunque pareciera que hubiera mejora cada día,  ella sigue recayendo- comentó con algo de pena-  hay días en las que nisiquiera puedo verla, tan solo espero aquí por si sucede algo.

Byron entendía su situación, incluso él siendo cirujano general veía esos casos,  notaba cómo el más joven perdía la esperanza de salir en ese círculo.

- Te aseguro que los médicos hacen lo mejor para que ella esté bien, tan solo confía un poco más en ella. Estoy seguro que aún quiere compartir más momentos contigo.

El pelinegro se sintió algo reconfortado y aunque quería agradecer al mayor este tuvo que irse lo más rápido posible  por un llamado en emergencias.

Antes tan solo verlo de lejos le parecía incómodo, quizá ese día se dio cuenta que no era así, realmente le gustó estar cerca de él. No era un adulto cualquiera.

Cuando paso dos días desde aquella vez,  esperaba que el mayor se acercara de nuevo a él, quizá pedía mucho pero ese pizca de curiosidad de hablar nuevamente con el mayor, el pelinegro sentía como sus palabras eran las que necesitaba en ese instante. Se sentó como aquel día a comer en silencio fuera del alboroto que era el hospital, tantas persona se feromonas juntas lo mareaba y aunque a veces le molestaba, tenía razones para ir.
Y como aquella vez  el mayor se acercó a él para saludarlo.

- Hola joven Edgar- saludó el mayor con una sonrisa

- Hola señor Byron, antes que nada, quisiera darle las gracias, sus palabras me ayudarin mucho aquella vez- dijo muy agradecido- lo he estado pensando en estos dos días que pasaron y decidí traerle un pequeño presente.

De la pequeña bolsa en la que llevaba su comida, sacó una pequeña cajita, donde había galletas. El mayor se sorprendió, al momento quizá rechazar el regalo pero al final lo acepto, le pareció un lindo gesto por parte del menor.

- Muchas gracias, este tipo de galletas son mis preferidas.
El menor se sorprendió ya que las eligió al azar y basado en algunos gustos de su amiga.

-Vaya no lo sabía, a mi me gustan más las de fresa- luego en su susurro agregó-pero sabe, tengo un amigo que es dueño de una pastelería que es muy popular, así que no tuve que hacer cola para estas galletas .- terminó en un tono gracioso. El mayor soltó una pequeña risa y agregó.

- Quisiera tener amigos como esos.  Todos los que tengo son doctores - dijo saboreando las galletas que había traído el menor.

Un pequeño arroz

No sabía si lo estaba haciendo bien, las veces que iba al hospital notó que Byron no comía apropiadamente, se preguntó si era correcto llevar una comida extra para él.  Y aunque Colette le preguntara con insistencia para quien es la otra comida no le decía nada, ¿Qué  pensaría si descubre que aquella comida extra es para su padre? Solo se preocupaba por él porque era el padre de su amiga,  no había algo más que eso ¿no?

Cuando llegó al hospital, casi por instinto busco a Byron, no lo veía así que supuso que estaría ocupado, primero fue donde su abuela para poder saludarla y llevarle algunos snaks que a ella le gustaban, luego salió para poder almorzar tranquilo, pero aún así se sentía inquieto,  espera que Byron al menos notará que el estuviera ahí aunque no lo viera, tenía tanta pena que ya no tenía valor para buscarlo, comía lentamente cada bocado que daba, hasta que sintió el aroma a menta que le empezaba a gustar cada vez más, volteo hacia donde venía aquel aroma, podía ver a Byron caminando hacia él, se veía tan bien con aquella bata, realmente había algo en él que le llamaba la atención. Cuando el mayor llegó hacía el lo saludo, este le devolvió el saludo y se hizo a un lado para que el mayor pudiera sentarse. Antes de decir algo, sacó un taper con una comida extra, se la entregó  con mucha vergüenza, el mayor se sorprendió y le agradeció con una calida sonrisa, que al verlo hizo que el corazón del menor latiera,  un leve sonrojo se asomó por sus mejillas.
Byron le habló sobre cómo iba su día y el otro le contestó y le preguntó lo mismo, compartían de nuevo otra charla sobre sus gustos pero lo diferente a la anterior semana era que esta vez ambos compartían sus almuerzos, había una comodidad que para cualquiera que lo pensara sería tan extraño.

Mientras la luna baila

Edgar quería volver a escuchar aquella canción que Byron le había mostrado durante el almuerzo, sus gustos eran muy distintos quizá eso le hacía intrigante a ambos los gustos del otro.
Recordaba que Byron había comenzado toda conversación por una canción que alguien que pasaba estaba escuchando, fue ahí cuando le preguntó que música le gustaba, el menor dudo mucho en decirlo así que finalmente lo dijo, a él le gusta mucho las canción de los Bad Randoms, era muy fanático pero claro no lo iba a decir frente a Byron. El mayor curioso le preguntó si le podría mostrar una de sus canciones, Edgar gustoso le puso su canción favorita, cuando se reprodució la canción tanto el video como la canción sorprendieron a Byron, tanto que pensó que quizá esa era la moda de los jóvenes de hoy en día, se sintió algo fuera de lugar; el pelinegro  estaba atento a las expresiones que hacía Byron, aunque estas no reflejaban mucho de su interior, al terminar el video Edgar le preguntó cuál era su canción favorita o la que más escuchaba actualmente, el mayor algo avergonzado mencionó  que le gustaba mucho las canciones de Chayanne, ahí fue cuando Edgar se preguntó  para si mismo si estaba siendo inmaduro. Byron le mostró la canción que más escuchaba en ese entonces y lo poco que recordaba que la letra trataba de un humano que iba amar a alguien , o algo así. Pero apesar de no ser el género que le fascinaba le gustó mucho .

Dudaba en escribirle a Byron, tan solo debía buscarlo por si mismo pero inconsientemente quería hablar con Byron.
Se decidió y le escribió,  preguntándole por el nombre de la canción que le mostró ese día en la tarde, no tardó en haber una respuesta, algo que le sorprendió y a la vez alegro un poco, "  Humanos a marte" se llamaba aquella canción, fue corriendo a buscar la letra de la canción y a escucharla, sin duda era una canción de amor; pronto volvió a recibir otro mensaje del mayor, preguntandole cual era la canción que más escuchaba en ese momento y ahora que lo pensaba recordó que hay una canción que escuchaba muy seguido pero que no recordaba su nombre, solo sabía que le había parecido en aleatorio y la guardo, la busco y se la mandó, era In my dreams de un grupo llamado Red Velvet, no era lo que escuchaba comúnmente pero era un aire fresco, pero a demás de todo eso, se sentía un poco como aquella canción.

En mis sueños

Seremos felices para siempre

En mis sueños

Tu también me amas

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Pequeño extra para ahondar un poco en como se fue desarrollando la relación de ambos protagonistas ^^

Love Again -  Byron X Edgar(omegaverse) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora