Capítulo 11

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A pesar del susto, Dasha y Dimitry volvieron a la empresa para entregar los diseños, antes de entrar a la oficina, Dasha le dijo a Dimitry que actuara como si nada hubiera pasado, respiraron profundamente y entraron, ambos esperaban que su padre se asombre al ver que Dasha seguía viva, pero no fue así, al contrario, pareciera que no sabía nada, confundidos le dieron los diseños y opinaron a cerca de ellos.

- ¿Y que opinas papá, te gustan los diseños?

- Claro que le gustaron, solo que su orgullo no le deja hablar.

- Están aceptables, no son los mejores pero podemos hacer algo al respecto.

- Sé directo hombre y di que te gustaron de una sola vez. - interrumpió Dimitry.

- Esta bien, tomaremos en cuenta tus diseños, pero te advierto que si no logramos vender lo suficiente, no tendrás herencia ni lugar en esta empresa y en esta familia.

- No te preocupes anciano, soy invencible, nadie logra vencerme o matarme. - respondió Dasha sin pensar.

Nervioso, Dimitry le da disimuladamente un codazo a su hermana para que dejara de hablar, minutos después Mijaíl los dejo solos en la oficina y fue al baño, Dasha aprovechó y puso algunas cámaras ocultas, de esa manera podrían vigilar a su padre sin ser descubiertos, el resto del día Mijaíl hizo que Dasha trabajara mucho, le daba montañas de papeleos para ordenar alfabéticamente, tras largas y estresantes horas de trabajo, había llegado la hora de ir a casa, sin embargo, Mijaíl no le daría el día, tendría que llevar algunos de los antiguos diseños de su madre y perfeccionarlos, sería una prueba más que le estaba dando, a pesar del cansancio, ella acepto y fue a la que antes era la oficina de su madre, al pasar por la puerta no pudo evitar sentirse triste al sentir el aroma del incienso de lavanda que tanto le gustaba a su madre, estaba lleno de polvo y algunos muebles ya no seguían ahí, todas aquellas carpetas estaban sobre la mesa, tal y como Anoushka las había dejado aquel día, donde todo aquel odio hacia su padre se incrementó, pues sus padres peleaban todos los días. Por un lado, Mijaíl insistía en que Dimitry era el mejor heredero, pero por otro lado, Anoushka insistía en que lo era Dasha, las peleas duraron mucho, hasta que un cierto día, la bomba explotó.

- ¡Estoy cansada de todo esto, Dasha es mejor heredera y lo sabes, Dimitry solo nos crea problemas, no ves lo irresponsable que es!

- El es un verdadero Ivanov, demuestra de lo que es capaz y no le teme a nada, mientras tanto Dasha, ni siquiera puede defenderse sola.

- ¡Eres un viejo egocéntrico, por tu carácter vas a quedarte solo en este mundo, recuerda mis palabras Mijaíl!

- Dejen de pelear, ninguno de nosotros queremos ser los herederos de la empresa, no esta en nuestros planes. - dijo la pequeña Dasha mientras agarraba fuerte la mano de su hermano.

- La que no quiere eres tú, al contrario de tu hermano que sí lo desea, además, él si es un verdadero Ivanov, no como tú.

- No entiendo padre, claro que soy una Ivanov.

- ¡ No lo eres, eres una niña débil y sin ningún futuro, solo sabes llorar y pedirle ayuda a tu madre, eres una vergüenza para esta familia!

- ¡Cállate Mijaíl, ella tiene suerte de no ser como tu, porque si así lo fuere sería la escoria del mundo al igual que tu!

En aquel entonces, Dasha era muy pequeña y no comprendía del todo las cosas que sucedían, pero al pasar los años y ganar madurez, comprendió todo lo que decía su padre, nunca le dio importancia a lo que su padre decía, pero en ese momento, juró a sí misma que volvería a ver a su padre para demostrarle lo equivocado que estaba, y fue así, cuando estaba en el tercer año de la universidad, volvió a la mansión familiar para visitar a sus padres, al llegar, su madre la recibió de brazos abiertos, pero por parte de su padre recibió un frío apretón de manos, había llevado sus simples pero bellos diseños que había hecho, su madre estaba orgullosa de ella, pero su padre no le prestaba la mínima atención, durante la cena trató de entablar conversación con su padre pero fue totalmente en vano, tan solo recibía muecas por parte de el, hablaba de lo que fuese con tal de hablar con el y obtener alguna respuesta, hasta que su padre la hizo callar con una mirada que le congelo hasta los pensamientos, antes de ir a dormir, fue detrás de el por las escaleras preguntándole su opinión, estaba esperando ansiosa una buena respuesta, pero lastimosamente recibió todo lo contrario.

- Mira Dasha, apenas estas comenzando la carrera de la vida y ya vas mal, deberías trabajar más duro, tus diseños son muy humildes, hasta un vendedor de frutas de la esquina lo haría mejor que tu, así que sigue mi consejo y no vuelvas a esta casa hasta tener algo que sirva.

- Descuide señor Mijaíl, no me volverá a ver a menos que sea necesario, duerma bien y que muera pronto, viejo amargado.

- ¿Cómo me llamaste niña insolente?

- ¿Esta sordo o que? Lo llame viejo amargado, y por si no me escuchó bien agregaré algo más, para mí usted ya no es nada más que un gran empresario y multimillonario, pero siga mi consejo, cuídese la espalda de ahora en adelante, no sabe lo que le espera.

Dando espaldas a Mijaíl, se dirigió a su habitación y se dispuso a dormir, al amanecer, durante el desayuno nadie pronunció una sola palabra, el silencio predominaba en la enorme cocina, la primera en desayunar fue Dasha, fue a su habitación y bajó sus maletas, se despidió de su madre con un abrazo cálido y un beso en la mejilla, pero cuando Mijaíl estiró su mano para que la estrechase, lo ignoró y se subió al taxi para volver a la universidad; Dimitry nunca supo de nada, siempre vivía en su mundo, hacía lo que quería, iba a donde quería, era el mimado de su padre, todo lo que quería su padre se lo daba, en muchas ocasiones preguntaba por su hermana pero siempre recibía la misma respuesta por parte de su padre, obviamente siempre era interrumpido por su madre, pero eso nunca bastaba para cerrar la boca de Mijaí. La familia Ivanov tiene una gran historia y también unos grandes secretos, tan secretos que algunos de los miembros de la familia no lo sabían y tenían que enterarse por sus propios métodos, en otras palabras, la familia Ivanov es un gran misterio, que luego de tantos años sería descifrado.

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