¿Una diosa enamorada?

Capítulo III Charlas del corazón.

-¡Llegamos a Inazuma!- Gritaron Paimon y Venti.

A su lado, se encontraba un serio Zhongli y un ansioso Aether.

¿Por qué está serio Zhongli? ¿Por qué Aether está ansioso?

Primero, Zhongli pensaba en las palabras de Aether, él, menciono que no lucharía por su amor y que lo ignoraría para seguir en búsqueda de su hermana, por eso, Zhongli se estaba esperando lo peor, dudaba, en su mente, que Ei podría acabar con Inazuma debido al enojo de no ser amada o también pensaba, que ella podría deprimirse y encerrarse en su plano de eutimia. Un punto era muy extremo, el otro, era posible y eso no le agradaba.

Segundo, Aether se encontraba ansioso porque olvido un detalle muy simple. ¿Cómo logrará que dos forasteros vean al arconte? Un simple detalle.

Si, simple...

En su mente, barajaba posibilidades, el revelar sus identidades no era algo que Zhongli permitiría, quizás Venti, pero Zhongli no. Aun así, no perdía nada con preguntar.

-Venti, señor Zhongli. ¿Podría decirle a los guardias quienes son para que nos dejen pasar?- Ambos respondieron al instante, Zhongli por su parte dijo que no, Venti que sí. Ambos respondieron al mismo momento para que después Zhongli observara serio a Venti y él, desviara la mirada hacia otro lado mientras silbaba.

Aether se llevó la mano al mentón, pensaba. Pero nada se le ocurría ¿Qué iba a hacer?

-Viajero, no te preocupes ahora por un problema que aún no ocurre, iremos donde ella y ahí veremos que se nos ocurre- Dijo Venti.

-No sé cómo puedes vivir tu vida así, sin planear nada- Cuestiono Zhongli.

Venti solo alzo los hombros.

[...]

Como lo suponía Aether, los guardias no dejaron que Zhongli ni Venti vieran a Ei.

Venti, miro a Zhongli, puso sus mejores ojos para pedir algo.

-Por favor- Pidió él.

La respuesta no cambió, fue un tajante no.

Aether ignoro eso, volvió a hablar con los guardias.

-Ellos son gente de otras naciones y la Shogun los conoce muy bien, ¿en serio negarás la entrada a amigos de tu Arconte? - Dijo Aether.

Los guardias tragaron saliva, pero nada aseguraba que eso sea verdad, así que asumieron el riesgo.

Mientras Aether rogaba, llegó Kujou Sara. Él sonrió, llegó su salvadora.

-¡Sara! Me alegro de verte, sabes, necesito tu ayuda, mis amigos y también amigos de la Shogun, necesitan hablar con ella, pero sus guardias no nos dejan entrar, ¿Podrías usar tu autoridad y decirles que no molesten? - A su lado, Paimon con sus manos hacía señas para que ellos se vayan.

Ella únicamente lo observaba, su rostro era serio.

-¿Terminaste de rogar? - Le dijo ella, Aether asintió con vergüenza. -Le preguntaré, le diré que hay un bardo y un señor, ambos vestidos de una forma que no hacemos acá en Inazuma, quieren verla. No prometo nada-

Aether suspiró derrotado, por como lo dijo ella, no había modo que los dejara entrar a ambos.

Pero, para su sorpresa, ambos pudieron entrar, pero solo ellos, a Aether, se le negó la entrada.

[...]

-Wow- Exclamó Venti, él, observaba con asombro el plano de eutimia. Zhongli, tambien lo hacia, pero en su cara no mostraba la misma sorpresa que Venti, su rostro en cambio, era serio.