Capítulo 7

9 0 0
                                    

Dasha estaba encerrada en su habitación cuando oyó un sonido extraño proveniente de la puerta de la cocina, era media noche y de seguro todos estarían durmiendo, bajó las escaleras y entró a la cocina por la puerta secundaria que generalmente utilizaban los empleados, al entrar no vio a nadie, camino sigilosamente hasta que alguien la agarra por detrás, reaccionó volteándose y empujando a aquella persona, la arrojó al suelo y cuando estaba apunto de golpearla vio que era su hermano.

- ¿Dimitry, que carajos haces aquí?

- Cuanto tiempo sin vernos hermanita, veo que no recibes bien a las visitas.

- Dime que haces aquí a media noche, casi te golpeo.

- No hizo falta golpearme, por tu movimiento ninja me lastimé la ceja.

- Vamos a buscar el botiquín antes de que alguien te vea así.

(Dimitry estaba sentado en la silla de la cocina cuando llega Dasha con el botiquín).

- Veo que sabes defenderte, ya no hace falta que tu hermano mayor lo haga.

- Si, muy gracioso, ahora responde la pregunta que te hice.

- Te iba a hacer la misma pregunta en el avión pero luego...

- No paso nada, solo me maree un poco, es todo.

- A mi no me engañas Dasha, algo te pasó y no me quieres contar.

- ¡Y para que lo quieres saber, estaba cansada y nerviosa, es todo!

- ¡Porque tan explosiva por Dios, relájate!

- Ya veo que estas mejor, ahora vete y déjame en paz.

- Mamá me llamó, dijo que quería hablar de algo serio.

- Pues espero que lo diga rápido porque no tengo la mínima intención de seguir estando en este lugar.

Dasha subió las escaleras y se encerró nuevamente en su habitación, dejando solo a Dimitry, él sabía porque ella actuaba de esa manera, la había lastimado mucho cuando ella fue a darle una sorpresa por su cumpleaños, tan solo recordarlo lo hacía sentir mal, le dolía saber que su hermana no estaba bien y no dejaba que nadie la ayude, a la mañana siguiente Dasha se levantó temprano y salió a caminar por el inmenso patio de la mansión, caminando se topó con un gran árbol en el que solían jugar ella y su hermano, lo que la impresionó era ver que la casa del árbol seguí ahí, un poco dañada por los años, pero seguía ahí, tantos momentos buenos y malos que había pasado en ese lugar, pero bloqueaba rápidamente aquellos recuerdos pues la hacían sentir mal, varias cosas de su infancia y adolescencia le dejaron cicatrices, estaba volviendo a la mansión cuando a lo lejos ve a Ágata columpiándose, se la veía muy alegre, Dasha se oculto detrás de un arbusto para observarla, no podía creer que tenía una sobrina, y muy bella, parecía una muñeca de porcelana, pero los sentimientos peleaban dentro de ella al pensar que todo este tiempo, tenía una sobrina, pero su hermano nunca se dignó en decirle; espero a que Ágata se vaya para volver a la mansión, ya sabía que Dimitry estaría ahí con su esposa y Ágata, su expresión cambio a una seria, entró a la casa silenciosamente y se deparo con la esposa de Dimitry en la sala principal.

- Hola Dasha, no nos han presentado, soy Antonella la esposa de tu hermano.

- No recuerdo tener un hermano, pero es un placer, siéntete como en casa.

- Vamos Dasha, no digas eso, claro que tienes un hermano que te quiere mucho.

- Mira Antonella, no sé si sabes todo lo que tu querido esposo me hizo pasar así que, con permiso, debo ir a ver a mi madre, un gusto.

Dasha subió las escaleras y entró a la habitación de su madre, encontrándose con su hermano.

- ¿Y él que hace aquí?

- ¿Vas a seguir con tu mal humor?

- Mis hijos dejen de pelear, yo los llamé porque me queda poco tiempo, quiero descansar pero no lograré hacerlo hasta que me prometan una sola cosa.

- Dime mamá, haré lo que sea.

- Prométanme que se cuidarán uno al otro, que nunca se alejarán uno del otro, quiero volver a ver a mis hijos juntos.

- Mamá no me hagas prometer algo así, sabes por todo lo que tuve que pasar por su causa.

- ¿Pero de que hablas, que te pasó?

Antes de que Dasha respondiera, Anoushka cerró los ojos y se fue en paz, Dasha rompió en llanto apretando la mano de su madre, gritaba y pedía a Dios devolverle a su madre, Dimitry la abrazó y ambos lloraban sin cesar, en ese momento no había rivalidad, no había odio hacia el otro, solo había dolor y llanto por un mismo dolor, la pérdida de su madre, Antonella llegó a la habitación y los vio abrazados, no quiso interrumpir así que salio silenciosamente de la habitación, dejándolos solos, cuando se pusieron de pie, ambos fueron a la sala, mientras Dimitry llamaba a la funeraria, Dasha estaba en la cocina tomando un vaso de agua, tratando de no romper las cosas a su alrededor, sentía enojo, dolor, tristeza, aún no lograba entender porque su madre se había ido haciéndole prometer que volvería a ser hermana de Dimitry, de hablar con él, como si nada hubiera pasado, jamás le habían dado una tarea tan complicada y dolorosa, pero una promesa debe cumplirse, sin importar cuán difícil sea. 

IMPERIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora