Capitulo 2

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Dafne

De alguna forma u otra, cuando nos cruzábamos con ellos, nos veíamos obligadas a saludarlos. Quizás no a todos, algunas chicas nos saludaban con la mejor, pero otras nos miraban de arriba abajo como si las avergonzáramos de alguna manera inexplicable. Darek y su mejor amigo Matt casi siempre eran de los que nos saludaban y realmente eran agradables al hacerlo. Ese era nuestro único trato cercano a ellos.

- Hola chicas

- Hola Darek, Hola Matt - digo mientras los saludo al igual que Laia y Alyssa.

- ¿Todo bien? - preguntan

- Si, bien, ¿ustedes? - responde Alyssa

Alyssa no sabe disimular en absoluto y los mira como toda una boba enamorada. Creo que ellos obviamente se dan cuenta de eso. Laia simplemente los ignora y yo soy un remolino de nervios y solo quiero salir corriendo de allí.

- Bien, ya por irnos

- Genial! - respondo nerviosa, sin saber que más decir y tomo un poco de mi licuado.

- ¡Bueno, nos vemos! - dicen ambos y luego se marchan con todos los demás.

Así de cortas eran nuestras conversaciones, pero eso bastaba como para que Alyssa se pasara el resto del día hablando de ellos y soñando despierta. A mi me gustaba seguirle la corriente un rato, pero luego ponía los pies en la tierra nuevamente y era realista. Ellos jamás se fijarían en chicas como nosotras, no valía la pena seguir soñando con pajaritos en el aire.

Ese día regresamos a casa cansadas asique las invite a quedarse en casa y hacer pijamada juntas.

- Hola Mamá

- Hola Nati - saluda Laia

- Hola - dice Alyssa

- Hola mis corazones, ¿Cómo pasaron la tarde?

- Bien

- Estuvo increíble - responde Alyssa

- Que bueno chicas!

- Mamá ¿pueden quedarse a dormir esta noche? La pasamos genial, pero estamos cansadas

- Si, hija, pueden quedarse

Laia y Alyssa sonríen felices y entusiasmadas por pasar la noche juntas, aunque nos cayéramos de sueño. Les digo que se adelanten y dejen sus cosas en mi habitación. Mamá me acerca hacia ella y me besa en la frente y yo le abrazo.

- Gracias Ma!

- Dafne, tu padre esta en línea, le dije que llegarías pronto, quiere hablar contigo

- Enserio? No tengo ganas Mamá

- Vamos, solo será un segundo

- Esta bien - dije rendida

La verdad no tenia ganas de hablar con él. Siempre era lo mismo, sus conversaciones solo giraban en torno a lo bien que era su vida en Canadá, su trabajo, sus logros, etc, pero jamás preguntaba por nosotros. Era como si esa parte de su vida nunca hubiera existido, éramos solo objetos a los que se veía obligado a tratar, aunque no quisiera. Al menos así lo veía yo.

- Hola

- Hola hija

Odiaba esa palabra, "hija", yo no me sentía su hija.

- Que quieres?

- Les tengo una sorpresa

- ¿Ah, y? cuál es?

- Gracias a que he sido un buen trabajador, mi jefe me ha permitido tomarme vacaciones este año. Iré a verlos ¿Qué te parece? ¿No es genial?

- Oh, si lo es

Tuve que contenerme para que no se notara lo mal que me tome eso. ¿¿Vendría a vernos?? ¿¿Ahora?? ¿¿No se le ocurrió hacerlo en 15 años y ahora sí?? Que caradura.

- Emm bueno, será genial, ahora debo irme -dije y corté la videollamada

Inmediatamente subí a mi habitación. Debo haber entrado con una cara de pocos amigos porque Laia y Alyssa enseguida preguntaron que me pasaba.

- Ey, ¿Estas bien? ¿Paso algo? - Preguntaron preocupadas

- Si, bah, eso creo. Mi Padre vendrá a vernos este año y realmente no tengo ganas de que eso suceda

- ¡Oh, Dafne! Se cuanto te afecta lo de tu padre...sabes que estaremos contigo si no quieres verlo cuando venga - menciono Laia

- Lo sé, solo me estresa pensarlo

- Eu, todo va a estar bien, tranquila - Ambas me abrazaron y en ese momento deje de lado todos mis pensamientos

- Vamos a divertirnos esta noche - agrego Alyssa

Enseguida las tres nos colocamos nuestros pijamas, nos acostamos y pusimos una película. Luego de hablar y reírnos un rato, Laia y Alyssa quedaron como moscas en un segundo. Yo apenas pude terminar la película y enseguida me uní a ella en el sueño.

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Laia y Alyssa aún no habían despertado, pero era lunes y yo tenía que ir al Baruch College. En silencio me levanté, me puse el uniforme y bajé a desayunar. Allí estaba mi hermano.

- Buenas noches - me dice - Vas a llegar tardísimo

- Ammm mentiroso, me levanté temprano

- Ajam

Me preparo el desayuno y pienso en lo de mi padre, a Teo le agrada, asique decido preguntarle que opina el mientras me siento a su lado.

-Sabias lo de Papá?

- Si, me lo dijo anoche

- Y, ¿qué piensas?

- Nada en especial, será bueno verlo después de tanto

Por un lado, me molestó lo que dijo, a Teo no le afectaba en absoluto que no hubiera estado presente durante tantos años, pero por otro lado entendía que el era mayor que yo cuando papá se fue de casa. Quizás recordaba mejor o había pasado mas tiempo con el que yo. No intenté seguir con esa conversación.

- Oh dios, ahora sí que llegaré tarde - dije y salí corriendo. Casi olvido a las chicas.

- Teo, te encargas de que pasen a buscar a Laia y Alyssa?

- Por su puesto! - dijo poniendo cara de picaron

Largué un bufido y me fui. El día había amanecido nublado y deseaba que no lloviera justo ahora que salía de casa, pero mis deseos no fueron escuchados y antes de llegar a la esquina donde debía esperar el autobús empezó el diluvio.

El autobús siempre llegaba a horario, pero al parecer hoy no era mi día de suerte. Ya habían pasado 20 minutos y aun no llegaba, quizás la lluvia lo había demorado, el tránsito, o tal vez algún problema mecánico, no lo se. Esperé unos minutos más, pero ya me estaba desesperando; al final Teo tendría razón, llegaría tardísimo.

Ya era demasiado tiempo, asiqué me decidí por caminar, caminar bajo la lluvia, no era la mejor idea, pero no tenía otra opción. De vez en cuando la lluvia cesaba un poco y me dejaba caminar una o dos cuadras, pero de repente volvía a llover demasiado fuerte como para seguir. A unos pasos había un pequeño techo de madera de un local donde se notaba que la lluvia no llegaba, me acerqué allí y me quedé unos segundos.

En ese momento alguien salió del local, gire para ver y nuestras miradas se cruzaron. Lo reconocí, como no podría reconocer esos ojos azules tan divinos que me miraban fijamente.

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