ONE SECOND

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Leelo con «Whatever it takes» de Imagine Dragon.

Corro por el bosque oscuro sintiendo crujir mis piernas, las ramas de los árboles maltratan mis brazos y rasguña mi cara pero no me detengo. Los disparos hacen eco en mi cabeza y me arrastro detrás de una roca.

—No vas a llegar muy lejos, Analisse.—Escucho los pasos, están cerca.

Levanto la 9mm y saco unas granadas de mi bolsillo delantero. No me preparé toda mi vida para morir en esta mierda. Respiro hondo y lanzo las granadas, escuchando la explosión segundos después.

—¡Hija de perra!— Grita uno de los hombres y me lanzo hacia él reventando su cráneo con el disparo que le propino. Tomo su arma y me la engancho en la cintura, yendo por los otros. Las oscuridad no es un problema porque conozco este lugar como la palma de mi mano.

Avanzo unos pasos más pero un golpe en el costado me sorprende, mandándome al suelo. Me levanto y disparo antes de que el hombre me dispare a mi, viendo su cuerpo inerte caer al suelo. Sigo avanzando y matando personas a mi paso, las balas se acaban y no sé de donde demonios salen tantos pero mi instinto hace que me enfrente a ellos a golpes y puñetazos, rompiendo cuellos y piernas.

La piel me arde, estoy tan enojada que no pienso, solo acabo con todo a mi paso y sigo mi camino llegando al fin al objetivo. La cabaña está a oscuras y solo se siente el sonido de los insectos y grillos. Hablo por el intercomunicador y digo mi posición.

—El objetivo está cerca, mantente alerta. No puede salir vivo de esa cabaña.

—Entendido.

La linea queda en silencio y me bajo la capucha, quedándome detrás de la puerta. Es cuestión de minutos para que una mujer abra la puerta despacio y entre a la habitación, encendiendo la luz. Me posiciono detrás de ella y le pego la pistola a la cabeza, haciendo que esta se sobresalte.

—Arriba las manos—Demando.

—No puedo—Dice llorando y le repito lo mismo—Por favor, por favor. No puedo.

—Date la vuelta.

La mujer da la vuelta y yo me quedo absorta al ver el bulto que lleva en sus brazos.

—¿Quién es el objetivo?—Pregunto por la linea.

—El bebé—Responden y me quedo estupefacta.

No voy a matar a un bebé. No lo haré. Yo no vine aquí para eso, no, no. La mujer empieza a temblar al ver que levanto el arma y le apunto. El bebé se remueve y lo veo abrir los ojos...

—¡Hazlo, hazlo ya! Están llegando refuerzos y no habrá tiempo, ¡Maldita sea hazlo! ¡Es una puta orden Analisse!

Tiemblo, mis rodillas se aflojan, yo no mato bebés, yo no hago esto. La puerta se abre de golpe y tomo a la mujer apuntándole a la cabeza, hay más de 20 puntos rojos en mi cuerpo y los hombres me miran llenos de rabia.

—Sueltala o te vuelo lo sesos—Amenaza uno de ellos y yo solo me río, haciéndolo enojar más.

—Eres tan básico. No la voy a soltar, de aquí salimos los tres o no sale nadie. Bueno, los dos.

Le quito el bebé a la mujer y le pego un tiro en la cabeza. Los hombres se alarman y detrás de ellos sale uno, el cual yo reconozco de inmediato.

—Con que aquí estabas—Lo miro irónica.

—Justo frente a ti, todo este tiempo.

—¿Quién es este bebé? ¿Por qué todos lo buscan? ¿Y por qué la EPI me mandó a asesinarlo?—Pregunto.

—Porque es tu hijo, Analisse.

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